El cierre de filas con Génova de las familias del PPCV aisla a Bonig y al campismo 'old school'

VALÈNCIA. El paso adelante dado por el alcalde de Ayora, José Vicente Anaya, postulándose como próximo presidente del PPCV en sustitución de Isabel Bonig seguía coleando este viernes en la formación popular. Las lecturas de este movimiento, la postura de la dirección nacional y las reacciones posteriores ofrecen algunas claves de la situación actual del partido de la gaviota en la Comunitat Valenciana.

Por lo pronto, la mayoría de 'familias' políticas del partido decidían ya desde la noche del jueves cerrar filas con la dirección nacional del partido. Desde hace tiempo, se da por hecho que la operación prevista para el PPCV es el relevo de Bonig por el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón. La irrupción del alcalde de Ayora como aspirante a liderar el partido, no fue del gusto de la dirección nacional que, no obstante, evitó in extremis vía telefónica que el presidente provincial, Vicente Mompó, lo fulminara del cargo que ocupa como 'número tres' del PP de Valencia.

Así, Mompó acató la orden de Génova y lo mantuvo en el puesto, una maniobra con sentido ante la promesa de Anaya de dejar su puesto en cuanto se convoque el congreso regional. El enfado del presidente provincial iba más allá de unas aspiraciones, las del alcalde de Ayora, que molestan a la cúpula estatal: la constatación de que Anaya había tanteado a dirigentes locales incluso cercanos a Mompó caldeó el ambiente.

Esto, precisamente, apuntaló aún más la posición de grupos afines a referentes del PPCV en Madrid como Vicente Betoret o Belén Hoyo, que tampoco veían procedente el movimiento de Anaya. Es más, desde el entorno de la portavoz del Ayuntamiento de València, María José Catalá, que mantiene una buena relación con el aspirante, se apresuraban sin embargo a desmarcarla de la jugada; algo que Anaya confirmó en una entrevista concedida a Plaza Radio: "Ella tiene una opinión y yo otra".

Con esta postura del grueso de la provincia de Valencia, el obvio desmarque de buena parte del PP alicantino que domina el favorito de Madrid, Carlos Mazón, y reciente frente apuntalado por Génova en Castellón con Marta Barrachina al frente, las opciones de Anaya en cuanto tropa y referentes del partido.

Curiosamente, desde el entorno de Bonig, firmes defensores del proceso de primarias a través de los militantes, no ven con malos ojos la candidatura pese a que fuera otro rival en liza. Mientras donde sí la apoyan sin ambages, es en el Foro 2020, dentro de lo que podría considerarse el campismo 'old school' (vieja escuela) entre los que se incluyen dirigentes con solera como Pedro Agramunt o Juan Vicente Pérez. Sobre esto, el director de la Cadena Ser en la Comunidad Valenciana, Bernardo Guzmán, aseguraba este viernes que Anaya había comido con el expresidente Francisco Camps hace pocos días, lo que alimenta la tesis de cuáles son los principales apoyos de Anaya.

Visita indeterminada de Bonig a Madrid

Con estos antecedentes, el escenario actual del PPCV refleja una mayoría de referentes y familias políticas dispuestas a asumir las directrices de Madrid, que solo podrían revocarse por un apoyo masivo de la militancia a Bonig, quien sigue asegurando que se presentará, o a algún candidato alternativo como Anaya.

Precisamente, distintas fuentes apuntaban a una visita de Madrid en las últimas horas de la líder regional. Un extremo que fuentes oficiales del PPCV evitaron confirmar o desmentir, y que tampoco aclararon desde la dirección nacional. En la cúpula estatal, el deseo es conseguir una transición tranquila en la Comunitat Valenciana, que pasaría por una cesión de Bonig del liderazgo sin presentar batalla a cambio de otros puestos, algo a lo que la presidenta regional no parece estar dispuesta a priori. En cualquier caso, en Génova prefieren evitar cualquier tipo de decisión antes de las elecciones madrileñas. 

Torrent se decide este sábado

Por otro lado, otra disputa interesante en el PP valenciano tendrá lugar este sábado en Torrent, donde miden fuerzas la exalcaldesa Amparo Folgado y el concejal Arturo García, quien mantiene buena relación con María José Catalá. Los intentos de una candidatura de consenso, tal y como preferían en la dirección provincial, no han prosperado.