El analista de XTB no espera novedades en la próxima reunión del Banco Central Europeo (BCE), que tendrá lugar el último jueves de este mes
MADRID. El próximo 26 de octubre tendrá lugar la reunión del Banco Central Europeo (BCE) donde no se espera ningún tipo de sorpresa. Las expectativas serán la de continuar con unos bajos tipos de interés y, por el momento, no incrementarlos.
Las incertidumbres solo aparecerían en cuándo y de qué modo irían reduciendo el programa de compra de bonos. El fortalecimiento de los datos macroeconómicos podría acelerar el proceso de restricción de compra, pero el todavía débil dato de inflación podría sostener la actuación por parte del BCE. Los pensamientos dentro de la institución monetaria europea son enfrentados y la opinión no es unánime.
Lo que parece bastante claro es que hasta que no se paralice o frene la velocidad del Quantitative Easing (QE) no hay ningún tipo de posibilidad al incremento de tipos de interés. Este dato es clave ya que determina la manera de actuar por parte del inversor, que vería dilatado el periodo en el que su coste de financiación se seguiría manteniéndose tremendamente bajo.
Parece clave para el BCE el saber medir los tiempos a la hora de ejecutar la reducción de compra, como también cuando iniciar el proceso de incremento. En este punto los mercados financieros y el comportamiento de los mismos determinará en cierto punto el devenir de la actuación por parte del BCE, que utilizará al mercado como termómetro a la hora de valorar sus actuaciones. Lo extraño en la próxima reunión sería que el discurso impartido por el BCE fuera dirigido a cambiar los tiempos ya establecidos en anteriores reuniones. Aunque el debate podría ser más intenso siempre y cuando no se pongan de acuerdo en la eliminación de compra de deuda, ya que se buscarían otras alternativas.
La próxima reunión puede determinarse como clave, pues las economías enfrentadas propondrán modelos distintos a la hora de determinar el plan a seguir por parte del BCE. El último movimiento del mismo fue reducir la cuantía pero prolongar el tiempo de durabilidad, una circunstancia enfocada a medir el impacto dentro del mercado. Aunque el BCE siempre ha estado abierto a cualquier tipo de modificación en su política, siempre que el mercado lo determine.
El punto de inflexión dentro de la toma de decisiones sigue siendo la inflación, aunque la proyección es buena, hay que tener en cuenta que impacto tienen la toma de decisiones sobre la misma. Por su parte, el ritmo mensual se ralentizará sustancialmente de manera gradual, parece ser el camino habitual que seguirá el BCE. Aunque parece que todo se determinará en 2018, la reunión de este mes y la próxima de diciembre, pueden ser claves para el devenir del futuro en la actuación del BCE.
Jorge López es analista de XTB