Banderas socialistas en el suelo a la espera del mitin de Susana Díaz en Valencia. Foto: EVA MÁÑEZVALÈNCIA. Las fuerzas políticas valencianas con sede en Madrid y representación parlamentaria -todas a excepción de Compromís- vienen alejándose de sus distintas direcciones estatales por diferentes circunstancias. Unos hechos que, quizá, puedan terminar con una variación en la morfología de unas fuerzas valencianas hasta ahora centralistas y plegadas a los designios emanados desde la capital de España por obra y gracia de las cúpulas nacionales.
De esta manera, las ramas valencianas de PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos han visto que su sintonía con el centro de la península quedaba en entredicho en las últimas semanas por distintas causas: quién sabe si una señal para profundizar en una alianza de carácter valenciano para fortalecer las reivindicaciones comunes.
-PSPV. Puig, partido perdido por goleada en España. Al presidente de la Generalitat y líder de los socialistas valencianos poco le queda que hacer en Ferraz tras el resultado de las primarias que ha arrojado una victoria contundente de Pedro Sánchez pese a su respaldo a Susana Díaz. Así, para el jefe del Consell se antoja muy complicado tener ningún tipo de influencia en Ferraz más allá de la que le corresponda por su cargo institucional, por lo que todo apunta a que Puig adoptará un perfil bajo y poco beligerante en lo orgánico para centrarse en políticas independientes -molesten o no al PSOE- dentro del ámbito valenciano.
-PPCV. Bonig recibe avisos de Génova. La presidenta regional ha experimentado la curiosa sensación de recibir toques de atención desde Madrid apenas unos días después de haber sido elegida tras un proceso de primarias y la celebración de un congreso en el que el propio Mariano Rajoy vino a València a darle su bendición. El rechazo del PPCV tanto en Les Corts como en la Diputación a los Presupuestos Generales del Estado de su propio partido han provocado sendas reprobaciones desde Madrid. A todo ello hay que sumar la injerencia de la dirección nacional en el proceso provincial de Valencia, donde todas las maniobras de Génova han parecido ir dirigidas a beneficiar al actual presidente, Vicente Betoret, en detrimento de Mari Carmen Contelles, la aspirante próxima a Isabel Bonig. Una situación que, poco a poco, ha parecido polarizarse entre los que defienden la autonomía del PPCV frente a los que reivindican la obediencia a la dirección estatal.
-Podemos. Iglesias no puede con los jóvenes críticos. La dirección estatal no ha podido conseguir que la candidatura que habían apadrinado con Pilar Lima y Héctor Illueca al frente se imponga en el proceso valenciano. En su lugar, el nuevo secretario general autonómico será Antonio Estañ quien, pese a su perfil reivindicativo con el actual Consell, apunta a tejer estrategias más dirigidas a la Comunitat que a los intereses centralistas. Así, el próximo líder ya ha exigido más independencia para la estructura valenciana y, en su entorno, empiezan a surgir ciertas críticas por lo bajo respecto a estrategias de Pablo Iglesias como la moción de censura contra Mariano Rajoy sin consultar a otros grupos parlamentarios.
-Ciudadanos. La caída de Marí, directamente relacionada con Madrid. Si bien la dirección autonómica de Cs se mantiene fiel a Albert Rivera y los dictados centrales, conviene recordar que el ya exsíndic en Les Corts, Alexis Marí, protagonizó un fuerte enfrentamiento con la cúpula estatal por respaldar el rechazo de la cámara a los PGE de Rajoy. Una posición que le costó el puesto y en la que se vio respaldado por tres diputados más. Ahora, tras pasar a segunda fila dentro del grupo, las aguas han vuelto a su cauce en lo que se refiere a la obediencia de la estructura autonómica, si bien la disputa en este tipo de asuntos pueden conducir a nuevos enfrentamientos internos que terminen con una escisión en el grupo dentro de Ciudadanos.
