VALÈNCIA. La difícil convivencia entre representantes de Compromís y del PSPV en la Conselleria de Economía Sostenible ha acabado por minar la paciencia de los socialistas. Tan es así que tras el cese a petición propia de Diego Maciá por sus problemas con el conseller Rafael Climent (BLOC-Compromís) a cuenta del reparto de competencias en Industria, el PSPV no tiene por el momento la intención de nombrar un sucesor para la Dirección General de Industria.
Así lo trasladan diferentes representantes socialistas del Ejecutivo, quienes en privado no esconden su malestar con la actitud de Climent, a quien responsabilizan de la falta de sintonía que existe entre los dos bloques en los que está partida la Conselleria y que, por el momento, ya ha provocado la salida de dos cargos del PSPV: la mencionada de Diego Maciá, que abandona por completo las responsabilidades de Gobierno, y la de la exsecretaria autonómica de Economía, María José Mira, que salió rumbo a la Conselleria de Hacienda tras sus sonados enfrentamientos con el conseller.
La explicación a esta renuncia a contar con un representante en Industria, una de las direcciones clave habida cuenta de la intención del Consell de proyectar su apuesta por la política industrial, es la misma que ha provocado el abandono de Maciá: la asignación de competencias por parte del conseller y, en concreto, el equilibrio de poder con el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace). A juicio de los socialistas, la gestión interna que Climent ha realizado en los últimos meses acredita que la Dirección General de Industria ha sido vaciada de contenido, por lo que no tiene sentido situar a nadie al frente.
En cualquier caso, la actitud del PSPV no deja de resultar llamativa si se tiene en cuenta que fue hace apenas un año y medio, con los cambios en el Consell acometidos en verano de 2016, cuando los socialistas consiguieron la separación entre el Ivace y la Dirección General de Industria, que hasta entonces estaban unidos y dirigidos por Júlia Company, mano derecha de Rafael Climent desde su etapa como alcalde de Muro de Alcoi.
Con el nuevo reparto, la Dirección General de Industria caía del costado socialista con Diego Maciá como responsable, mientras que el Ivace pasaba a depender directamente del conseller, sin la interposición de la secretaría autonómica de Economía Sostenible, segundo escalón del departamento y en manos del PSPV desde el inicio de la legislatura. Ahora, una vez se ha hecho efectiva la renuncia de Maciá, los socialistas parecen dar por imposible el mestizaje al dejar la plaza vacante y el camino expedito para que el conseller decante sobre el Ivace todo el peso de la política industrial.
Como informó este periódico, la salida de Macià ha ido precedida de un ir y venir de competencias a golpe de decreto que derivó en un nuevo Reglamento Orgánico y Funcional (ROF) aprobado con varios meses de retraso, desencuentros y amagos de división que obligaron a Ximo Puig a implicarse directamente en la gestión de la crisis.
La separación de Industria y el Ivace obligó a reorganizar internamente las competencias. Primero se hizo con un decreto que dejaba para la Dirección General de Industria las funciones en materia de empresa, industria, seguridad industrial, investigación industrial e innovación y parques tecnológicos, así como la coordinación de la Red de Institutos Tecnológicos y la elaboración, gestión y ejecución de planes en energía y minería.
Sin embargo, a mediados de noviembre se publicó un nuevo decreto mediante el que se introdujeron cambios sustanciales sobre el primero porque el sector de la Conselleria controlado por Compromís no había quedado conforme con el reparto original. Desde este segundo decreto, los desencuentros de Maciá y la secretaria autonómica de Economía, Blanca Marín, con el conseller y el resto de representantes de la coalición han ido en aumento.
La tensión entre el conseller entre Climent y su número dos no ha llegado a los niveles que alcanzó durante la etapa de María José Mira, aunque mantienen divergencias evidentes en asuntos como el que hizo estallar la mayor crisis interna que se hado en Economía: la polémica regulación de los horarios comerciales. No obstante, en los últimos meses sí se han repetido algunas circunstancias que alimentaron la crisis entre Mira y Climent, como el pulso por el protagonismo en ámbitos como la venta del suelo de Parc Sagunt o la discontinuidad en la celebración de los consejos de dirección.
La salida de Maciá ha generado algunas dudas en los sectores afectados sobre la evolución futura de cuestiones impulsadas desde su departamento. Existe un amplio consenso en que el aterrizaje de que el exalcade de Elche en Industria sirvió para desbloquear asuntos estratégicos como la Ley de Áreas Empresariales y para impulsar otros como el Plan Estratégico de la Industria Valenciana (PEIV) o el primer Plan de Seguridad Industrial de la Comunitat.
El decano de los ingenieros industriales de la Comunitat, Miguel Muñoz Veiga, consideró poco después de confirmarse la marcha de Maciá que su salida del Consell es "un jarro de agua fría". "Todos convenimos que ha hecho un trabajo riguroso, espléndido. Teníamos un director general que estaba trabajando en seguridad industrial y dando por fin soluciones y planteamientos razonables", lamentó Muñoz Veiga.
Así las cosas, la penúltima crisis interna en la Conselleria de Economía ha elevado el malestar de los socialistas hacia el conseller, pero no hasta el punto de que Puig se plantee un relevo al frente del departamento que complicaría mucho la convivencia con Compromís en el tramo final de la legislatura. La única incógnita es saber hasta cuándo mantendrán los socialistas el órdago de dejar vacante la Dirección General de Industria.