VALENCIA. El PSOE se dirige tras el comité federal celebrado el pasado sábado a un proceso congresual vital para su historia: del resultado que se produzca en el cónclave depende la recuperación de la centenaria organización o la caída hasta un punto de no retorno de difícil renacimiento.
Las consecuencias de esa cita también se darán en la federación valenciana. Es por ello que los movimientos previos serán claves. El paso adelante dado por el exlehendakari Patxi López, quien ha decidido presentarse a la carrera por liderar la formación socialista, ha dejado tocados a los seguidores más fieles de Pedro Sánchez. Es posible que ambos congreguen los valores de los críticos -sin ir más lejos, su oposición a la abstención para que Rajoy gobernara-, pero indudablemente no es lo mismo una persona que otra.
Y no es lo mismo una persona que otra para los protagonistas valencianos. Sorpresa. Tal y como informó este diario, el secretario general provincial y diputado nacional, José Luis Ábalos, y el exeurodiputado Andrés Perelló votaron en contra del calendario alumbrado por la gestora. Fueron los únicos junto a otros tres miembros del comité que manifestaron su oposición, una decisión que evidencia la fractura dentro del 'sanchismo', dado que estos dos dirigentes han estado del lado del ex secretario general en todo momento.
El escenario beneficia a la actual dirección socialista. En Blanquerías no están para tirar cohetes: la inactividad orgánica y los problemas para activar el PSPV son patentes, pero al menos se ratifica que no existe una oposición clara y unificada contra Ximo Puig. Para empezar, los hasta ahora 'sanchistas' deben decidir si se alinean con el proyecto de Patxi López o si esperan la decisión del exlíder madrileño. El diario El Mundo explicaba este lunes que Ábalos era uno de los dirigentes que viene tratando de convencer a Sánchez para que dé el salto de presentarse: una opción que podría situarle en una posición fuerte de cara a una posible negociación por su predicamento con la militancia de base.
Por otro lado, otros 'sanchistas' menos vinculados personalmente al ex secretario general empiezan a ver con buenos ojos la candidatura de López. En cualquier caso, y este es el problema para Ximo Puig, parece difícil que la federación valenciana acuda unida al congreso que se celebrará en junio.
Una circunstancia a tener cuenta, dado que el potencial de una región se mide en función de cuantos votos asegurados puede aportar a uno u otro candidato. Con esta antesala, se hace evidente que el PSPV concurrirá una vez más dividido a un proceso estatal: o lo que es lo mismo, una región que acude con el 50% a ambos candidatos viene a resultar una autonomía prácticamente inservible de cara a obtener una posición preeminente el día después.
Con estos mimbres, las complicaciones para Blanquerías están aseguradas, aunque es posible que sean menores de lo que se esperaba en un primer momento dado que la división en las filas críticas puede propiciar cierta alineación con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Queda mucho, y está por ver, dado que se puede plantear por ejemplo una dura batalla por la elección de la delegación valenciana de cara al congreso federal, algo que evidenciaría las dificultades de cohesión en el PSPV, pero la situación para la actual dirección socialista no es peor hoy que en los últimos meses.
Ahora bien, a nadie le cabe duda en Blanquerías de que se presente quien se presente habrá batalla y división en la Comunitat de cara a respaldar a los diferentes candidatos: por lo pronto, habrá comité nacional del PSPV este sábado para hablar de la revisión del Pacto del Botánico, pero se espera que se pongan sobre la mesa otras cuestiones como la cita congresual.