MADRID, (EP). El 60% de los españoles considera que el hábito de la lectura debe iniciarse en el colegio, frente al 40% que dice que es una práctica que les corresponde a los padres en los hogares, según un estudio realizado por la editorial Signo editores, con motivo del Día del Libro, a través de 12.000 personas encuestas telefónicas y online.
En la investigación publicada este viernes 21 de abril, el 38% de los encuestados se define como consumidor de literatura, en especial de novelas --con predilección por las obras escritas en castellano--, mientras que un 36%, reconoce leer diarios y revistas varios días a la semana para mantenerse informado.
La falta de tiempo se constituye como el principal inconveniente a la hora de leer un libro (un 55% de los encuestados), mientras que el 27% asegura que los libros tendrían que ser más baratos y el 14% reclama una mayor educación lectora.
Respecto al lugar elegido por el lector para evadirse a través de la lectura, el estudio revela que el 52% de los encuestados se decanta por la cama, mientras que el 34% lee en el sofá, el 12% aprovecha los traslados en transporte público y el 2% prefiere el parque.
En cuanto a la percepción de los hábitos de lectura, los encuestados opinan en su mayoría (66%) que en España no se lee suficiente, práctica que se debería fomentar más, sobre todo, desde la infancia.
Por otro lado, el contacto con las hojas, la facilidad para retroceder en la lectura y el olor que desprende son los principales motivos que esgrime el 86% de los encuestados para decantarse por el formato papel, frente al 14% que prefiere dispositivos móviles como la tableta, el ordenador y, en menor medida, el móvil.
Asimismo, el estudio revela que, a la hora de adquirir un libro, más de la mitad de los lectores no confía en las recomendaciones de los críticos literarios y quien lo hace, solo de aquellos profesionales a los que sigue.
Como principales manías de los lectores destacan que al 40% le irrita que no le devuelvan un libro que presta, mientras que un 20% de ellos se indigna cuando les interrumpen la lectura, les desvelan el final, y otro 20% se molesta cuando ve una mala adaptación de un libro en el cine.
Finalmente, el 90% considera que en alguna ocasión todo lector alardea de haber leído un libro simplemente para mantener las apariencias, fingiendo coincidir con los gustos literarios de la mayoría.