ALICASNTE. Un paraguas abierto y boca abajo, como si la parte de tela quisiera bailar con el suelo, y una definición de la RAE relativa a este instrumento: "Paraguas: 2. m. Persona o cosa que sirven de amparo o protección". Detrás de este símbolo se encuentra la esencia del proyecto de mecenazgo que llevan a cabo, desde hace siete años, Amparo Martínez y Juan Manuel del Pino. Ambos comparten el título de fundadores y responsables del Premio Mardel de Artes Visuales, un certamen que nace, en su sentido más lingüístico, de la unión de la primera sílaba de los apellidos de la pareja -Mar (de Martínez) y del (de del Pino)-: "Es una cosa muy casera. Lo decidimos así porque nos hacía ilusión y era un proyecto conjunto", explica en relación Amparo Martínez. La iniciativa nació y sigue creciendo con el objetivo de "ayudar a promocionar el arte contemporáneo y, al mismo tiempo, brindar apoyo a los creadores. Es un proyecto de mecenazgo con la idea de dar a conocer nuevas formas de expresión de las artes visuales", comenta, aclarando la relación con el paraguas.
En esta VII edición que ha alcanzado el proyecto se han presentado 600 propuestas de artes visuales, de las cuales solamente 22 han sido seleccionadas. "Se nombra un jurado independiente, que es quien las escoge", apunta con respecto al proceso. Este 2019 los nombres que conforman el grupo son Inma Prieto, comisaria, investigadora y crítica de arte, Marisol Salanova, comisaria y crítica de arte, y José Luis Pérez Pont, director general del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana.
Sin embargo, antes de que estos profesionales de distintos ámbitos desempeñen su labor acontece "una criba muy grande: se presentan personas que no pueden acceder. Este año hemos tenido una alta participación de artistas argentinos y mexicanos. Eso ya los elimina, obviamente, ya que la convocatoria está abierta a artistas españoles o residentes en España; quisimos que fuera algo para la gente de aquí, porque vimos que no existía mucha ayuda en el ámbito privado -por no decir casi nada- y en el ámbito estatal la verdad es que también hay muy poca. Sin embargo, en Francia, por ejemplo, sí que hay bastantes, motivo por el cual quisimos acotarlo solo al territorio español, donde estamos más desfavorecidos en este sentido", expone la fundadora.
Otro de los obstáculos en la selección es que algunos artistas "no cumplen con el cuestionario debido a que no mandan el dossier. Entre los que quedan, que pueden ser unos 400 -lo que sigue siendo una barbaridad-, el jurado lleva a cabo una selección de entre 20 y 30 artistas. Me gustaría que fueran muchos más, pero algunos presentan instalaciones que necesitan siete u ocho metros para una sola obra", justifica Martínez. Y recuerda que aunque comenzaron el proyecto "con una serie de condicionantes en las bases, como la edad", con el tiempo han ido desligándolo de "todos esos corsés para dejarlo abierto a todas las edades".
Además de abolir la barrera de la edad, el objeto de la convocatoria se fija en el arte visual en general, es decir, "no solo se permite la escultura o la figuración; se puede presentar lo que cada persona quiera hacer", aclara. Sin embargo, dentro de esta generalización parece haber predilección por ciertos formatos y otros que no son tan favoritos: "Lo que más predomina son las instalaciones que mezclan pintura, vídeo, etc. Y lo que menos se presenta es la pintura, el óleo en sí. De fotografía hay algo, y también nos llegan bastantes vídeos y esculturas", desgrana Martínez. Pero en cuanto a temática se refiere el leitmotiv está claro: "Los temas son, sobre todo, de contenido social. Los artistas jóvenes, de alguna manera, siempre han relatado el curso de la historia. Se presentan muchas piezas que giran en torno a la contaminación ambiental y el plástico. Suelen ser vídeos u obras que emplean materiales como el plástico, suponiendo una manera de demostrar que estamos fulminando el planeta por momentos", traslada.
Los 22 artistas compiten por ganar el primer premio, que consiste en una dotación económica de 6.000 euros en esta séptima edición, además de tres accésits que otorgan a los trabajos un plus de reconocimiento. La exposición se inaugura el 25 de octubre en el Centre del Carme de Valencia y se podrá visitar hasta el 25 de noviembre. Sin embargo, esta iniciativa no nació en la capital de la Comunitat, sino en Calpe, y vivió sus tres primeros años en Alicante: en 2013 y 2015 (primera y tercera edición) habitó el Centro Cultural Las Cigarreras y en 2014 (segunda), el Centro Municipal de las Artes de Alicante. "El cuarto año se nos ofreció la oportunidad de realizar el festival en Valencia, algo que nosotros habíamos solicitado. Y ahora nos lo han propuesto para Madrid, pero yo no me lo quiero llevar de la Comunidad, porque aquí no hay tantas propuestas como en la capital", defiende la fundadora.
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