delaporte, el diluvi o pau alabajos cuentan su experiencia

Entre el aplauso con emojis y la vuelta al acústico: así es hacer un concierto en cuarentena  

6/04/2020 - 

CASTELLÓ. Hace apenas unas semanas Nadia Sheick estaba en medio de una gira europea como telonera de los galeses Stereophonics. Con suerte la castellonense pudo terminar todos los conciertos que tenía previstos, una experiencia que le resultó enriquecedora y que pudo disfrutar hasta el último segundo. Sin embargo, el estado de alarma ha frenado de lleno los preparativos para su propia gira por Reino Unido. Ahora, como cuenta la joven, costará volver a buscar fechas, costará encontrar locales, pero sobre todo costará volver a arrancar. "Nos empezaban a conocer, estábamos cogiendo carrerilla y de repente se para todo. Cuando volvamos no será como hacerlo de nuevo pero sí que será más difícil encender el motor". Ante esto no quedaba otra que, como tantos otros cantantes, crear su propias actuaciones por la red. 

En el caso de La Sonrisa de Julia, su vocalista Marcos Casal confiesa que les ha costado meterse en el circuito del streaming. Si bien apunta que esto de las redes sociales "no es algo generacional", sí que les resulta un tanto incómodo. "Nos gusta usar las redes para intercambiar solo mensajes de importancia, no somos de gastarlas para las cosas cotidianas de nuestra vida. Por eso, sí que la habíamos utilizado alguna vez para informar de algún concierto, pero respetamos a nuestro público y creemos que no hace falta entretenerlo con cualquier cosa". Aun así, la banda madrileña que no es muy propicia a esto de tener que interactuar con una pantalla, tampoco quería quedarse en casa y ha apostado por hacer al menos un acústico semanal. 

David Payà y Flora Sempere de El Diluvi vieron en los directos de Instagram un modo de no dejar al grupo valenciano parado y, por eso, han optado por hacer al menos un mini concierto de lunes a viernes, lo que ellos llaman como el 'Café i cançó'. No son siempre todos sus miembros, van rotando, y además aprovechan para conversar directamente con su público. "La cancelación de fechas nos deja en una situación delicada. Aunque no vivimos cien por cien del grupo, sí que nos aporta muchos ingresos. Y el hecho de que los conciertos se aplacen significa que no se pagaran y en consecuencia los músicos no cobrarán. Estamos buscando soluciones para salir de esta". 



No es fácil tampoco la situación en la que ha quedado el cantautor de Torrent Pau Alabajos quien lanzó en febrero su nuevo disco Les hores mortes. "Estaba en plena promoción y habíamos apalabrado varias presentaciones en acústico, los conciertos empezaban el 18 de abril", asegura. Es por esto que, aunque nunca antes había hecho un concierto por streaming, Internet ha valido también a este artista como herramienta para seguir conectado a su público. En su caso, a Alabajos además de conciertos le han llegado propuestas de registrar canciones. Desde alguna recomendación musical para el Consejo Insular de Formentera hasta alguna versión de las obras de Ovidi Montllor. "No todo son directos, pero se adaptan a la situación actual", apunta. 

Por su parte, a Delaporte el confinamiento le pilló en el estudio de grabación, según cuenta Sergio Salvi, en un "momento todavía bastante tranquilo". No obstante, el duo de Madrid tenía en su calendario varias fechas de conciertos: el primero el festival SanSan de Benicàssim, que ha sido aplazado hasta octubre. Su única opción, como la del resto, era encontrar un nuevo canal para no desconectar.  "Nos ha costado empezar a hacer directos, de hecho, en estos tres años siempre -entre comillas- nos hemos negado a hacer acústicos porque nuestra idea como grupo es tratar de meter la electrónica en el pop español, y no podemos hacerlo deshaciéndonos de esta. Pero es evidente que ahora había que hacer una excepción". 

