VALENCIA, (EP). El consumo tiene consecuencias negativas para la salud cardiovascular y pulmonar pero, junto a estos efectos de sobra conocidos, también puede favorecer pérdidas de visión y en casos muy extremos derivar en ceguera, según la oftalmóloga Julia Ponce, de la Sociedad Andaluza de Oftalmología (SAO).
Con motivo del XLIX Congreso de esta entidad que se celebra estos días en Cádiz, esta experta reconoce que como los vasos de la retina son muy finos "el consumo de tabaco puede producir una gran vaso-constricción y provocar que la retina deje de alimentarse, por lo que se produce una disminución de la visión".
Una de las enfermedades visuales más agresivas asociadas al tabaco es la neuropatía óptica tóxica, también conocida como neuropatía tabáquica-alcohólica, que se trata de un síndrome que afecta a fumadores, y tanto más, si combinan su consumo tabáquico con el de alcohol.
"Tanto el alcohol como el tabaco son muy tóxicos para el nervio óptico. La neuropatía óptica tóxica produce una isquemia del nervio óptico, y el paciente va perdiendo la visión", ha explicado.