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3 fotógrafos muestran cómo se vive el confiamiento

Diario fotográfico de una cuarentena: cuando el objetivo se queda en casa

30/03/2020 - 

CASTELLÓ. Los hogares están llenos de dudas, miedos, incertidumbres y de mucha vida. Por eso, les interesa a muchos fotógrafos capturar el confinamiento en casa y desde casa. No solo les interesa para mostrar al mundo las 'pintas' de sus vecinos cuando salen en pijama y en batín cada mañana, o cada noche, a sus balcones para interactuar con ese trocito de mundo que todavía les queda. Como dice Fernando Gimeno, a él le calma esa sensación de descubrir que "lo que te rodea es fotografiable infinidad de veces y de una manera nueva cada día". Por eso no dejan que su cámara se llene de polvo esperando a que toda esta crisis sanitaria en algún momento cese. Su reto es dotar de significado a lo que pasa de puertas hacia dentro en infinidad de hogares. No es un relato del todo colectivo, su realidad habla de ellos mismos, pero sí que puede conectar de cualquier manera con lo que otra persona, desde otra parte de planeta, sienta. 

Nos detenemos a hablar con Fernando Gimeno, actualmente fotoperiodista en Mediterráneo; Carme Ripollés fotoperiodista hasta su cierre del Levante Castelló y actualmente fotógrafa en Nomepierdoniuna y Castellón Plaza; y César Martínez, quien en su caso vive la fotografía como un hobby desde que le regalaron su primera cámara hace cuatro años. 


¿Cómo vive un fotógrafo estos días de confinamiento? 

Fernando Gimeno: Yo creo que depende de cómo vivieras antes del confinamiento. En mi caso siendo como soy una persona muy casera, quiero decir que no se me cae la casa encima ni noto en falta cosas del exterior que no hiciera antes, lo que más echo de menos es poder andar por Castelló con mi cámara, e incluso cosas tan triviales como ir a hacer la compra sin sentirte observado tipo “la invasión de los ultracuerpos”. En mi trabajo recorres mucha calle, y en un periódico como Mediterráneo más todavía, pero ahora no puedo arriesgar. He de pensar por mi familia y he decidido confinarme y esperar a que escampe. El día a día lo plasmo con fotos intentando puntualizar lo trivial para que adquiera mucha más importancia de la que le damos un día normal.

Carme Ripollés: Me está costando el no tener encargos de medios, soy una persona muy apegada a la actualidad y me cuesta no ir al punto de la noticia. Soy de estar en el foco informativo buscando temas, a sus protagonistas. Le pego muchas vueltas a esto. Al hecho de no estar aportando un trabajo realmente relevante.

César Martínez: El primer impulso es eso, no puedo salir por la calle a fotografiar a la gente o al monte a hacer fotos de paisajes, pero como la fotografía tiene un punto bastante importante de creatividad acabas buscando cualquier rincón y juegas con otras cosas, como la luz, elementos de la casa, lo que vemos por la ventana. Desde que estamos confinados veo más autoretratos que nunca por las redes sociales. Quizá es un buen momento para conocernos a nosotros mismos. Pero para el que se dedica profesionalmente a esto entiendo que sí es un palo gordo. Adiós a las bodas, las comuniones… La gente que vive de esto está muy mal. Yo como aficionado doy igualmente rienda suelta a la creatividad. No limita estar en casa. 

Foto: CÉSAR MARTÍNEZ

¿Por qué has empezado a hacer fotos desde casa? 

Fernando Gimeno: En realidad nunca he dejado de hacer fotos de mi alrededor más cercano. Lo que supone un verdadero reto es fotografiar tu confinamiento, es decir tu hogar y los tuyos, de una manera viva, con una mirada mucho más fija en lo accesorio y tratar de convertirlo en especial. Una manera de reinicializar tu manera de ver y de sentir cada mañana y descubrir que lo que te rodea es fotografiable infinidad de veces y de una manera nueva cada día.

Carme Ripollés: Aunque me está costando no estar en el meollo de la información, es cierto que estar en casa no me resulta difícil. Estoy tratando de buscar en mi entorno a los protagonistas: vecinos, comerciantes que trabajan en proximidad… También me busco mis focos de interés dentro de casa. Son unos días raros, los niños no están en el colegio y no estamos teniendo la misma convivencia. Me he dado cuenta de que no le hecho todas las fotos que querría a mi hijo, con los cinco años que tiene. Esta es pues una manera de aproximarme a él. Me resulta interesante y también siento que se lo debía. Ellos también están sintiendo muchas cosas. 

César Martínez: Por matar el tiempo. Acabo de trabajar a las 17:30 y hasta que me acuesto hay mucho tiempo. Miro series, leo libros, pero para mantener la estabilidad mental hay que hacer cosas diferentes. Es un rato que paso buscando el rayo de luz que entra por la ventana. Es una cuestión de distracción. 

¿Por qué es importante sumar también estas fotografías al momento que estamos viviendo? 

Fernando Gimeno: Es una manera de dejar constancia de que no somos el centro del Universo. Un virus microscópico puede cambiar absolutamente tu vida y hay que dejar un recordatorio amable o áspero, es igual, se trata de no olvidar y, si se puede, no cometer los mismos errores; diferentes seguro pero no los mismos.

