VALÈNCIA. Todos recuerdan dónde estaban en los hitos más traumáticos de ETA: el asesinato de Miguel Ángel Blanco, los atentados de Hipercor y la Casa Cuartel de Zaragoza, la masacre al paso del microbús de la Guardia Civil en la plaza de la República Dominicana de Madrid… También qué hacían el 20 de octubre de 2011, fecha en que la banda anunció el cese definitivo de la actividad armada. Coinciden en que ninguno se lo creyó.
“En aquella época hubo sucesivas treguas y nunca acababas de asumir que alguna de ellas fuera el punto final. También los ex presidentes desconfiaron hasta el último momento. Es una historia larga, que se remonta a 1958, y parecía no tener fin”, comparte el responsable de contenidos de no ficción de Amazon, Óscar Prol. Su plataforma estrena la serie documental El desafío: ETA, este próximo 30 de octubre, un recorrido en ocho capítulos a través de más de medio siglo de existencia del grupo terrorista, punteada a sangre y fuego.
La propuesta se basa en el libro del coronel de la Guardia Civil Manuel Sánchez Corbí, Historia de un desafío, crónica prácticamente enciclopédica sobre el trabajo del instituto armado durante las cinco décadas de lucha.
De Irene Villa a Iñaki Gabilondo
Sus dos tomos son la columna vertebral de una serie ambiciosa, que emplea material de archivo inédito y da voz a etarras y víctimas, vecinos y familiares, periodistas y altos mandos de la Benemérita, el antiguo Jefe de la Casa Real, Fernando Almansa, el juez Baltasar Garzón, y los periodistas Iñaki Gabilondo y José Antonio Zarzalejos, quien ejerce de director editorial del proyecto.
Exponen sus experiencias civiles anónimos y políticos de primera línea, caso de los ex lehendakaris Carlos Garaikoetxea y José Antonio Ardanza, y los ex presidentes Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy.
El productor ejecutivo Guillermo Gómez tan solo ha echado de menos el testimonio de una persona, Alfredo Pérez Rubalcaba, al que en 1997, el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, encargó la mediación con el Gobierno de Aznar para iniciar las negociaciones con los terroristas que desembocaron en la falsa tregua de 1999.
El equipo de investigación ya habían cerrado fecha para la entrevista cuando falleció el ex vicepresidente.
La serie coincide con una eclosión de productos audiovisuales dedicados a la historia de la banda, desde el ciclo Memoria vasca: 60 años de conflicto, programado por la plataforma FlixOlé, que agrupa 11 películas, las miniseries Una bala para el rey y El asesinato de Carrero Blanco, la serie 48 horas y el documental Asesinato en febrero, a las series de reciente estreno La línea invisible, programada en Movistar +, y la adaptación del libro de Fernando Aramburu, Patria, en emisión en HBO.
“Hemos observado que ETA se ha convertido en un género televisivo, como en Italia la mafia o el western en EE.UU. Hay un interés por saber qué es lo que ocurrió. No son una competencia, sino una ayuda”, considera Gómez.
Sin miedo
Estos últimos tiempos, la ficción ha venido cubriendo un vacío que no cubre el periodismo. El caso más reciente es el de la miniserie Chernóbil. El desafío rastrea el reguero de 854 asesinatos dejados atrás por ETA, pero presentes en el día a día de sus afectados. Y lo hace con la ventaja que da abordar este mal sueño de nuestra historia reciente sin los terroristas en acción.
“La gente tenía necesidad de hablar, pero hasta el proceso de paz no podían hacerlo como ahora. Hay muchas entrevistas a víctimas y familiares que nunca antes se habían sentado frente a una cámara. Notabas que estaban nerviosos, su dolor traspasa el tiempo y lo que para nosotros ha pasado hace cuatro décadas para ellos es como si hubiera sucedido ayer”, considera el director de la serie documental, Hugo Stuven.
El realizador de Anomalous (2016) y Solo (2018) destaca la decisión de prescindir de una voz en off en los sucesivos capítulos.
Al igual que Aramburu cuando escribió Patria, a Stuven le preocupaba ofender a las víctimas. “Es un material complejo y sensible. Me angustiaba hacer daño a alguno de los implicados, así que he rodado con mucho respeto, con un bisturí quirúrgico, sin una línea editorial”.
Su propuesta llegará a 240 países a través del servicio streaming, pero sus responsables creen que más allá del público patrio, dos serán los más interesados en su trama, Francia, “donde la labor de la policía, los jueces y los políticos fue decisiva, e Irlanda por las conexiones con el IRA”, concreta el productor ejecutivo Luis Velo.
Tras la controversia sucedida en septiembre al desvelar el primer cartel promocional de Patria y ante la polarización creciente de la sociedad, el productor recela de una posible polémica: “Mi obsesión es que no produzca ningún impacto más allá de conocer de forma veraz lo que ha pasado. Nos encantaría que no provocara ninguna conmoción política y que se viera de manera objetiva. Sabemos que no es fácil”.