VALÈNCIA. Tiene razón el periodista Rafa Cervera. “Camilo Sesto es una de las estrellas más fascinantes de la música pop española”. La noticia de su fallecimiento el pasado domingo supuso tal conmoción en España y Latinoamérica que no es de extrañar que protagonizara los informativos de todas las cadenas, copara la portada de la totalidad de los medios digitales y su nombre artístico se aupara como Trending Topic mundial en Twitter.
En la Comunitat Valenciana la cadena pública À Punt, además de hacerse eco en sus informativos del domingo, dedicó la tarde del lunes, durante su único programa en directo, À Punt Directe, a repasar la biografía del alcoyano más internacional. Se trataba además de la jornada de estreno de su nueva temporada. El poder de atracción de Camilo Sesto eclipsó las emisiones del prime time, al auparse aquel día como el programa no informativo y de no ficción con más espectadores (47.000) pese a no ser emitido en una franja horaria con tanto público potencial como sí lo hay en la franja de la noche.
Recordar que la corporación valenciana À Punt tiene acceso al archivo de la extinta Canal 9, tal y como comprobamos en la actualidad con la reemisión de muchas de sus series. Además, como en todas las televisiones, existe una persona de documentación trabajando los fines de semana que puede ofrecer a los periodistas material en todo momento. Algunas cintas pueden estar algo desfasadas (en 4:3) por pertenecer a la década de los 90, y, en consecuencia, pueden necesitar algún tipo de grafismo que lo envuelva y adapte a nuestras actuales pantallas. Otras pueden considerarse no muy adecuadas para la línea editorial de la actual televisión, eso sí, dependiendo del enfoque con el que se muestren. Sin embargo, no hay duda alguna de que, entre las decenas de horas sobre Camilo Sesto grabadas por los técnicos de la desaparecida Canal 9, existen momentos inolvidables, delante y detrás de cámara, que merecen guardarse en la memoria colectiva. Gracias a algunos de los profesionales de por entonces vamos a recordarlas.
Era 1997. Canal 9 producía en aquella época programas musicales como setas, hasta que le tocó el turno a Camilo Sesto. La productora Producciones 52 fue la encargada de realizar el programa ‘Especial Camilo Sesto’. Lo presentaba Inés Ballester y se grabó en Elche. El equipo de realización estaba compuesto por Carmelo Herrero como realizador, junto a Esperanza Arteaga y Estanis Fabuel como ayudantes de realización. Era la primera vez que Camilo Sesto se dejaba ver por España desde su éxodo a Miami. El programa no solo contaba con actuaciones junto a algunos viejos amigos como Pablo Abraira, sino que además estaba salpicado con reportajes que mostraban su casa de Miami, su regreso a su pueblo natal, Alcoi y la visita a la casa familiar.
El material de Miami no fue grabado por el equipo valenciano, que sí se hizo cargo de su montaje. En concreto, lo editó Estanis Fabuel. “Lo primero que me llamó la atención al ver el material fue que Camilo Sesto iba vestido de la bandera de España. Se le notaba que quería poner énfasis a que regresaba a su país y que eso era lo extraordinario”, explica. El vídeo, disponible en Youtube, contiene algunas perlas que nos ayudan a entender las obsesiones del artista, su desparpajo y su llano sentido el humor. “¿Qué si España está en mi corazón? Por supuesto”; “Soy valenciano de los pies a la cabeza y no me canso de repetirlo”. La mejor declaración surge al olvidarse de la cámara, cuando avisa a sus familiares que entren en el plano: “¡Yeee!, ¿hablo yo o un pasa un carro? Venga, salid, que para mí es un orgullo presentar a mi familia” (minuto 2:15).
