VALÈNCIA. No hablamos solo de la formación reglada ni de masters de especialización. Actualmente en internet se puede aprender de todo, desde cómo domar a un caballo hasta cómo construir una casa de paja porque la formación online es un sector en auge. Según Antonio Ortega, responsable de optimiza tu funnel https://www.optimizatufunnel.com/ y asesor de formadores online, el mercado crece entre un 5 y un 10% al año. Las previsiones a escala global hablan de un movimiento de 200 billones de euros en 2020.
En cuanto a las temáticas más demandadas suelen estar en relación “con las oportunidades en el mercado laboral: programación, tecnología y todo lo que tiene que ver con el emprendimiento”, en palabras de Miguel Caballero, CEO de Tutellus https://www.tutellus.com/ que, con más de un millón de alumnos en 160 países, presume de ser “la plataforma de aprendizaje colaborativo más grande del mundo hispano”. Catalogando sus productos en cursos, carreras y títulos, Tutellus oferta más de 115.000 videocursos de cualquier temática, “de lo que sea”, decía su CEO, a la vez que reconoce tener profesores y alumnos de todas las edades.
Da la impresión de que cualquiera que disponga de una habilidad determinada, sea del tipo que sea, está capacitado para adentrarse en el negocio de la videoformación. “En el caso de los clientes a los que les he desarrollado un proyecto de eLearning, el perfil del que imparte esos cursos suele ser un individuo experto en una materia específica, que lejos de querer montar una escuela o buscar trabajo en una, lo que quiere es ofrecer formación a distancia de sus conocimientos a esos grupos específicos de usuarios. No suele ser una persona que haya estudiado magisterio, sino un experto en su campo, con habilidades de buen formador. Es una muy buena forma de montar un pequeño negocio online aprovechando tus habilidades, afirma Joan Boluda https://boluda.com/ , experto en tutoriales de marketing online.
Pero la realidad es que luego no resulta tan sencillo elaborar y estructurar los contenidos y, menos aún, monetizarlos. “Es verdad que las barreras de entrada para montar un negocio de este tipo no son comparables con las del mundo offline. Tal vez sea ese el motivo que anima a muchos a adentrarse en este sector, pero hace falta toda una estrategia para hacer el negocio rentable”, precisa Antonio Ortega. El primer requisito para encaminarse en la senda de la viabilidad sería la hiperespecialización en la materia que se desea enseñar y, a partir de ahí, tener luego claro cuál es el producto que deseas vender, definir muy bien el público objetivo al que te diriges, validar ese producto en el mercado antes del lanzamiento y, luego ya, ponerte a trabajar con el curso y conseguir un producto escalable. “Ese es uno de los grandes errores que cometen muchos: hacer primero todo el trabajo y luego preguntar al mercado. Así te das la torta seguro”.
Como dificultad añadida a este sector Euge Oller, responsable de la academia Emprende Aprendiendo https://emprendeaprendiendo.com/, señala la intangibilidad del producto que vendes. “Esto no es como cuando te compras unas zapatillas, donde el cliente ve lo que adquiere y lo puede comparar con otras similares. En la formación online el cliente no ve la calidad o el valor del producto hasta que entra y lo adquiere, por eso tienes que saber explicar muy bien cuál es el valor que generas para que lo perciban”. La otra solución que propone Oller para ganarse la confianza del consumidor es mantener un buen mecanismo de devoluciones. En su caso, el compromiso adquirido es devolver el importe íntegro del curso, hasta un plazo máximo de 30 días, si no satisface las expectativas del cliente. Esta fórmula, que en principio algunos podrían juzgar de arriesgada, asegura que a él le ha reportado una alta tasa de recurrencia.
En cuanto a los precios estipulados también varían mucho. Los hay desde 2 hasta 5 dígitos en función de la especialidad, la duración y el caché del profesor. “Uno de los factores que más suele encarecer esta formación es el soporte del curso. La disponibilidad de personal para hacer tutoriales personalizadas y atender las dudas de los alumnos”, dice Antonio Ortega. Ya como modelo de negocio, la mayoría se basan en el de suscripción. También es habitual compaginar productos gratuitos con contenidos de pago.
Tal vez sea el madrileño David Calle, fundador del canal educativo Unicoos https://www.unicoos.com/ el profesor más famoso en nuestro país. Considerado por Forbes como una de las 100 personas más creativas del mundo, ostenta numerosos reconocimientos -finalista del Global Teacher Prize- por su trabajo como profesor en las redes. Ingeniero de Telecomunicaciones, cerca de 4 millones de personas siguen en youtube sus lecciones de física y matemáticas cada mes, aunque ya cuenta con un importante equipo de profesores que colaboran con él.
David Calle empezó su carrera docente montando su propia academia para ofrecer clases de refuerzo a los chavales. La crisis económica hizo que muchos abandonaran y esto es lo que le animó a vencer la vergüenza, empezar a grabar vídeos y subirlos a Youtube para que pudiesen seguir sus explicaciones de forma gratuita. Ahora asegura que su vida le ha cambiado para siempre.
Tal vez sea siguiendo su ejemplo tan mediático por lo que cada vez son más los profesores convencionales que quieren dar el salto al canal online. Para ellos también han surgido formadores, uno de ellos Jordi Solé https://jordisolem.com/ , especialista en ayudar a formadores o profesionales que imparten cursos o talleres presenciales “a conseguir 1.000€ extras al mes convirtiendo su formación en un curso online, para que puedan posteriormente escalar su negocio y vivir full time de su profesión”. Al menos eso es lo que puede leerse en su página web.