VALENCIA. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ya tiene lo que quería: un monovolumen. Como informó este diario, el jefe del Consell pidió hace medio año un nuevo vehículo para sus desplazamientos, en concreto uno que no agravara sus problemas de espalda y que acabara con las cada vez más habituales averías que -según los miembros del ejecutivo valenciano- sufren los automóviles del parque móvil, con una media de más de 200.000 kilómetros.
Tal y como demandó el Molt Honorable, el elegido es un modelo amplio: el S-Max de Ford, que se fabrica en la factoría de Almussafes para toda Europa. Un coche valenciano para el máximo representante de los valencianos. Sorprende su color, algo más de jovial de lo habitual para tratarse de un coche oficial -el azul impact de la gama cromática de la enseña del óvalo-.
La redacción de Valencia Plaza, conocedora de la voluntad del presidente de renovar su coche oficial, se ha puesto en contacto en repetidas ocasiones con la Conselleria de Hacienda -la que gestiona los vehículos- para preguntar cómo iba a articularse este relevo. Pero, como si de una noticia negativa se tratase, antes ha comenzado a circular el vehículo que la información solicitada.
La magistrada apunta a irregularidades administrativas y al desequilibrio en la distribución del dinero, pero no aprecia ilícito penal