Otro de los vídeos emitidos mostraba el interior de la casa donde se crió de pequeño con sus padres y hermanos. El realizador Estanis Fabuel y el operador de cámara, Juanjo Company, entraron en aquel lugar acompañados del cantante y su hijo Camilín. El niño, entusiasmado con el viaje, fue el primero en entrar y abrir todas las puertas y ventanas, hasta que llegó a un balcón que daba a un deslunado (minuto 0:29 del siguiente vídeo). Tras abrir la balconada de par en par, Camilo Blanes Jr. gritó al vecindario: “¡Ha llegado Camilo Sesto!”. “Tira para adentro, gilipollas”, le espetó su padre mientras le daba una colleja.
Fue ese mismo año, 1997, cuando Camilo Sesto accedió a dejarse entrevistar por el polémico programa ‘Tómbola’, un tipo de show del que es difícil rescatar material con enjundia. Sin embargo, es inevitable pasar por alto la procacidad de aquel divo que, como Rafa Cervera decía en este artículo, le importaba un bledo lo que pensáramos de él. Es bien conocido por los espectadores que el asiento del invitado y el de Ximo Rovira eran unos sofás con forma de labios, como el famoso sofá de Dalí. Cuando Camilo Sesto vio la butaca, se acercó al realizador, de nuevo Estanis Fabuel, y le dijo: “Quítame ese sofá, que mañana va a salir en toda la prensa que me han besado en el culo”.
Lejos de quedar aquello en un chascarrillo entre profesionales del medio, Jesús Mariñas, que se había enterado del asunto, le preguntó durante la emisión por sus problemas con el asiento. “¿Realmente tienes algo en contra de los labios de ese sofá?”. “Si a ti te gusta que te besen el culo, ponte de espaldas”, respondió deslenguado la gran estrella de la música romántica (minuto 2:13 del siguiente vídeo):
Cuando un artista valenciano nos dejaba, los homenajes póstumos hacían volar por los aires la programación prevista de la cadena. Daba igual que fuera fin de semana, navidad o verano. “Se nos activaba un dispositivo que yo lo llamo ‘ganas’”, resume un antiguo trabajador.
Desde el nacimiento de la primera radiotelevisión pública de la Comunitat Valenciana, fueron muchos los homenajes de última hora, con los consiguientes cambios en la programación urgentes, por razones de fuerza mayor, que se llevaron a cabo con más o menos medios, pero que por fortuna dieron sus frutos con buenos resultados de audiencia. La noticia de la pérdida de artistas como Bruno Lomas, Concha Piquer, Antonio Ferrandis, Pepe Sancho, Jose Luis García Berlanga, Vicent Andrés Estellés, Joan Fuster, incluso el vilipendiado Ovidi Montllor, que bien poco había participado en la televisión pública (tan solo dos veces), hicieron modificar la programación preestablecida para recibir a contrarreloj las muestras de respeto y admiración por parte de la cadena pública.
El primero de los artistas homenajeados por la recién creada Canal 9 fue Bruno Lomas (Emilio Baldoví para sus vecinos de Xàtiva), fallecido la madrugada del viernes 17 de agosto de 1990 en un accidente de tráfico camino de Lliria. La noticia no saltó a los medios hasta el domingo 19. Para entonces, Canal 9 ya había activado los pertinentes cambios en la parrilla del domingo. Por suerte, existía un programa grabado el año anterior, Solfa Íntima, producido por Jose Manuel Granero y realizado por Pedro Rosado, que incluía una extensa entrevista al cantante en los exteriores de un cementerio de coches, localización premonitoria elegida por el propio artista. No hubo que hacer más que volver a emitirla aquella noche, levantando lo que tenían programado.
Más jugoso es lo que ocurrió el miércoles 12 de diciembre de 1990, cuando falleció la célebre cantante de copla Concha Piquer. Por aquel entonces dirigía la corporación Amadeu Fabregat, gran admirador de la artista, según cuentan sus coetáneos. Su fanatismo era tal que durante todo aquel día se escuchó por el hilo musical de Canal 9 su discografía completa. “Mientras estabas trabajando aquel día, o te llamaba alguien por centralita, tenías de sonido de fondo sus canciones”. La noticia de su fallecimiento llegó a la redacción al día siguiente, jueves. La dirección escogió a un reducido equipo de profesionales, quienes habitualmente realizaban el programa ‘Fulles Grogues’, para sacar adelante a toda máquina un reportaje de 12 minutos que sería emitido después del informativo de la noche del viernes 14 de diciembre, además de otro de 30 minutos que se lanzaría en prime time el domingo.
