VALÈNCIA. El debate en torno a la celebración de los congreso provinciales en esta primera mitad del año ha vuelto a reabrirse. De hecho, para algunos, esta posibilidad nunca llegó a cerrarse pese a que desde la dirección regional que lidera Isabel Bonig se ha dado por hecho en las últimas semanas que estos cónclaves no tendrán lugar hasta el próximo año.
El escenario actual del PPCV refleja dos gestoras en dos provincias de fuerte relevancia como son Valencia y de Alicante. La primera lleva en esta situación desde junio de 2017 y, la segunda, desde el mismo mes del pasado año. Una circunstancia que, atendiendo a los estatutos del partido, ha impedido que se desarrollen los cónclaves comarcales y los locales, dado que estos deben producirse en cascada. El caso de Valencia es especialmente sangrante dado que, tal y como explicó este diario, el último congreso provincial celebrado data de 2012.
No obstante, las posibilidades de que Génova se atreva a plantear la celebración de estos cónclaves han aumentado esta semana de forma notable. Todo parte, según informó ESdiario, de una reunión celebrada este miércoles en Madrid entre el secretario general del PP, Teodoro García, y 'pesos pesados' de la formación popular en Alicante como el presidente de la Diputación, Carlos Mazón, favorito para obtener el liderazgo provincial, y como el presidente 'interino' del partido en esa demarcación, Eduardo Dolón.
Según fuentes conocedoras de la reunión, las posiciones respecto a la celebración de los cónclaves provinciales entre el 'número dos' de Pablo Casado y los dirigentes alicantinos se evidenciaron cercanas. De hecho, de la cita se extrajo la posibilidad de que los congresos tuvieran lugar entre las elecciones vascas y gallegas (5 de abril) y las vacaciones estivales.
Un calendario que, como es lógico, quedará en manos del presidente del partido, Pablo Casado. En este sentido, las opiniones dentro de la formación popular se muestran divididas: algunos creen que todo dependerá de estos resultados electorales y afirman que si el balance es malo, el líder nacional preferirá no abrir ningún proceso orgánico. Otros piensan en cambio que Casado, pase lo que pase, querrá tratar de tomar el mando en las provincias donde se implantó en su día una gestora. Sobre esto, ni siquiera hay coincidencia respecto a si sería una iniciativa a aplicar en toda España -hay más territorios con direcciones provisionales- o si se haría de forma escalonada.
Ahora bien, lo que parece claro, según han coincidido las distintas fuentes consultadas, es que los dirigentes alicantinos mostraron su disposición a afrontar un congreso antes de verano sin impedimentos si así lo considera Génova. Una postura que evidencia la confianza de que el proceso se desarrolle sin demasiados sobresaltos para el 'casadismo'.
Más agitación apunta a haber en Valencia, donde el sector más próximo al líder nacional también es proclive a la celebración del cónclave provincial antes de verano, aunque eso signifique una posible batalla interna. No obstante, las fuentes consultadas por este diario insisten en que las estructuras comarcales y locales se encuentran, en muchos casos, paradas por la falta de renovación pendiente desde hace años, por lo que ven necesario reactivar el partido con estos procesos para llegar con garantías a las elecciones de 2023.
Un punto en el que ahora no parece estar la dirección regional de Bonig, cuya preferencia se ha deslizado en los últimos meses a desmarcarse de procesos internos -que podrían debilitar a la líder- y concentrarse en la tarea de oposición.
Unas dudas que, en cualquier caso, apuntan a despejarse definitivamente tras las elecciones vascas y gallegas del próximo 5 de abril.