OPINIÓN

El peligro del sector bancario chino

El Gobierno del gigante asiático quiere evitar a toda costa que se produzca un efecto dominó -como sucedió el pasado año- donde la desconfianza causó serios problemas de liquidez como recuerda el analista

28/09/2020 - 

MADRID. El sistema bancario chino despierta dudas que intentan frenar las instituciones para que no se repitan momentos de incertidumbre, que ya en el pasado produjeron serios problemas dentro de la economía. En la situación actual, que el problema se extienda detonaría en uno mucho más grave por la situación en la que nos encontramos.

La posibilidad de un efecto dominó -como sucedió en 2019- es lo que quiere evitar el Gobierno chino a toda costa. La desconfianza causó serios problemas de liquidez y aumentó los costes a la hora de financiarse entre entidades, particulares y empresas. Para ello el Ejecutivo quiere garantizar el caudal de liquidez que los bancos prestan a la economía real. De ahí que se hayan dado fusiones claves para mantener la estabilidad, pero esta cuestión no elimina el riesgo sistémico al que parece estar sometido el sistema bancario chino. 

El Gobierno de Xi Jinping ha dejado este problema para más adelante, ya que la crisis ha golpeado de manera muy contundente -pudiendo denominar su actuación como parche temporal- pero las instituciones están tratando los riesgos de las entidades dudosas.  Lo que China tiene claro es no dejar caer a ninguna institución en este momento, ya que las consecuencias serían terribles como ya hemos podido ver en el pasado. El problema es que esta crisis ha provocado un claro incremento de los bancos e instituciones financieras con dificultades.

Esta incertidumbre está causando un claro impacto en los inversores, por cuanto los privados que están dentro están sufriendo las consecuencias y los que se planten entrar muestran un claro rechazando. En esta tesitura la opción de que nuevos inversores entren dentro del sector financiero chino es bastante poco probable, lo que causa más estrés a las instituciones públicas que tienen que soportar mayor peso de todos los efectos causantes de las deudas incobrables.


Todo ello ha provocado que muchos ahorradores hayan optado por retirar efectivo de dichas entidades, teniendo las instituciones públicas que calmar la tensión existente porque una salida importante de capital de las entidades ocasionaría una pérdida de capital para poder prestar a unos tipos de interés sensatos; si las salidas en tromba se dieran ocasionarían un encarecimiento de los préstamos. La situación actual es delicada ya que los bancos mal gestionados -y la capacidad de empresas y particulares para devolver los préstamos- provocan que la situación tenga difícil solución en un corto plazo. 

El problema de China se da también en otras zonas geográficas a nivel mundial porque hay gran cantidad de bancos -pero a diferencia de otras regiones- que carecen de proyecto y estabilidad para llegar a ser rentables. Tal hecho provoca serios problemas dentro de los mismos llegando a intentar tomar atajos que impactan de una manera mucho más negativa, cuyas consecuencias de sus actuaciones se ven de manera muy clara en situaciones delicadas como la que nos encontramos.

Regulación más severa

Lo cierto es que una regulación mucho más severa se ha paralizado por los serios problemas que ha ocasionado el coronavirus, pero China no quiere volver a tener un sector bancario que ocasione unos problemas como ya sucedió en 2019. No solo la regulación se ha tenido que dejar para un mejor momento, sino que también se están produciendo rescates sigilosos anticipándose a posibles quiebras que podrían generar una mayor incertidumbre a una situación ya delicada de por sí. El Gobierno pretende garantizar una estabilidad económica a través de no generar incertidumbres dentro de la industria bancaria, para ello ha agilizado las absorciones de bancos con elevados riesgos de morosidad por parte de entidades más importantes y fuertes en lo que a menor riesgo se refiere.

Las fusiones podrían reforzar la estabilidad en un sistema bancario que por las circunstancias actuales no podría sufrir una restructuración profunda, y cuyas instituciones encargadas de regulación no tienen otra alternativa de prolongar el problema; dejar caer alguna institución bancaria podría provocar una situación aún más grave en una delicada economía china, que todavía no ha salido de su mayor contracción en años.

Jorge López es analista de XTB

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