Carme Ripollés: La gente se siente muy identificada con estas fotografías. Es como una especie de diario, y aunque es también un trabajo que comporta dedicarle unas horas y una atención, mucha gente lo sigue. No es que sea yo una persona con muchos seguidores, pero es un punto de referencia y para estos días es muy importante tener referencias cercanas. Se establece un feedback

César Martínez: Las imágenes de los hospitales, de las calles vacías o de los políticos estarán en la hemeroteca para siempre. Falta la otra parte, la visión de las personas que estamos en casa. Está bien documentarlo para el futuro, para la humanidad y para nosotros. Aunque sea un momento tan raro y excepcional es importante hacerlo. 

¿Qué es lo que más te apetece fotografiar en estos días?

Fernando Gimeno: Lo que vivo, con quien vivo, como lo hago, cómo se lleva un encierro para el que no todo el mundo está preparado y ello se verá en días venideros. Desde un muñeco de trapo hasta un pantallazo de una serie de televisión, un reloj que parece que no funcione, la mano de uno de mis hijos llevando un reloj que tengo hace treinta años y hace los mismo que no llevo, sin olvidarme del exterior al que miro con cierta precaución a través de mis ventanas que tengo suerte de tener, etc…

Carme Ripollés: Lo que más interesante me parece es experimentar con las luces que de repente miras y antes no lo hacías nunca. Esos contrastes cuando se hace de noche y permanecen las luces dentro de las casas encendidas. Hemos tenido días muy nublados y eso también genera una luz filtrada y tenue que juega muy a favor de las imágenes. Ayudan a transmitir esa reclusión. En cambio hoy por ejemplo ha salido el sol. Pues esta mañana me he entretenido con otro tipo de luces. Además, me interesa retratar a los vecinos, aunque intento no personalizarlo, para no romper con su intimidad. Son figuras abstractas con las que te puedes identificar porque no terminas de ponerle cara, son siluetas. Me gustan esas historias más cotidianas. La comida, la ducha de tu casa… son elementos que de repente toman mucha relevancia a lo largo del día y te macan una rutina.  

César Martínez: Sinceramente a los vecinos que asoman la cabeza por la ventana, pero no tengo muchos vecinos y eso que trabajo de cara la ventana. Tampoco son de sacar mucho el hocico. Quizá es lo que más gracia me hace. Las pintas, la bata, el batín, los aplausos, las discusiones. Es muy voyeur.

Si no estuvieras en casa, ¿qué tratarías de fotografiar?

Fernando Gimeno: Cómo viven y cómo lo llevan el resto de personas que están confinadas y ven su futuro más incierto de lo que esperaban. Fotografiaría sus rostros, sus juegos, sus broncas, sus salidas al balcón a modo de vida social un poco más real que la digital. La calle está vacía y muchos fotógrafos lo han constatado pero los hogares están llenos de dudas, miedos, incertidumbres. Eso me gustaría fotografiar.

Carme Ripollés: Iría a los hospitales, por su puesto, pero todo esto ha trastocado muchas otras actividades, como el mercado de abastos. También me gustaría ver cómo lo están viviendo en el campo o en pueblos del interior. Sospecho que se está viviendo de una forma totalmente diferente. Esas historias adyacentes que suceden en paralelo también son muy interesantes. 

César Martínez: Las calles vacías, es el primer impulso que te entra. Aunque también es verdad que un domingo cualquiera Castelló también está vacía. No es raro encontrarse calles así en julio o agosto. Entonces puede que pierda interés. Así que iría a ver a la gente que está trabajando en la calle; gente de limpieza, la UME, policías, repartidores, etc.

¿Cómo te imaginas a ti -y a la profesión- cuando todo esto termine?

Fernando Gimeno: Supongo que el fotógrafo como profesión estará en un nivel mas precario si cabe. Todo esto va a llevar a una crisis de la que espero salgamos reforzadas las personas, pero si nuestra profesión ya era más vocacional que otra cosa antes del coronavirus supongo que los pocos naipes que quedan en pie caerán poco a poco pero inexorables. Eso sí, jamás dejaremos de fotografiar aunque no podamos vivir de ello, ya pasaba antes del covid19 y pasará después.

Carme Ripollés: Muy mal. Me da la sensación que después viene una crisis muy gorda. Y si los medios de comunicación ya estaban débiles, ahora se aprovechara para destruir trabajos mínimamente dignos, para precarizarlos un poco más. Es lo que se está viendo y es una desgracia, porque para gestionar toda la información o desinformación hacen falta los medios. Estoy segura de que la gente está enganchada a los diarios, a la radio, a la tele. Consumimos mucha información estos días. Con todo, aunque no soy muy optimista, espero que alguien se invente alguna fórmula para hacer los medios rentables y que la gente se conciencie de que se ha de pagar por la información. 

César Martínez: Hoy me dieron la noticia de que en mi empresa harán un ERTE. ¿Cómo me imagino? Me gustaría volviendo a la normalidad. Volver a tener el mismo nivel de trabajo y de vida. Volviendo a la rutina. Me imagino y espero eso. 

Foto: CARME RIPOLLÉS 

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