A partir de aquí, los cantantes tuvieron que ver cómo organizaban los conciertos en un escenario que no cambia, siempre dentro de los límites de la red (en la mayoría de los casos de Instagram), y para un público que no deja de aparecer y desaparecer en medio de la actuación. Qué es lo que sienten tocando ante una pantalla que les envía corazones y cientos de interacciones por segundo. Y, sobre todo, qué ocurrirá cuando todo esto acabe. ¿Volverán a ser los mismos? ¿Ellos, su música y un publico de carne y hueso ante el que actuar? ¿O hemos acelerado el futuro distópico de Black Mirror

1. Preparar los conciertos 

David, El Diluvi: "Intentamos en cada directo, por la necesidad del formato, adaptar las canciones para tocarlas con los pocos instrumentos que tenemos y también porque no podemos tocar todos juntos. Yo que soy el violinista, ahora toco la guitarra para acompañarme con la voz. Esto nos ha llevado a tener que hacer una versión interesante de cada canción. También, es la primera vez que hacíamos un concierto en streaming y vamos aprendiendo en cada uno. Es un poco, ensayo y error. Nos pasa de todo."

Flora, El Diluvi: "Y hemos optado por recuperar canciones que hacía tiempo que no tocábamos. La semana pasada cogimos 'Motius' o 'Ànima blanca', que haría dos años que no la tocábamos en directo. Esto está bien porque en las giras no puedes interpretarlas todas y al volver a hacerlo ves los vicios que tenías y terminas perfeccionándolas un poco más". 

Nadia Sheikh: "Tengo la suerte de que la manera en la que yo escribo canciones es con la guitarra acústica, entonces todas las canciones que toco con la banda en eléctrico, han nacido conmigo. Más que prepararme algo nuevo, es volver a los inicios y cantarla como es, una historia y una melodía."

Sergio, Delaporte: "Nosotros hemos tardado un poco en encontrar la fórmula, porque es complicado adaptarse con la electrónica y más estando cada uno en su casa. Pero hemos logrado preparar unos directos acústicos que siguen teniendo su componente electrónico y de baile. Eso sí, pensamos que es inútil hacer un concierto de una hora, el público solo aguantará 3 o 4 canciones porque las conocen y se las imaginarán en su cabeza. Aun así, está siendo interesante volver a descubrir nuestros temas por tener que darles una vuelta. En mi caso he vuelto a tocar el piano."

Marcos, La Sonrisa de Julia: "Hay canciones que en una banda funcionan bien pero con una solo voz no. Por eso cambia la elección de las canciones que tiene que hacer con una guitarra acústica. Hay mucho trabajo previo para ver cómo interpretarlas. Nosotros hemos aprovechado para tocar canciones que en directo no solíamos tocar. Tenemos casi 70 temas y en los conciertos solo tocamos 20. La gente siempre echa de menos algunas. Este es el mayor aliciente." 

Pau Alabajos: "No hecho ningún concierto exclusivamente mío, todos son festivales en streaming a los que me han propuesto unirme y cada uno tiene sus cosas. El que hice para el sello Primavera d'Hivern cante todos los poemas que he ido musicalizándo hasta la fecha, en otro escogí cuatro canciones que llamaran a la solidaridad y en el de este sábado todo tenían que ser covers." 



2. El directo: mismos nervios y aplausos con emojis

David, El Diluvi: "El directo nos da los mismos nervios o incluso más que un concierto, posiblemente porque no estamos acostumbrados. Es una sensación muy extraña, sabes que la gente te está viendo y que eso se quedará grabado, por eso quieres hacerlo lo mejor posible. Tampoco sabes si leer los comentarios o no leerlos. Incluso cuando llega el final no sabes por "donde salir" o cómo hacerlo, porque en la gira cuando llega la última canción, el púbico aplaude y tu te vas del escenario, aquí no. Pero es muy bonito que haya gente de todo el mundo viéndote. Hemos recibido mensajes de México o de Francia"

Nadia Sheikh: "Es muy raro cantarle a la pantalla y que al terminar cada canción en lugar de que el público te aplauda te manden palmas con emojis. Es como más íntimo, pero a la vez no lo es porque hay una máquina de por medio que te quita la sensación de que lo que estás haciendo es algo personal, porque no tienes a nadie delante. También desconcentra un poco que mientras estás tocando te aparezcan comentarios en la pantalla, intentas leer pero a la vez cantar. En un local de más de 50 personas es difícil que la gente te pregunte algo directamente. Yo al final opto por hablar cuando se acaba cada canción y leer lo que me dicen porque así se hace más ameno".



