ALICANTE. Hay cosas que solo le pasan al Hércules y la de este sábado, con el repintado forzoso de las áreas que obligó a demorar media hora el inicio del encuentro, es una de ellas.
Xavi Calm, técnico del Cornellà, calificaba lo sucedido de "anécdota", mientras que Lluís Planagumà le ponía "un diez por hacer su trabajo" al colegiado zaragozano Sergio Usón Rosel, aprovechando entonces para recordar otras actuaciones arbitrales no tan diligentes en encuentros precedentes.
En contra de la versión interesada que algunos hicieron correr durante la tarde, en la que se achacaba lo sucedido al rival (a modo de "vendetta" por la controvertida decisión del Hércules de adelantar un día la celebración del duelo, privándole con ello de un día más para prepararlo tras su encuentro de Copa Federación del miércoles), el entrenador blanquiazul apuntaba al colegiado y desvelaba que se habían enterado de su decisión en los prolegómenos del encuentro, por medio del delegado Quique Sala.
Durante el pertinente examen del terreno de juego, Usón Rosel y sus dos asistentes detectaron que las áreas de ambas porterías no tenían la superficie reglamentaria, por lo que ordenaron la inmediata rectificación de la irregularidad (primero hubo que borrar las líneas y luego pintarlas de nuevo con las medidas correctas), al tiempo que retrasaban el inicio del encuentro de las 19 a las 19:30 horas.
La decisión fue atendida de inmediato por el Hércules, pero no precisamente acogida de buen grado por los aficionados, cuya inmensa mayoría se enteró una vez ocupaba su localidad y mostró con pitos su disconformidad durante el calentamiento al trío arbitral.
En el acta del encuentro, el colegiado maño hizo constar que ambas áreas "medían un metro menos de ancho y medio metro menos de largo", lo que de acuerdo con el Código Disciplinario de la Real Federación Española de Fútbol, concretamente con su artículo 87, puede deparar una sanción para el Hércules consistente en multa de 600 euros.
Lo anterior, no detectado por ninguno de los colegas de Usón Rosel en los encuentros anteriores (entren los que se encuentra el trío arbitral con categoría internacional que administró justicia en el amistoso entre las selecciones absolutas femeninas de España y Estados Unidos de hace un mes) fue sin duda lo más llamativo para todo el mundo, pero no lo que puede tener peores consecuencias para el club blanquiazul.
Y es que el trencilla también recogió en el acta que "la segunda parte comenzó con un minuto de retraso debido a la demora en salir del vestuario del equipo local, habiendo sido advertido", algo que no es la primera vez que ocurre con el Hércules (ya le pasó en Son Moix el curso pasado) y que el citado Código Disciplinario castiga con multa de 3.000 euros en su artículo 85. Casi nada para un club que para ahorrar enciende la iluminación del estadio lo justo, algo que este sábado volvió a ponerse de manifiesto.
