VALÈNCIA. (EP). Los accidentes laborales en la Comunitat Valenciana se han disparado en 2017 en una "preocupante tendencia al alza que crece por encima de la media nacional", hasta alcanzar cifras "aterradoras" que suman más 45.000 accidentes --más de 320 graves y 58 mortales--. Aún así, la región valenciana se sitúa en el tercer puesto por la cola con menos siniestralidad laboral de toda España. Hasta este año era la segunda con menos accidentes de este tipo.
El perfil de la mayoría de las víctimas en accidentes graves y mortales es el de un hombre de mediana edad en el sector de la construcción. Por primera vez se da la circunstancia de que la mayoría tiene contrato indefinido pero tienen una antigüedad de menos de un mes en la empresa --de lo que se deduce "falta de formación en prevención de riesgos"--. La mayoría de siniestros se produce en pymes, durante las primeras horas de la jornada y entre las causas principales destacan la organización del trabajo y las condiciones del espacio.
Así lo ha desvelado este martes la directora de general de Trabajo y Bienestar Social, Cristina Navarro, durante la presentación del estudio sobre siniestralidad laboral realizado por el Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo realizado (Invassat), que quiere "llamar la atención sobre la importancia de la cultura preventiva", con motivo del Día de la Salud Laboral (28 de abril).
El informe analiza en profundidad 151 accidentes graves y 14 mortales registrados en la Comunitat Valenciana en 2017 para caracterizar de este tipo de siniestros laborales con el objetivo de encontrar las causas por las que se producen para poder tomar medidas que los eviten o minimicen, ha explicado Navarro.
Los datos relevan el perfil del trabajador accidentado. Por primera vez se da la "sorprendente" circunstancia de que el tipo de contrato en la mayoría de personas que sufren accidentes laborales graves o mortales es indefinido (87,27%), algo que Navarro ha achacado probablemente a la Reforma Laboral da "más facilidad a esta contratación.
Sin embargo, si se mira la antigüedad en el puesto de trabajo, la mayor prevalencia se da en una antigüedad inferior a un mes (26% de los casos), superior a 36 meses (23,6%) y entre uno y seis meses (18,78%). Para la directora general de Trabajo esto evidencia "un problema de formación y un desconocimiento en la prevención necesaria".
Por el tamaño de la empresa, la mayoría de accidentes graves o mortales se da en pymes de hasta 10 personas trabajadoras (43%) y con plantillas de 10 a 50 personas (32,7%), de modo que las empresas con hasta 50 personas concentran el 75,7% de estos accidentes.
Los hombres son los peor parados: sufren el 92,1% de los accidentes graves y suman el 100% de los accidentes mortales. Por edad, la franja entre 35-44 años concentra el 35,2% de accidentes graves y mortales, y le sigue el grupo entre 45-54 años (29%).
En relación al lugar en el que se produce el siniestro, el estudio distingue que en el caso de accidentes graves el 63,6% se producen en el centro habitual de trabajo, un 25,2% en otro centro, un 9,3% en desplazamiento en su jornada y un 0,7% al ir o volver al trabajo. Por su parte los accidentes mortales ocurren en un 50% en otro centro de trabajo, el 42,9% en su centro habitual y un 7,1% en desplazamiento en su jornada de trabajo.
Además, la mayoría de accidentes graves o mortales ocurre en las primeras horas de la jornada: un 52,7% durante las cuatro primeras horas de trabajo, especialmente en la segunda y la tercera, y un 28,5% en las tres últimas.
El tipo de trabajo en el que se producen la mayoría de siniestros son "básicamente de la construcción", ha subrayado Navarro. La forma del accidente suele ser por golpe contra objeto inmóvil (45,4%), con un 19,4% le sigue quedar atrapado, ser aplastado, sufrir amputación y choque o golpe contra objeto en movimiento, colisión con un 13,3%. El tipo de lesión que predomina es la fractura de huesos (50,3% de los casos), conmociones y lesiones internas (12,1%), y ahogamiento y asfixia un 10,9%.
La mayoría de siniestros de este tipo se producen en edificios, sobre superficies en altura (20%), seguidos de edificios o construcciones al mismo nivel (15,8%), dispositivos de traslado, transporte y almacenamiento (13,3%), máquinas y equipos fijos (12,7%) y materiales, objetos, productos, elementos de máquina (10,3%).
Entre las causas de los accidentes, en los graves aparecen con más frecuencia las debidas a la organización del trabajo (76,1%), las condiciones del espacio de trabajo (48,3%), factores individuales/ personales (35%), la gestión de la prevención (29,1%) y las máquinas con un 27,1%). En el caso de los accidentes mortales destacan las debidas a factores personales/individuales y la organización del trabajo con un 85,7% cada una de ellas, las condiciones de los espacios de trabajo (64,3%) y la gestión de la prevención aparece como causa en un 50% de los casos.
Precisamente para combatir esta situación, la directora general de Trabajo y Bienestar Laboral ha puesto de relieve que la Comisión Permanente del Invassat --que reúne Administración, sindicatos y a la patronal CEV-- se reunió este mismo lunes para analizar el informe y hubo "acuerdo unánime en que las cifras son inaceptables", por lo que todos se han comprometido a trabajar en la Estrategia Valenciana de Salud Laboral hasta 2020, aprobada a finales de 2017.
Así, se ha acordado que el próximo 12 de mayo constituirán la comisión de trabajo sobre la estrategia para poner en marcha las líneas de trabajo a seguir, cada uno de los agentes sociales desde su ámbito de actuación.
En estos momentos, ha recordado, tienen en marcha dos campañas informativas en materia de prevención. La primera está dirigida sobre las 'cubiertas frágiles'. "En el siglo XXI todavía están muriendo trabajadores por caer del tejado", ha lamentado Navarro. La segunda, 'Hazte visible', se centra en los servicios en moto, ya que "también hay un pico alto de accidentes en la jornada de trabajo" en este tipo de vehículo, ha apuntado.
Según Cristina Navarro, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, que tiene más de 20 años, se cumple pero en sus "aspectos formales", presentando una serie de documentos, que "a veces no se corresponden con la realidad". A su juicio, no se conseguirá reducir la siniestralidad por más inspectores sino que "lo que hace falta es cultura preventiva".
En este sentido ha defendido que "cuando existe un protocolo de prevención de riesgos laborales se aumenta la productividad, la producción y los beneficios" por lo que invertir en prevención no se puede ver como un coste.