VALÈNCIA. Las primarias del PSOE se celebrarán el próximo mes de mayo. Hasta el momento, tres dirigentes han anunciado su intención de presentarse para liderar la formación socialista: Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López. Un proceso que amenaza con quebrar las costuras del partido en el ámbito estatal pero también en buena parte de las federaciones, que se enfrentan en muchos casos a divisiones de máxima igualdad.
A día de hoy, este parece ser el caso de la federación valenciana. En las previsiones que dibujan varios referentes de ambos bandos, en concreto los afines a Díaz y a Sánchez, se otorgan una ligera ventaja o admiten una igualdad al 50%. Menos apoyos claros y públicos posee López en territorio valenciano, donde ningún dirigente destacado ha terminado de enarbolar su bandera públicamente, pese al coqueteo de algunos como el diputado provincial Bartolomé Nofuentes, portavoz del lobby socialista 3.0.
Ahora bien, y en esto coinciden buena parte de las fuentes consultadas, todavía es "demasiado pronto" para hacer las cuentas que acompañan a este tipo de procesos. Hasta el momento, es indudable que Pedro Sánchez ha golpeado primero: su paso adelante ha sobrepasado las expectativas que sus oponentes e incluso los medios de comunicación le otorgaban. Esto conduce a la reflexión de algunos cargos veteranos acerca de que el PSOE en general, y más concretamente el PSPV, está atravesando su particular 15M.
Así, el movimiento impulsado por Sánchez bebe -o así lo pretende- de la rebelión de las bases por el relato creado y en cierta parte real de un secretario general derrocado por no haberse plegado a conceder la abstención para que Mariano Rajoy gobernara. A partir de ahí, la indignación retroalimentada de las bases se asemeja en cierta medida al sentimiento de revolución que se vislumbró en aquella manifestación ciudadana. Quizá, curiosamente, se observa que la edad media de aquellos indignados era inferior a la que pueblan los actos de Sánchez, pero no son pocos los dirigentes socialistas que admiten ciertas similitudes en el sentimiento colectivo. En esta línea, incluso mencionan que las decenas de plataformas locales que se han constituido en la Comunitat de apoyo al exlíder del PSOE recuerdan a los círculos de Podemos en su manera de organizarse.
A todo ello hay que añadir el viraje hacia posiciones alineadas con Podemos que ha ejecutado Sánchez tras su caída como líder socialista. El otrora aspirante al Gobierno de la mano de Ciudadanos y crítico de la formación morada, mira ahora con notable amabilidad y comprensión los postulados de Pablo Iglesias y de otros referentes podemitas, hasta en lo que se refiere al problema catalán.
En cuanto a como se distribuirán los apoyos en el PSPV de cara a estas primarias, resulta complicado asignar el reparto de respaldos a dos meses vista de las votaciones. En este sentido, los que se han descarado públicamente a favor de Sánchez han sido principalmente el secretario general provincial de Valencia, José Luis Ábalos, y el exeurodiputado Andrés Perelló, además de algunos alcaldes como el de Xirivella, Michel Montaner o el de Burjassot, Rafa García. Ahora bien, es cierto que los actos celebrados por Sánchez a lo largo de la geografía española están teniendo una afluencia de público destacada: en cuanto a la Comunitat Valenciana, tanto en Xirivella en noviembre como en Castellón en febrero, la asistencia fue más que notable.
Una presencia de la militancia de base que en los sectores 'susanistas' del PSPV, vinculados al propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y al vicesecretario de Organización, Alfred Boix, se observan con prudencia aunque con cierto escepticismo. "Mucha de la gente que va a sus actos es la misma que se va moviendo de un sitio a otro", comenta un dirigente del partido al referirse a la afluencia en los mítines de Sánchez.
En cualquier caso, la reacción de la cúpula del PSPV -favorable en su mayoría a Susana Díaz- todavía está por llegar. Así, se intuye que primero se procederá a un trabajo de concienciación sobre los cuatros intermedios y los referentes locales para posteriormente bajar a la militancia. Así, distintas fuentes del partido apuntan a que el respaldo a Díaz a través de la sintonía de Blanquerías con distintos sectores del partido, se nutrirá de un alto porcentaje en Alicante -se atribuyen un control superior al 60%-, y deberá pelearse en mayor igualdad en Valencia y Castellón. Unas cuentas todavía prematuras a la espera de que pueda bajar la inflamación en las bases socialistas, cuyo enfado y malestar recuerda cada vez más a ese 15M que recorrió las plazas de España a finales de 2011.