opinión

El sector agroalimentario sale fortalecido de la crisis del Covid-19

Sus empresas afrontan esta nueva era financieramente mucho más sólidas y estables como para liderar el cambio actual, según el consultor

28/04/2020 - 

VALÈNCIA. Durante toda esta crisis, junto con el sector sanitario probablemente el sector agroalimentario está siendo uno de los grandes protagonistas. Por un lado, es uno de los grandes beneficiados por la pandemia pero también esta exhibiendo un grado de compromiso con la situación digno de ser elogiado. Esta crisis va a hacer que tanto los productores como los consumidores suframos grandes transformaciones desde como elaboramos hasta como consumimos alimentos.

En estos días de confinamiento he podido leer muchos informes y escuchado a otros tantos analistas, y posiblemente la palabra sobre la que se cimentará buena parte de esta transformación será la personalización. Si algo nos ha dejado claro esta pandemia es que somos muy distintos, y que no a todos nos afectan las cosas de la misma manera. El Covid-19 ha puesto de manifiesto la especial vulnerabilidad de muchos grupos de riesgo. Ya no todo valdrá para todos.

Por parte de la industria veremos algunos 'drivers' fundamentales que arrastrarán el cambio donde las normas sobre seguridad alimentaria mucho más exigentes y restrictivas, que cambiarán la cadena de suministro y el modo de fabricación para adecuarlos a entornos de mayor proximidad. Lo harán tanto con proveedores como con consumidores, pero al mismo tiempo reduciendo los contactos entre personas en la empresas.

La industria se verá también obligada a ser capaz satisfacer las necesidades de un mercado cada vez más segmentado, con necesidades mucho más concretas y personalizadas, con innumerables grupos sociales y nichos de mercado que buscan productos diferenciados. Esto, dará una ventaja a pequeñas y medianas, compañías capaces de adaptarse y flexibilizar sus procesos productivos.

La robotización y las nuevas tecnologías ya no se encontrarán con barreras sociales o morales como hasta ahora, dado que los condicionantes sanitarios tumban ese tipo de debate. Esto hará que haya muchos puestos de trabajo que se perderán y esto, que ya se venía anticipando hace tiempo, se verá acelerado .

Además de todo esto, la industria tendrá que lidiar con una situación a medio plazo de crisis global y recesión, con tasas altísimas de desempleo y mucho menos gasto y consumo en los hogares; por lo que además de manejar todos estos cambios disruptivos tendrá que hacerlos dentro de un entorno de restricción de gasto con unos precios acordes a la situación.

Nuevo paradigma

Pero lo que no cambiará será quien lidere y en torno a quien se construya ese nuevo paradigma en el sector  y ese no es otro más que el consumidor. Si ya desde hace años la alimentación saludable y la búsqueda de la mejora de la salud a través de la alimentación había sido la referencia de la innovación agroalimentaria, la pandemia que estamos sufriendo no ha hecho otra cosa que acelerarla y profunduzar esta tendencia.

La preocupación por mi salud -como algo individual  y diferente a los demás- marcará la decisión de compra del consumidor post Covid-19. El concepto de alimentación o nutrición personalizada o de precisión será sin lugar a dudas el factor principal del desarrollo del sector en los próximos años. Esta crisis ha generado una preocupación por la salud y todo lo que eso implica sin comparación histórica posible. Según Google Trends, en las ultimas seis semanas ha habido casi el doble de búsquedas de 'sistema inmume' que sobre la propia palabra 'coronavirus'.


Durante los próximos meses, veremos innumerables aplicaciones o pequeños aparatos, que permitan controlarnos determinados parámetros básicos de nuestra salud; así como las necesidades de determinados nutrientes en nuestro organismo. Este tipo de tecnologías condicionarán nuestra cesta de la compra y la harán mucho más personal e individual. Ya veníamos hablando de la e-health y entramos en la era de la e-nutrition.

Al margen de grupos poblacionales de riesgo que se han visto especialmente vulnerables en esta pandemia como diabéticos, embarazadas, hipertensos y otros que aun no hemos descubierto. Los dos grandes segmentos de consumidor donde pondrá el foco la innovación alimentaria serán sobre las personas mayores y los millennials. Los primeros -cada vez más numerosos- han visto como el Covid-19 ha puesto de manifiesto su especial vulnerabilidad justo en el momento dónde sus expectativas de vida eran más altas que nunca . Los segundos -porque además de constituir la base de la pirámide de población futura- han crecido con nuevas tecnologías y son mucho más receptivos a los cambios que ninguna otra generación.

Análisis geopolítico

Las empresas que sepan entender que el consumidor del futuro- y ya del presente- es el individuo con algo único y diferenciado serán las que encabezarán este imparable proceso de transformación del sector.

El análisis geopolítico parece que siempre cobra una especial relevancia en los últimos años y quizás en este aspecto tengo una visión distinta a la mayoría de los informes y análisis donde como en casi todo ponen al frente del cambio a Asia y especialmente a China. Como todos estos análisis futuristas el riesgo es alto, pero yo tengo serias dudas que China lidere el cambio hacia la nutrición o la alimentación del futuro y principalmente por algunas de las consecuencias que se derivan de esta crisis.


Es evidente que Occidente no ha gestionado la crisis de la mejor de las maneras donde cientos de miles de contagiados y muertos han puesto en serias dudas a gobiernos e instituciones occidentales para los ciudadanos y consumidores; pero también estos gobiernos e instituciones son los mismos que nos sacarán de ella y esa percepción no será la misma en unos meses.

Por otro lado, a pesar del evidente avance de la industria y la innovación China, en los productos agroalimentarios no han conseguido despertar en el consumidor occidental esa percepción de seguridad y confianza que puede haber generado China en otros muchos productos de consumo; y sobre todo en un momento donde los aspectos relacionados con seguridad alimentaria y confianza del consumidor serán mucho más condicionantes en la compra de alimentos.

China se aleja del liderazgo en el sector

Esta pandemia ha cambiado algunos comportamientos del consumidor que también alejan a China de ese liderazgo en el sector. China parece que ha superado antes que otros países la pandemia, pero también ha generado muchas dudas y credibilidad en torno a su gestión y tampoco podemos olvidar que el origen de la misma fue allí :

  • El cierre de fronteras y las limitaciones de tráfico de personas y productos favorece a los productos de proximidad y a las cadenas de producción cortas y locales .
  • Aumenta la preferencia por marcas que se comprometen y actúan con la situación y con el entorno a todos los niveles.
  • El concepto de 'comunidad' en torno a la marca y sus valores serán uno de los principales elementos para seducir y enganchar al consumidor. Las marcas chinas tienen muy complicado transmitir estos valores y menos a la población occidental.
  • El aumento de gobiernos y lideres con tintes populistas y xenófobos tampoco favorecerá a los productos chinos.

En definitiva y a pesar del complejo escenario de crisis y recesión en el que nos vamos a mover los próximos años, el sector agroalimentario -y especialmente en nuestro país-, lo afronta en una situación privilegiada porque no se ha visto tan negativamente afectado por la crisis provocada por el Covid-19. Sus empresas afrontan esta nueva era financieramente mucho más solidas y estables como para liderar la reconstrucción y el cambio que ya estamos viviendo. Nunca como ahora este sector pudo ser tan clave en la reconstrucción de nuestra sociedad.

Ignacio González Ochoa es socio director de AVD Consultores

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