“Por aquel entonces la edición era tremendamente farragosa, dado que era todo a cinta”, explica el realizador de aquella pieza Javier Martín Roig. La precariedad de la etapa analógica provocó que aquel fin de semana se hicieran jornadas maratonianas. “Estuvimos editando desde las 4 de la tarde hasta las 9 de la mañana”, relata el responsable de aquella producción, Francesc Picó. “Lo recuerdo porque se me rompieron las gafas”. El documentalista Federico Segundo confirma que el material al que se recurrió incluía algunas de sus películas, además de adquirirse de TVE los derechos de uso del programa ‘Cantares’ de Lauren Postigo.
Además contaron con la inestimable colaboración de un gran admirador de la cantante y actriz, Miguel Molins, que tenía una inmensa fonoteca de la que tiraban asiduamente. Gracias a él tuvieron acceso a la grabación inédita de la última canción que interpretó la artista, grabada en casete, y que fue emitida en el especial. El resultado de aquel programa especial fue, sin duda, de lo más exquisito y muy completo.
Al no existir las redes sociales, donde ahora todas las personalidades tuitean de forma inmediata sus condolencias, se buscaban declaraciones mediante las agencias de noticias. Así es como consiguieron, por ejemplo, unas palabras de Joan Manuel Serrat. “El contenido se le dio un tono, no solo mitómano sino también sociológico”, explica Martín Roig.
El 10 de marzo de 1995 nos dejó Ovidi Montllor. En ese caso fue el equipo del programa ‘Crónica’ quien añadió un reportaje de diez minutos en el último momento para dedicarle el consiguiente homenaje. Cinco años después, el 16 de octubre del 2000, con la muerte de Antonio Ferrandis, se emitió antes del informativo un especial informativo de treinta minutos, ‘Muere Antonio Ferrandis’, que obtuvo una audiencia de un 19,5% y 233.000 espectadores.
El 28 de diciembre del 2009, pese a estar algunos de nosotros en plenas vacaciones de Nadal, y participando quien les escribe, se realizó de forma urgente en el mismo día un programa especial dedicado a Joan Monleón. ‘Por siempre, Monle’, se emitió después del informativo, a las 21:44, y fue visto por 245.000 espectadores (12,8%).
El último homenaje que se recuerda de la vieja televisión es el de Pepe Sancho, fallecido el 3 de marzo del 2013, año que cerró la televisión. Esa noche se emitieron los dos episodios de la serie ‘Tarancón’, y al día siguiente en el programa ‘Encontres’ se produjo un programa sobre su figura de quince minutos.
Vicent Suberviola, miembro del departamento de Ajena de por entonces, recuerda cómo, en paralelo, siempre se activaba en su departamento el protocolo preestablecido si fallecía algún actor o director, no solo valenciano. Esa noche, automáticamente, se programaba una película del artista si estaba en el archivo. “Si no estaba en el stock, entonces llamábamos a la distribuidora para que nos cediese los derechos de un pase de forma urgente, mediante confirmación por fax o mail. Si no teníamos la copia, nos la mandaban por línea”.
Las excepciones han llegado a ocurrir incluso en fin de semana. “Ahí entonces echabas mano de los contactos personales. Llamabas directamente al distribuidor a su número personal”. Emitir un pase de una película no de estreno no era un sobrecoste para nada excesivo. Por 1.000 euros, por ejemplo, se puede adquirir los derechos de un único pase de ‘Los chicos del PREU’ (1967), la única película en la que aparece Camilo Sesto. “La hubiéramos conseguido en el mismo día perfectamente, aunque fuera domingo”.