VALÈNCIA. La negociación de enmiendas de los Presupuestos de 2018 han traído intentonas por parte del PPCV de alcanzar acuerdos con Podemos. Dos partidos antagónicos pero que por distintas circunstancias pueden coincidir en el rechazo a diversas propuestas del Consell controlado por PSPV y Compromís. En unos casos por pasarse de frenada y en otros por quedarse cortos, lo cierto es que los populares y los morados han llegado en algún momento a contemplar una posición de rechazo compartida a determinadas medidas impulsadas por el Ejecutivo o por los grupos parlamentarios que lo sustentan.
En esta ocasión, la sangre no ha llegado al río. Podemos volvió al redil del Botánico al considerar que PSPV y Compromís habían realizado los esfuerzos suficientes en las cuentas de todo lo que exigía el partido que lidera Antonio Estañ en la Comunitat Valenciana. Ahora bien, no es descartable que en 2018, con las elecciones ya en el horizonte, las posiciones se endurezcan y de nuevo se produzcan situaciones en las que exista la posibilidad de una 'pinza' de estas fuerzas políticas al Consell de PSPV y Compromís.
Sin ir más lejos, la presidenta regional del PPCV y portavoz en Les Corts, Isabel Bonig, anunció este miércoles su propuesta para reformar la Ley de Participación que atañe, en parte, a las subvenciones concedidas a las principales organizaciones patronales y sindicales -UGT, CCOO y CEV- de la Comunitat. Sobre esto, cabe recordar que los populares trataron de sacar adelante dos enmiendas en la Ley de Acompañamiento dirigidas a que estas ayudas se realizaran por concurrencia competitiva y no con carácter directo. Pese a cierto coqueteo con Podemos, que tampoco estaba de acuerdo con la forma y el destino de las citadas subvenciones, la formación morada no entró en el juego y evitó respaldar las iniciativas de Bonig.
De hecho, y tras varias semanas de intenso pulso con el Consell, Estañ anunció el martes que su formación respaldaría finalmente las cuentas para 2018. Un apoyo que el líder del partido sustentó en la creación de una comisión de seguimiento de ejecución presupuestaria dirigida a velar por el cumplimiento de los acuerdos alcanzados para constatar de que sus propuestas no caen en saco roto. Ahora bien, a nadie escapa que se avecinan tiempos duros para la alianza botánica en el próximo ejercicio: con la aprobación presupuestaria, a Podemos cada vez le queda menos munición en su arsenal para ejercer presión a PSPV y Compromís.
Así, y aunque todavía existan ciertos acuerdos que puedan sacarse adelante en 2018, todo apunta a que la fractura definitiva está por producirse en los meses siguientes. De hecho, en la cúpula del Consell y también entre las direcciones parlamentarias de PSPV y Compromís, muchos dan por hecho que no habrá manera de aprobar los siguientes presupuestos, que deberían ver la luz a poco más de cuatro meses de las elecciones.
Con este escenario, no resulta extraño que el PPCV de Bonig comience a buscar fórmulas parlamentarias que contribuyan a socavar al Consell de PSPV y Compromís. Es decir, la presidenta regional está dispuesta a trazar iniciativas sociales o que identifiquen a su formación como el "partido de los trabajadores" -tal y como lo ha denominado en alguna ocasión- y que de alguna manera pudieran tener algún atractivo para Podemos. Una maniobra inteligente que puede convertirse en una 'pinza' para el Consell dado que la formación morada, aunque a priori no tenga intención de alinearse con el PPCV, sí podría estar interesada en sacar adelante cuestiones concretas con las que no encuentre entendimiento con PSPV y Compromís. En este punto, si las relaciones durante 2018 se deterioran entre los socios del Botánico, no es descartable que se produzcan este tipo de alianzas puntuales.
En cuanto a las reacciones a la reforma impulsada por el PPCV, solo los socialistas valencianos anunciaron directamente su rechazo este miércoles. Así, el portavoz del PSPV en Les Corts, Manolo Mata, hizo referencia a la ley de libertad sindical que define el concepto de entidades más significativas y recordó que la política "no es una venganza", por lo que avanzó su oposición a la modificación.
No fue ni de lejos tan contundente el síndic de Compromís, Fran Ferri, quien recordó que en su momento fue su partido el único que no votó a favor de la ley al no estar de acuerdo con que se limitara a un determinado número de organizaciones. No obstante, el portavoz aseguró que estudiarían la propuesta del PP pero advirtió de que conforme la estaban planteando había "riesgo de inconstitucionalidad en algunos aspectos" ya que la participación institucional "no puede ser por concurrencia competitiva".
Por su parte, el diputado de Podemos César Jiménez señaló que se deberá iniciar un diálogo, aunque remarcó que la política no debía realizarse "a base de reacción a coyunturas concretas" en relación a la participación de estas entidades en la manifestación de noviembre.
La portavoz de Ciudadanos, Mari Carmen Sánchez, se mostró abierta al diálogo sobre esta propuesta "interesante" aunque admitió que le parecía "paradójico" que el PP enarbolara "esa bandera" cuando la ley data de 2015 cuando ellos gobernaban.