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VALÈNCIA. “Espiritual”. Solo una vez pronunció esta palabra el artista Hamish Fulton, durante la presentación de su nueva exposición en Bombas Gens Centre d’Art, pero fue suficiente como para comprender en qué plano se sitúa su proceso de creación artística. El inglés aterrizó ayer en València con Caminando en la Península Ibérica, una muestra que se podrá ver hasta el próximo 4 de noviembre y que parte de una propuesta lanzada en 2016 por el propio centro, una caminata a través del Benicadell de la que hoy se pueden ver los frutos. Fue Vicente Todolí, asesor de las colecciones Per Amor a l’Art e Inelcom, el artífice de la invitación, quien presentó ayer la muestra junto a la comisaria y directora del centro, Nuria Enguita.
Fulton ha hecho del caminar su práctica artística erigiéndose así como un ejemplo de las posibilidades del arte como espacio de experimentación plástica y conceptual, convirtiéndose en la década de los 70 en “uno de los renovadores del lenguaje artístico”, destacó Enguita durante su intervención. “Cada caminata es única y diferente”. Esta en la manera en la que el inglés se enfrenta a la creación, siendo el propio espacio el que presenta, casi como un regalo, aquello que necesita para tu tarea creativa. Él, por su parte, lo plasma en una serie de fotografías y, en menor medida, piezas de madera, dibujos y murales. “Mi trabajo no busca ofrecer una alternativa, sino añadir una opción, otra manera de relacionarse con el lugar”, explica el autor.
Pero, ¿alternativa a qué? Los coches, la ciudades, lo urbano, son cosas que uno no ve en el trabajo de Fulton, sirviendo su conquista –comedida y respetuosa- de otro tipo de espacios como “comentario sobre la manera en que vivimos”. Como curiosidad, solo tres figuras humanas aparecen representadas en las imágenes que muestra en la exposición, tres pastores con los que se cruzó durante algunas de las caminatas. “Las carreteras están hechas para los coches pero podemos recorrerlas caminando. Seguir caminando se convierte en una crítica a lo establecido, a lo que nos marca la tecnología. Nos vemos influidos por unas reglas, pero yo no propongo una alternativa sino una manera diferente de relacionarse con la tierra misma”.
Entre 1979 y 2016 el artista realizó 16 caminatas –en general, en solitario- por la península Ibérica, a través de la España continental, las Islas Canarias y Portugal, trayectos que quedan reflejados en la exposición. El eje central de la misma, sin embargo, es la caminata a través del Benicadell, una experiencia “única” en comparación al resto de los viajes emprendidos por al autor. Entre la opción de no tener información del lugar que va uno a visitar, dejando la “puerta abierta a lo espontáneo y al azar”, o la de saber mucho de antemano, Fulton se situó en esta ocasión en el punto intermedio. Un viaje previo con diez miembros de Bombas Gens que le pusieron en contexto. El resultado, en Caminando en la Península Ibérica.
Las imágenes se complementan con la palabra de Hamish Fulton, plasmada en una serie de textos de grandes dimensiones sobre pared, a la manera de pinturas murales. Algunos de estos textos han sido concebidos específicamente para la exposición en Bombas Gens, y muestran -sin representar- el curso y la duración de sus caminatas. Palabras y números que, en definitiva, aparecen como rastros de la experiencia o detalles del paisaje, permitiendo al espectador imaginarlo, recorrerlo. “Cuando andamos, tenemos que crear ciertas reglas”, explicó Fulton sobre las posibilidades de generar arte andando. También este punto salió a relucir la idea de lo “efímero”, que se puede aplicar tanto a sus paseos como a unos murales que se irán con el cierre de la exposición.
Esta no es la primera vez que Fulton pisa València con una exposición individual. Fue en el año 1992 cuando protagonizó una muestra en la sala Ferreres del Centre del Carme, entonces sede del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), cuando Todolí era director artístico del museo. El trabajo que ahora presenta en Bombas Gens forma parte de uno de los proyectos de mecenazgo desarrollados por la Fundació Per Amor a l’Art, siendo uno de los tres impulsados en torno a la inauguración del centro, hace ahora casi un año. “Es una fórmula que evidentemente permite una relación más personal e interesante con el artista. La colección construye relaciones, se generan vínculos”, explicaba Enguita durante una entrevista a Cultur Plaza, previa a la apertura de Bombas Gens, en la que ya citaba el proyecto de Fulton, así como los ya expuestos de Bleda y Rosa y Manolo Laguillo.
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