Cuando los intelectuales se hicieron 'influencers' y a la oposición llamaron 'haters'

VALÈNCIA.- “Señores, voy a serles franco: estoy hasta los cojones de todos nosotros”. Este sería el tuit, parafraseando al primer presidente de la I República Estanislao Figueras, que Yuri Aguilar utilizaría para describir la situación política actual si tuviera que escribir una nueva entrega de La historia de España en 50 tuits: De Numancia al 15M (Ed. Martínez Roca) escrito a cuatro manos con su amigo Miguel Poyatos. La obra se encaramó a lo más alto de la lista de best sellers en cuestión de días y las críticas se cuentan por elogios, ya que han conseguido un divertido repaso de los acontecimientos más importantes de nuestro time line como nación sin perder rigor.

Así, en esta nueva historia de España con lenguaje adaptado a la red social creada en 2006 por Jack Dorsey, los debates se dirimen a golpe de zasca, los líderes se convierten en influencers, y el enemigo es un hater al que se le puede hacer un block. Y así, los autores nos llevan a rodear Sagunto con Aníbal, a enfrentarnos a los vikingos en la batalla de Guadalete en el bando del califato de Omeya hasta derrotar a la URSS en la Copa de Naciones o asistir, atónitos, a cómo Jesús Gil se convierte en el alcalde de Marbella gracias al voto de sus followers. En definitiva, medio centenar de acontecimientos históricos de primer orden o simples anécdotas a las que es difícil no premiar con un ‘me gusta’.

Cuando hicimos #RE23F hubo hasta algún despistado, en plan Orson Welles y La Guerra de los Mundos que preguntó si estaba pasando algo

Esta aventura editorial comenzó hace años, cuando ambos se conocieron a través de amigos comunes, y descubrieron que ambos eran apasionados de la historia y, en una de esas conversaciones regada con alguna cerveza, salió el tema de cómo hubiera sido el golpe del 23F de haber existido twitter. El siguiente paso fue crear la cuenta @TwitstoriadeEsp para difundir, en 140 caracteres, efemérides, noticias, artículos…

“Al principio éramos más de cosas simples, tipo ‘tal día como hoy…’, pero eso es bastante fácil, solo tienes que mirar en la Wikipedia, y más gente empezó a hacerlo, así que, cuando empezamos a tener un cierto número de seguidores se nos ocurrió hacer los del 23F y creamos el #Re23F, que era una recreación del golpe en directo. Fue en 2014, y nos costó un poco prepararlo —leímos todo lo que había sobre el tema, sobre todo para ajustarlo al tiempo real— pero fue un éxito impresionante y ganamos un montón de seguidores”.

Su fuente fueron, sobre todo, los libros que salieron justo después del golpe, en los que se hacía más hincapie en cuándo pasó qué. Técnicamente, se dieron situaciones que hoy serían distintas. “Por ejemplo”, explica, “no había hilos así que tuvimos que usar Hootsuite, y solo podíamos usar 140 caracteres”. Comenta que hubo hasta algún despistado, en plan Orson Welles y La Guerra de los Mundos que preguntó si estaba pasando algo, y algún otro espontáneo que se sumó al juego y añadió algún comentario.

La siguiente experiencia fue el #RE2demayo que permitió un giro: los hechos de la época no están documentados tan exhaustivamente, lo que dejaba cierto margen para la recreación un poco más literaria. A continuación llegaron otros #Re, más de 50.000 seguidores… ¡Y una llamada de Planeta! pidiéndoles que escribieran el libro. “Se portaron muy bien. Firmamos el contrato sin que ellos supieran ni lo que queríamos hacer. Un mes más tarde les mandamos el primer capítulo para que dieran el ok definitivo”.

El del 23 F fue el primer capítulo. Hasta ahí, bien, pero faltaban 49 más. “La idea”, cuenta Aguilar, “era buscar hechos relevantes de nuestra historia pero que se ajustaran al lenguaje tuitero. Por ejemplo, hay un capítulo dedicado al duelo a muerte entre Blasco Ibáñez y un teniente del ejército, que no pasa de ser una anécdota poco conocida sin trascendencia, pero el concepto del honor y la ofensa está al día en tuiter. Así, contábamos algo que no está muy contado, hablábamos de algo que a mí me apasiona como son los lances de honor, y aprovechábamos que era muy fácil incardinar el lenguaje de tuiter”. En esta línea, en los que el lenguaje de tuiter es protagonista, están el relativo a Eurovisión con Massiel quién, por cierto, rechazó el Lazo de Isabel la Católica que le ofreció el Régimen. En tuiter gusta mucho la anécdota y no se puede profundizar mucho, y este capítulo se juega con esto.

‘Muy de Yuri’ o ‘Muy de Miguel’

Aguilar cree que uno de los secretos del éxito del libro es la buena sintonía con Miguel Poyatos, pese a que uno estaba en València y el otro en Londres. Hay capítulos que son más de uno que del otro, y otros al 50%. “En contra de lo que parece, este libro se fue tejiendo poco a poco: hablábamos mucho por teléfono y cada uno hacía un fragmento, el otro lo revisaba y así iban saliendo. Y, así, tras la fase de documentación, el libro estuvo listo en cinco meses. “Ni siquiera utilizábamos el control de cambios de los documentos, cada uno corregía a otro y había total confianza”. Eso sí, hay capítulos ‘muy Yuri’ (como el de Blasco Ibáñez, la masofobia o la llegada del cine) y otros ‘muy Miguel’ (como el de Jaume I o el de las Navas de Tolosa).

¿Habrá otros 50 tuits de la Historia de España? “Bueno, hay cosas que se han quedado fuera, y tenemos una lista de capítulos que podríamos incluir. Pero también hay que tener en cuenta que constantemente van apareciendo chistes o personajes tuiteros que se puedan incorporar, tipo ‘da igual cuándo leas este tuit’ o ‘esto no lo leerás en los medios’. Nosotros, de momento, vamos trabajando mentalmente”. El tiempo dirá los autores inician una serie o, como se dice ahora, abren hilo.