VALÈNCIA. Días atrás la diputada de Podemos Beatriz Gascó se quejaba amargamente en una entrevista concedida a Valencia Plaza por la tendencia a su juicio existente en la conselleria que lidera Elena Cebrián: "Se supone que Medio Ambiente era de Compromís y está prevaleciendo la ideología del PSOE", señalaba la parlamentaria de la formación morada.
Sobre esto, si bien el citado departamento está en manos -o lo estaba a priori- de Verds-Equo, la realidad es que el secretario autonómico y coportavoz ecologista, Julià Álvaro, está teniendo dificultades para llevar a cabo algunas de sus medidas estrella como es el caso del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) de envases. Así, la patronal presentó hace año y medio un manifiesto contra esta iniciativa y, frente a la contemporización de Compromís, solo Podemos desde fuera del Ejecutivo ha mantenido el pulso para avanzar en esta cuestión. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, con el síndic en Les Corts, Manolo Mata, como estilete, ha dado al botón de pausa a la implantación del SDDR congraciándose así con la patronal.
No es la única medida en la que el partido más votado del Botánico, el PSPV, barre para los empresarios con asuntos en los que el acuerdo es parcial o directamente inexistente con sus socios del pacto. De hecho,citando otro ejemplo, la formación socialista se ha enrocado con notable firmeza frente a la pretensión de Podemos de implantar una tasa turística en la Comunitat Valenciana.
Una cuestión en la que la formación morada encontró cierta complicidad inicial en Compromís que, no obstante, se abstuvo finalmente al igual que el PSPV en la Comisión de Economía por lo que la propuesta fue rechazada. En este caso, están siendo los empresarios hoteleros los que vienen apretando las tuercas al Consell y, en esta batalla, la formación socialista -que ostenta las competencias de Turismo en el Ejecutivo- ha sido la que con mayor energía se han plantado contra la citada tasa de la que ha hecho bandera Podemos, quien tampoco llegó a un acuerdo con la formación de Mónica Oltra pese a que sí hubo más clima de pacto dado que había sintonía en la esencia tal y como se apreció en el Debate de Política General.
A falta de siguientes episodios, hasta el momento el PSPV ha defendido la posición pese a que incluso esta disputa está tensando el apoyo del partido morado a los Presupuestos de 2018. Aparte de la oposición empresarial, en la retina de los socialistas se encuentra lo sucedido en Baleares, donde cayó el gobierno de su partido precisamente tras implantar la tasa.
Otra medida que también ha disparado alarmas en el sector empresarial en este caso de la industria alimentaria es la Proposición No de Ley (PNL) para implantar una tasa a productos con una elevado porcentaje de azúcar o grasa. En este caso fue Compromís el responsable de la iniciativa, de la que finalmente la coalición excluyó la bollería a expensas de regularla en otra futura iniciativa y se centró en las bebidas. No obstante, la propuesta sigue en la Conselleria de Hacienda -controlada por el PSPV- a expensas de posibles cambios y que fije, puesto que es su competencia, el porcentaje del impuesto antes de que vaya a Les Corts. Una circunstancia que evidencia el especial cuidado de la formación socialista respecto a las acciones que pueden repercutir en los empresarios.
Unas atenciones que contrastan, especialmente en las últimas semanas, con la actitud incisiva la líder regional del PPCV, Isabel Bonig, cuyo grupo ha cuestionado las ayudas tanto a las organizaciones empresariales como a las sindicales de los presupuestos presentados. Un intercambio de papeles en el que la formación socialista ha adoptado un rol especialmente protector -al menos en determinadas cuestiones- en lo que respecta a la patronal.