CASTELLÓ. Es el año que seguramente más ganas tenemos de que se agote. Y ya está ahí. En dos días podremos decir c'est fini, adiós al 2020. Pero no lo vamos a hacer sin antes despedirnos con música. Además, en un año muy poco afortunado para presentarse al mundo, repasaremos aquellos debuts que nos ha regalado el final de década. Ni la falta de conciertos ni de música en directo han podido frenar el nacimiento de nuevos proyectos artísticos. De hecho, no están todos los que son, pero sí algunos de los que han marcado una nueva etapa en la escena musical valenciana.
Xènia Rubio es una de esas solistas que hasta ahora solo han publicado singles, pero lo hace con una propuesta muy personal. A esta joven millenial de la Vall d'Uixó lo que le mueve es la música hecha en los 80. Por eso, en su primeros temas 'Montaña Rusa' y 'Sería Lo Mejor', la joven se envuelve en el synth pop, los sintetizadores y los efectos de teclado que tanto gustaban entonces y que ahora ha querido hacer suyos. Fue a mediados de año cuando Xènia fichó por la joven discográfica valenciana Futuras Licenciadas y, aunque no tenía pensado irrumpir (al menos todavía) en el mercado musical, tiene en mente sacar al menos otras dos canciones en castellano.
Más música hecha por veinteañeros. Que se noten las ganas. Iván Sanantón (guitarra y voces), Martín Pastor (batería) y Roser Pérez (bajo y coros) son los integrantes de Semana Santa, una nueva banda valenciana que sacó en julio su primer EP, Estado inicial. Lo que quería y propone este grupo es ponerle música al desencanto y a la frustración de la juventud. Una rabia, llena de sonidos oscuros, que han sabido transmitir a través de temas completamente suyos. Semana Santa se autodefine como una banda post-punk, que se ha visto influenciada por referencias tan evidentes como Mausoleo, La Plata, Finale o Chavalan.
Y una propuesta totalmente diferente es la que hace Esther Querol, la cual ha empezado este mismo mes a grabar en los estudios de Primavera d'Hivern su primer álbum, un EP financiado a través de una campaña de micromecenazgo que la misma cantante publicó en noviembre. El resultado constará de seis temas que se podrán escuchar en febrero, pero su primer single Les teues ales ya ha empezado a sonar en YouTube. Lo que ofrece Querol es un canto al amor, no del amor romántico, sino de aquel sentimiento que se tienen dos personas, sea de la manera que sea, o incluso del amor propio. De hecho, sus letras nacen del dolor y la dependencia emocional que tuvo en su momento la artista. Una época mala de su vida que la joven valenciana ha querido poner fin con este trabajo enmarcado entre el pop y el soul.
Más música nueva nos ha hecho llegar este año Charlie Undershaw. Carlos Marín de Miguel, que es así como se llama realmente este músico de Vila-real, ha pasado la mayor parte de su vida componiendo. Pero no ha sido hasta este 2020 que ha decidido sacar de la recámara los primeros cinco temas de una serie de álbumes que irá grabando poco a poco. Con título homónimo, Charlie Undershaw pertenece además a ese círculo de artistas que ya no piensan en hacer discos en físico. Sus canciones habitarán, al menos de momento, únicamente en la red. Un disco hecho artesanalmente y que viene a hablar de temas "básicos". Cuestiones tan universales como las pasiones humanas, el desamor o los derechos humanos. El mismo creador lo define como el resultado de un "pop soñador".
Por su parte, Aina Palmer es una artista de Borriana que publicó en febrero su primer disco en solitario Psicopompa. Un trabajo donde la cantante de la Plana Baixa combina reflexiones mundanas con música de estilos tan dispares como el electropop, el trap o el postpunk. Profesora de lengua, youtube y cantautora valenciana, la solista ha inventado además un nuevo movimiento, el 'xonisme intel·lectual', que práctica con estética kisth y bajo la influencia de Los Planetas, Beach House, Erik Satie o Antònia Font.
