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en busca de nuevas líneas de negocio

El IVO ultima tres proyectos en Latinoamérica 

25/11/2017 - 

VALÈNCIA. La Fundación Instituto Valenciano de Oncología (IVO) sigue haciendo camino paralelo al de su vinculación con la administración pública valenciana. A pesar de haber cerrado el acuerdo de acción concertaada con la Conselleria de Sanidad para seguir prestando servicio a los valencianos, desde la dirección saben que las condiciones marcadas por el departamento de Carmen Montón les van a perjudicar si se comparan con su convenio anterior. Y si hay menos pacientes derivados de la Sanidad pública, no se podrá mantener el empleo a no ser que se busquen vías alternativas.  

La convocatoria de un concurso cuyas bases limitan la cantidad de pacientes de la sanidad pública que llegarán al IVO no son el mejor marco para la fundación. Tampoco que la derivación de pacientes al centro oncológico se regulen en una instrucción que podría dejar de estar vigente en cualquier momento. De hecho, la institución ya está viendo como desde el 1 de noviembre -cuando entró en vigor- se ha reducido el número de pacientes derivados a sus instalaciones.

Con todo este escenario, la fundación empieza a ver los frutos del camino recorrido por el ahora director general, Manuel Llombart. El exconseller de Sanidad volvió al IVO tras abandonar la administración pública en 2015 como director de Expansión y Desarrollo Estratégico. Ahora, son tres los proyectos que ultima en Latinoamérica, según ha podido saber Valencia Plaza. En el caso de consumarse permitirán a la fundación abrir una nueva línea de negocio hasta ahora inexplorada para el centro valenciano.

Manuel Llombart, director general de la Fundación IVO. Foto: EVA MÁÑEZ

Bolivia, Honduras y Colombia son los países donde actualmente la Fundación IVO está planteando colaboraciones con socios locales a través de distintas fórmulas que permitirán mejorar los tratamientos oncológicos de sus ciudadanos. En Bolivia el proyecto pasa por cogestionar un centro -que deberían construir junto con un socio- con el fin de ofertar tratamientos oncológicos a la clase media boliviana. 

En Colombia se optaría por acompañar a una fundación que ya tiene un hospital construido. En esta alianza ayudarían a gestionar un área específica para la prestación oncológica en un espacio del mismo centro con el fin de crear entre los dos socios un instituto oncológico de referencia en el país.

El último de los tres proyectos sería en Honduras, donde la opción planteada es ayudar a hospitales existentes que tienen problemas en su gestión. En ese caso la entidad le cedería la gestión al IVO para que aporte su conocimiento con el fin de mejorar la prestación oncológica en el país a través de esos centros. En los tres proyectos la Fundación IVO iría acompañada de un socio local, prácticamente imprescindible para entrar a operar en estos países.

Servicios a seguros, otra vía de ingresos

El  IVO también abre la puerta a realizar acuerdos con aseguradoras. Como ya publicó Valencia Plaza, se encuentra en negociaciones con el grupo australiano de capital mayoritariamente chino GenesisCare, que en 2016 entró con fuerza en España al adquirir las compañías IMOncology y Oncosur, ambas especializadas en el tratamiento del cáncer.

Tras estas adquisiciones, GenesisCare se convirtió en el mayor proveedor de tratamientos de cáncer en España, con 17 centros, uno de ellos en Alicante, situado en el Hospital Vithas Perpetuo Socorro, que trabaja tanto para el sector privado como para la Conselleria de Sanidad. El resto está en Andalucía, Madrid, Murcia y Castilla-La Mancha. El objetivo es que el IVO se convierta en proveedor de servicios oncológicos para GenesisCare, que tiene contrato con las grandes aseguradoras sanitarias que operan en España.

Todas estas líneas conforman una vía alternativa de ingresos que podrían permitir a la fundación no bajar de los 60 millones en los que se movía su facturación con la Conselleria de Sanidad en los últimos años. 

Además de la incertidumbre generada por la nueva convocatoria, hay que sumar la aparición de los primeros recursos contra la misma, como el de la Alianza de la Sanidad Privada Española, al que podrían haberse sumado otro de la empresa Ribera Salud. 

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