Sergio, Delaporte: "Lo más difícil es que interactúas con la gente pero la gente no interactúa entre sí. Son entonces como 400 personas que todas interactúan solo contigo, es difícil llevarlo. Pero hay también cosas curiosas e interesantes de los directos. Por ejemplo que puedes aprovechar para tener al público más cerca, en un concierto no te pones a hablar de esa manera, como mucho preguntas a modo general qué tal estáis. En persona se ve al público más como una entidad, preguntas a una masa de gente. En Instagram no hay una masa, hay muchos individuos. Esto te da la posibilidad de ser más selectivo".

Pau Alabajos: "Es una experiencia curiosa, porque las mariposas siguen en el estomago pero no es el aplauso del público el que te empuja a seguir para concentrarte en la siguiente canción."

Marcos, La Sonrisa de Julia: "Para mí el streaming no da para tanto. No siento un inmenso placer. De hecho, lo hago más por el público que por mi. No somos de aparecer en redes sociales todos los días y por eso hemos tenido que bajar el acelerador y decir que no a algunos de los festivales online a los que nos proponen participar, porque pensamos que hay que dosificar. Hay que encontrar ese punto entre echar una mano a la gente y no devaluar tu trabajo. Si apareciéramos todos los días a todas horas delante de una pantalla, lo devaluaríamos totalmente. Yo al menos he optado por hacer esto solo una vez a la semana. Si la gente tiene mucho tiempo y le gusta la música podemos hacer otras cosas como coger un disco y escucharlo con los ojos cerrado y en unos auriculares. Yo hacía mucho tiempo que no dedicaba mi tiempo a escuchar un disco entero. Es una época en la que hace falta reflexionar mucho sobre lo que está pasando y viendo tocar se puede reflexionar un rato, pero también hay que dejar espacio para otras cosas". 

3. Y después de la cuarentena, ¿seguirán los conciertos por Instragram?

David, El Diluvi: "Nosotros no nos hemos planteado seguir haciendo directos después de que esto pase, porque realmente esto nace como consecuencia de estar todos en casa. Además, yo creo que la gente tiene más ganas que nunca de salir y disfrutar de la compañía de otras personas".

Nadia Sheikh: "Cuando todo se acabe sí que me planteo seguir haciendo directos, porque estoy disfrutando mucho de interactuar con el público de esa manera, empezar esas conversaciones, aunque veo muy difícil coordinarlo. De normal ahora estaría dando clases, trabajando, en un ensayo o en un concierto claro."

Sergio, Delaporte: "El streaming no lo usaremos para hacer conciertos, pero sí para mantener ese feedback. Incluso para hacer como estadísticas. La primer vez que hicimos el directo en la cuarentena le preguntamos a la gente de qué temas les gustaría tener en versión acústica y muchos dijeron 'Azul Marino', pues esto nos da pistas para otras cosas".

Marcos, La Sonrisa de Julia: "Espero que volvamos a un escenario cuanto antes. Tocar sin ver al público no es algo que sea comparable a un directo de verdad. El otro día escuchaba a los hosteleros defendiendo sus intereses y decían que ellos fueron los primeros en cerrar y serán los últimos en abrir. No, los últimos en abrir serán los músicos con sus conciertos, porque no se permitirá tener a tanta gente apegada. Lo vivimos con mucha preocupación, porque esta es la última fuente de ingresos que nos quedaba. Nuestra profesión está llena de clase media super inestable, yo me puedo incluir en este grupo. Miras al horizonte y nunca encuentras la estabilidad, pero aún así llego 20 años en esto. Espero que la gente nos devuelva la generosidad que hemos tenido y que el directo adquiera mucho valor".  

Pau Alabajos: "Ahora estamos centrados en ver cómo reconducir tantas fechas que han quedado colgadas. Los teatros por ejemplo ya tenían casi todo el segundo semestre del año embastado. Y no será fácil porque esto parece que va para largo y también se tendrán que posponer conciertos de más adelante. Estamos básicamente en un limbo. Somos un sector que ya sufrió una crisis estructural hace tiempo y ahora vuelve a estar en una situación vulnerable. Necesitamos esfuerzos públicos".