Nereu i les Bèsties Marines da nombre al nuevo proyecto musical del castellonense Tomàs Pallarès, anteriormente al frente de bandas como Red Tree. Bajo este nuevo nombre, el vocalista ha reclutado a diferentes músicos valencianos (desde Joan Villalonga hasta Toni Falomir) que lo acompañan y visten unas canciones de folk con tonalidades mediterráneas y cercanas a la música de autor. Su primer disco, La Remor de les Onades, registrado y producido por Alberto Lucendo, le valió para ser nominado rápidamente a Mejor disco de grupo revelación en los Premios Ovidi Montllor a la música en valenciano. En su interior conviven diez canciones que, según palabras de su autor, "te hacen sentir a la piel ese viento que cerca del mar borra la tristeza". Letras, llenas de oscuridad y luz, que representan "naufragios y triunfos vitales".
2020 ha sido un año de cambiar de 'zapatos', buscar nuevos retos y ofrecer algo nuevo en el panorama musical. Por eso, son muchos los artistas que, junto a Tomàs Pallarès, han emprendido un nuevo camino para reinventarse. Si bien, Laura Esparza y Carlos Esteban echaron a andar como dueto musical ya en 2019, ha sido este año cuando han formalizado su debut con el lanzamiento de Mare Natura. Un trabajo que está dandole más de un reconocimiento al ex bateria del grupo Vadebo y a Esparza, quien también fue vocalista de la formación poco antes de su disolución. Ambos han entremezclado sus talentos para dar a luz un EP donde "ninguna canción se ha hecho de manera consciente", ya que ni siquiera tenían sus miembros la idea previa de hacer un disco. Los mismos lo definen como "una catarsis emocional transformada en música". Una música que combina los sonidos acústicos y electrónicos.
También, Manolete Blanco -al frente de las agrupaciones valencianas Wild Ripple y Paz SS- se metió en el laboratorio hace unos meses para crear Meinol Meinol, el nuevo paraguas bajo el que se mueve. Un perfil diferente que le ha permitido tocar en salas en las que sus otros proyectos no encajan. Fue en pleno confinamiento cuando el músico se paro a pensar y a escribir temas que hablan precisamente del estrés de no hacer nada, de la "tranquilidad excesiva" y de estar tanto tiempo en casa. Temas como Desfi - shï o No puedes salir aluden directamente al confinamiento, aunque en él hay mucho más contenido. El EP, claramente alternativo, ha sido además lanzado bajo el sello japonés Like a dreaming girl en formato cassette.
De todas las 'segundas vidas' musicales que nos podía dar este 2020 había una que rugía con especial fuerza. Esa es la de Pablo Sánchez, ex vocalista de La Raíz, ahora líder de Ciudad Jara. El ritmo de las giras y una reciente paternidad fueron las principales causas del parón del veterano grupo valenciano, que llevaba rodando 12 años. Sin embargo, poco tiempo después, Pablo Sánchez se animó a formar un nuevo proyecto musical, mucho más personal, que se ha estrenado recientemente bajo el título Donde nace el infarto. Se trata de una oda de doce canciones a la superación personal. Un trabajo que el mismo artista vivió desde sus inicios de forma muy intensa. Explicaba meses atrás en una entrevista con Cultur Plaza que no fue fácil "dar un paso al lado de una banda muy asentada y con mucho éxito". Esto, asegura, llenó su vida de "conflictos emocionales". Una crisis personal que ha sabido sanar a través de un álbum mucho más amplío, donde continúa teniendo cabida el rock, pero también el folk, la canción de autor o los matices electrónicos. Aunque Ciudad Jara tuvo que presentarse en un concierto en streaming, no temen a la crisis del sector, porque dicen, "aún no hemos nacido".
Y si 2020 nos ha regalado varios debuts, también ha sido cómplice del nacimiento de nuevos sellos, entre los cuales destaca Desficio Records o Vlex, ambas hechas para una nueva realidad, la música en streaming, y para subgéneros menos comprendidos en España como el PC Music y el hyper pop. Entre los debuts que nos han regalado este 2020 destacan el de Angel 3000, AMRR; Guillem Sale y su acid tecnho reflejado en Puto Uil; o Conelli, un proyecto musical de K-pop nacido en Valencia que acaba de publicar su primer tema Otra Vez.