Foto: EVA MÁÑEZ.VALÈNCIA. Mediación, producción e investigación. Estos eran hasta ahora los compartimentos en los que se dividía el proyecto Cultura Resident, impulsado por la Dirección General de Cultura y Patrimonio a través del Consorci de Museus, un programa sin precedentes en el ámbito público valenciano por el que se convocaron una decena de residencias. Tras una primera hornada de convocatorias, la administración trabaja en una segunda edición que llegará con importante novedades, una ampliación de las mismas que pasa por generar residencias de ámbitos específicos y, también, por un programa destinado a subvencionar estancias en de carácter nacional de artistas valencianos.
“El programa Cultura Resident, que se ha impulsado desde aquí y que nació el año pasado, va a tener continuidad. Es imparable. Está todavía en marcha la primera edición en Castellón, Valencia y Alicante con diez proyectos, la mitad con arraigo en nuestro territorio y la otra mitad abierto al mundo entero”, explica la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga. De esta forma, en esta primera edición se han beneficiado de la convocatoria cuatro proyectos artísticos, creadores a los que se ha querido facilitar tiempo, espacio, acompañamiento y recursos; cuatro proyectos de investigación de carácter inédito para dar a conocer propuestas innovadoras en el campo del pensamiento y la cultura contemporánea; y dos residencias para impulsar trabajos de mediación con diversos colectivos, entidades, o agentes en contextos locales.
Pero ahora toca ampliarse. Será después de verano cuando lleguen las nuevas fórmulas por lo que respecta a las residencias, siendo una de las principales novedades el programa de estancias fuera de la Comunitat Valenciana. Este será uno de los cuatro novedosos que conformarán la oferta en el renovado proyecto Cultura Resident. De esta forma, será de la mano del Ayuntamiento de Gandia que se impulse una residencia dedicada exclusivamente al ámbito literario. Si bien esta es de nueva creación, las dos residencias restantes que se suman al programa surgen de colaboraciones de la Conselleria de Cultura con proyectos ya rodados. Así, la administración colaborará “económicamente y con apoyo logístico” con una residencia enfocada a las artes escénicas y con el programa Enclave, de artes plásticas, que se desarrolla en la localidad de Vistabella del Maestrazgo. El proyecto nació con el objetivo de “contribuir a la no precarización de los creadores”, un programa de residencias que “por primera vez” se impulsa desde la administración. “Parece que los creadores desde que tienen una idea hasta que la ejecutan pueden vivir del aire y no necesitan nada. Pero eso [también] es un trabajo”, defiende la directora general de Cultura y Patrimonio.
En el caso de las convocatorias de mediación (con un presupuesto total de 43.400 euros), fueron seleccionadas para realizar una residencia de seis meses en el Centre del Carme las propuestas 'Fuga de amor', de Jesús Palomino, un proyecto de arte participativo que busca visibilizar las diversas comunidades árabes en el ámbito de la ciudad; y 'Ara vindran les màquines', de Alba Herrero Garcés y Anaïs Florin, que busca reconstruir los relatos subalternos de la València del sur en común con sus vecinos. Por su parte, con un presupuesto de 38.000 euros, las becas de investigación fueron a los proyectos 'In-between-Microcosmo y macrocosmo', de Alexandra Knie, y 'El haiku iberoamericano', de Danny Blackwell, para las residencias de cuatro meses, y los proyectos 'Ningún hombre es una isla' de Gala Knörr y 'Recuerdos del futuro' de Anna Estellés para las residencias de dos meses.
Dotada con un presupuesto de 45.400 euros por parte de la Generalitat Valenciana, el tercero de los pilares de la primera edición de Cultura Resident son los proyectos de producción artísticas, que acoge Las Cigarreras. Los trabajos seleccionados en esta primera tanda fueron ‘Alicante ghost soundscape, a Hertzian tale’, de David Trujillo Ruiz; y ‘Cualquier sitio es un patio de recreo’, de Lucia Peiró Lloret, elegidos para realizar residencias de dos meses, y ‘El injerto residente’ de Enrique Radigales y ‘Pozos de conciencia’ de Begoña Martínez Santiago, elegidos para realizar residencias de cuatro meses.
