VALÈNCIA. "Internet es fantástico, pero también puede convertirse en el Far West, tiene mucho peligro. El primero es el que se deriva del anonimato. La gente cree puede decir lo que le dé la gana de quien quiera o subir imágenes ignominiosas de otros sin su consentimiento. Siendo este hecho ya grave, lo peor es que luego los buscadores te indexan los resultados en función de las visitas que se reciben y aquí siempre triunfa el mal rollo por encima de lo bueno. Al final, el problema es que la gente tiene unos derechos que no sabe cómo ejercer".
Las palabras corresponden a Josep Coll, abogado de formación y fundador de Red Points y ahora cofundador de RepScan con el que ofrecen un servicio para eliminar lo negativo que internet dice de una persona. Para ello han desarrollado un SaaS que se encarga de buscar todos los contenidos negativos relacionados con un tema o una persona determinada y suprimirlos al precio de 95€, si se trata de una fotografía o un video, 257 euros, si lo que hay que eliminar es una noticia, página web o datos, o un servicio de suscripción de 195 euros al mes denominado RepScan alert cuando quieres recibir alertas cada vez que se publica un contenido relacionado con un determinado tema o persona. En cualquier caso, el pago siempre es a éxito y documentando todo el proceso, para que el cliente pueda ver el antes y el después. “Nosotros lo que hacemos es facilitar a la gente una plataforma en su móvil para que puedan ejercer los derechos que les corresponden”.
Subraya también Coll la función social que puede desempeñar RepScan si se tiene en cuenta que esos contenidos que vulneran derechos fundamentales, “corresponden, en el 83% de los casos, a ataques contra mujeres, publicando fotos o videos cuya difusión no han autorizado o ciberacoso. Es un problema grave en el que muchos encuentran un negocio”.
En Europa, lo que se conoce popularmente como el derecho al olvido digital está reconocido desde 2014. En España corresponde a Abanlex, con Joaquín Muñoz y Pablo Fernández Burgueño como socios fundadores, el mérito de ser el primer despacho de abogados que defendió el derecho al olvido de un particular frente a Google Inc. y Google Spain ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en Luxemburgo. Ello les permitió ser galardonados en los Premios Global Legal Awards.
El protocolo establecido en España para ejercer el derecho al olvido pasa, en primer lugar, por dirigirse a la entidad que trata los datos, generalmente los buscadores. Si la entidad no responde, entonces ya se puede interponer una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos y, si se desestima, acudir a los tribunales. Aunque la mayoría de los grandes buscadores han habilitado su propio formulario, lo cierto es que la respuesta, si es que llega, lo hace con demasiada demora, cuando el daño es ya inevitable.
La excusa en la que se respaldan muchos de estos buscadores la encuentran en los algoritmos. Pero tampoco se le escapa ya a nadie que los algoritmos, en muchos casos, están cargados de sesgos y que el aprendizaje de las máquinas se basa en la introducción de datos. El problema surge cuando esa información que alimenta a la máquina no está equilibrada.
Para combatir los sesgos algorítmicos surgen soluciones como Eticas Consulting, una startup impulsada por Gemma Galdon, a través de la cual ofrecen un servicio de auditorías algorítmicas a las empresas interesadas en generar confianza a los clientes y usuarios a través de la transparencia y la ética.
“En Eticas Consulting hacemos ética práctica, es decir, trabajamos para que los grandes principios que guían la sociedad como la igualdad de oportunidades, la transparencia o la no discriminación, se traduzcan en especificaciones técnicas de los desarrollos tecnológicos que a día de hoy toman decisiones en nuestra vida. Para ello, realizamos auditorías de algoritmos y comprobamos que las garantías legales se apliquen al mundo digital, especialmente a la inteligencia artificial, y ayudamos a que se cumplan dichos principios”, declaran.
Otra práctica indeseable que suele ejercerse en internet es la utilización de los datos de los usuarios para fines publicitarios. El mercado de la publicidad digital basada en datos mueve, solo en España, alrededor de 3.000 millones de euros. Sin embargo, lo habitual es que el usuario no perciba ninguna retribución por ello.
Con el propósito de compensar este desnivel, aparecen empresas como KubikData https://www.kubikdata.com/, nacida en Barcelona en 2019 dentro del mercado de la publicidad y el marketing online con un modelo basado en la economía circular “más transparente y justa”. Con esta plataforma, los usuarios participan de los ingresos que genera su consumo publicitario y su relación con las marcas siempre es consentida.
Como recuerda Carl J. Tessmar, CEO de KubikData, “No cambiamos el mercado, pero sí las reglas del juego”. La forma de conseguirlo es pagando a los usuarios por el visionado de hasta un máximo de 10 anuncios al día relacionados siempre con marcas y temas de su interés personal. El modelo de reparto garantiza que el 50% de la inversión publicitaria de las marcas a través de su plataforma llega directamente al bolsillo del consumidor. De esta forma, los usuarios pueden obtener unos ingresos adicionales máximos de hasta 300 euros al mes.
Por su parte, las marcas y las empresas que realizan sus campañas a través de ellos aumentan su eficacia y la posibilidad de conversión al llegar a su público objetivo real mediante los filtros previos personalizables. Además, gracias a su sistema pionero de verificación, se garantiza que los anuncios son visionados y escuchados en un 100% de los casos, mejorando así las métricas de las campañas.