EnViu! presenta una propuesta para salir del limbo que las hace "inviables"
VALÈNCIA. (VP/EP) Y otro intento más por salir del limbo burocrático. Según contaba ayer mismo este diario, el enésimo intento por reinventarse las salas de conciertos no funciona y les aboca, otra vez, a cancelar agendas. En este marco, En Viu, la Asociación de Salas de Música en Directo de la Comunidad Valenciana, envió ayer a la Generalitat un comunicado pidiendo "equidad y soluciones a su inestable situación" a causa de la pandemia de Covid-19. Una propuesta clara para reformular las órdenes a golpe de DOGCV y que les permitan retomar la actividad con la nueva normalidad.
"La situación que estamos viviendo las salas de conciertos nos tiene sumamente ahogados y probablemente muchas de nosotras nos veremos obligadas a cerrar definitivamente, con el daño que eso va a suponer a la cultura de base, ya que cuando una sala de conciertos cierra, rara vez un emprendedor intenta seguir apostando por la cultura", argumentan. Y añaden: "Más en estos tiempos en que, por algunas decisiones políticas, se mezcla cultura con ocio nocturno".
En concreto, estos espacios reclaman que se legisle el sector con equidad con respecto al resto de licencias amparadas en la ley 14/2010 del 3 de diciembre. Con esta medida "se acabaría con todas las contradicciones legislativas".
En primer lugar, explican que, según la orden del 17 de agosto prorrogada, "no sería de aplicación para nuestras salas de música en directo", porque hace referencia indirecta a una ley que define su actividad como "actividades complementarias o accesorias aquellas que implican una actuación en directo destinada a la animación o a la amenización de los clientes, usuarios o público". Desde EnViu! argumentan que "no sería de aplicación para nuestras salas de música en directo, ya que nuestra programación no puede considerarse ni animación, amenización, karaoke, actuación esporádica o amateur. La programación profesional realizada en nuestros espacios están reconocidas y certificadas por el Instituto Valenciano de Cultura".
Por otra parte, en la Comunidad Valenciana la actividad de salas de conciertos no está contemplada en la Ley 14/2010 de espectáculos públicos, actividades recreativas y establecimientos públicos. Por lo tanto, las licencias que se tramitan para poder tener la actividad de salas de música en directo son salas de fiestas, discotecas, salas de baile, pubs con servicio de actuaciones musicales en directo, cafés teatro o salas socioculturales. Por lo tanto, cuando Sanidad acordó con Cultura no considerar la programación de las "salas de conciertos" (entre otras) como evento multitudinario, ante una inspección pueden ser sancionadas, ya que sus licencias no reflejan las palabras "salas de concierto".
"Ante una inspección de la autoridad autonómica seremos sancionados si abrimos nuestras instalaciones, da igual que tengamos acreditada por el IVC el reconocimiento cultural. Sin ir más lejos, hay salas que están siendo cerradas indebidamente por la administración local, ya que tienen licencias de café concierto y éstas no están ligadas al sector del ocio, no obstante se ha actuado contra ellas. Y desgraciadamente esto sucede por la falta de claridad en la redacción de los términos de aplicación", explican desde la asociación.
Según siguen relatando las salas en un comunicado, al exponer a la Secretaría Autonómica de Salud Pública y del Sistema Sanitario Público esta situación, desde el departamento les respondieron que podían abrir "sin servicio de bar". Los locales de música defienden que "con la ley en la mano, el servicio de bar nunca ha sido aplicable a nuestra actividad, nosotros trabajamos con servicios de bebidas", que es un concepto burocráticamente diferente. En este sentido, desde EnViu! se compara su situación con la del cine, en la que se puede acudir, sentarse y consumir bebida y comida.
Más madera. Esta vez con el aforo: "aunque se indique que se puede aforar al 75% para nosotros es imposible, nuestros aforos iniciales fueron calculados con público en pie, y contando entre 2 y 4 personas por m2 según licencias de apertura; ahora al tener que instalar sillas y pasillos el aforo medio resultante es del 26% de la ocupación, un ratio nada alarmante desde el punto de vista de la transmisión del virus". También señalan que con estos aforos, y sin servicio de bebidas, solo hay dos soluciones, o que los gastos de la sala sean subvencionados o subir el precio de las entradas hasta niveles inalcanzables para gran parte del público.
"Necesitamos un marco legal para poder trabajar con garantías" y "no sufrir también el cierre del servicio de bebidas o nuestra situación es del todo insostenible", exigen al Consell. Y aseveran: "Estamos dispuestos a someternos a meticulosos protocolos de prevención, limitaciones horarias de actividad y restricciones de aforo, pero el cierre total actual, aunque se nos permita abrir solo para un concierto, nos condena a la quiebra antes de finalizar el año. Actualmente prácticamente ninguna sala profesional está programando".