ALICANTE. Tras los insatisfactorios resultados electorales del pasado 10N, y la caída registrada en las municipales de 29M, una parte de Compromís quiere dar un impulso a la organización en las comarcas de Alicante. Por un parte, para mantener la tensión y el pulso político, pero fundamentalmente, para impregnar a la organización de matices, que hagan su mensaje más permeable, a la vez que pragmático. Alicante sigue siendo su talón de Aquiles en una cita electoral nacional. Ni siquiera la coalición con Más País le ha permitido alcanzar los números que con los que la formación de Mónica Oltra sí que defiende en el ámbito autonómico, y en menor medida, en el municipal.
La primera iniciativa de este movimiento ha sido el lanzamiento de la Carta de Alicante, una especie de decálogo de reivindicaciones básicas para cualquier administración, impulsada por los regidores de Compromís en los ayuntamiento de Alicante, pero que han acabado secundando los cuatro partidos con representación en la Diputación Provincia, PSPV, PP, Ciudadanos y la coalición valencianista. El valor de su aprobación es que se trata de un decálogo que puede aprobar cualquier concejal que forme parte de un equipo de gobierno, y que sufre los rigores de medidas como la regla de gasto o las restricciones de la tasa de reposición de personal.
La Carta de Alicante plantea una reforma financiera de la administración Local con criterios de corresponsabilidad fiscal y que, específicamente, tenga en cuenta el peso poblacional, la carga turística y la tipología urbana a la hora de contemplar el coste de los servicios públicos. Así, por ejemplo, se propone que aquellos consistorios con un superávit continuado puedan ampliar el margen de gasto no financiero, el catálogo de las inversiones consideradas financieramente sostenibles al tiempo que incrementar los supuestos que permiten el aumento del gasto o la consignación de gastos extraordinarios . El documento también reclama un mayor margen en las convocatorias de empleo público que atienda a la recuperación de los puestos de trabajo amortizados desde 2010 por las bajas tasas de reposición.
El documento incluye además el cumplimiento de las previsiones del Plan de Cercanías en la provincia abordando de forma prioritaria inversiones como el Tren de la Costa Gandia-Dénia-Benidorm-Alicante; la conexión ferroviaria con el Aeropuerto de Alicante y el Puerto de la ciudad; la electrificación y aumento de frecuencias de la línea Alicante-Elche-Orihuela-Murcia y la ejecución del ramal hasta Torrevieja; y ejecutar las inversiones para la modernización de la línea Xàtiva-Alcoy.
La carta de Alicante propone también la creación del Instituto de Emergencia Climática como órgano competente de ámbito estatal con sede en la Vega Baja y desde donde poder implementar una estrategia política integral en la materia. La acción municipal frente el cambio climático debe ser una de las patas centrales del Instituto de Emergencia Climática.
El otro movimiento se ha producido en el ámbito educativo. La Conselleria de Educación ha querido adelantarse a los acontecimientos con la aplicación del decreto de plurilingüismo en Secundaria en la comarca de la Vega Baja, donde más recelos ya generó la iniciativa en el pasado mandato. Ante las constantes campañas iniciadas por sectores vinculados a nuevos actores políticos, como Vox, que han generado una serie de vídeos sobre denunciando hipotéticas consecuencias de la aplicación de la nueva ley educativa, el departamento de Vicent Marzà ha reunido a los equipos directivos de los institutos de Secundaria de la comarca con el objetivo de no sólo aclarar dudas en la aplicación, sino de ofrecer la posibilidad de aplicar instrumentos de flexibilización, en función del nivel del valenciano de cada centro. De esta manera, lo que se ha propuesto es que aquellos centros en los que el nivel sea más bajo, ofrecer la posibilidad a los alumnos de poder hacer trabajos experimentales de adaptación.
La medida se adopta también en función de los problemas planteados por los propios equipos directivos y con la respuesta ofrecida, que no es del todo definitiva, se busca ofrecer de escucha. Y aunque el encuentro fue un acto institucional, de la conselleria, en la que estuvieron otros cargos, como el secretario autonómico, Miguel Soler, del PSOE, está claro que la presencia de Vicent Marzà también tiene su lectura: suponía volver a esa especie de boca del lobo en la que se ha convertido el plurilingüismo en las zonas de castellanohablantes. Y con ello, dar una imagen de que todo se puede hablar y que se pueden dar facilidades para la aplicación de la normativa, no sólo en valenciano -donde está el centro de la polémica- sino en el inglés. El termómetro del gesto se verá el próximo 18 de enero, cuando hay convocada una manifestación en Orihuela por parte de la delegación comarcal Bajo Segura de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres (FAPA) Gabriel Miró con el objetivo de defender el derecho a elegir la lengua vehicular de las familias en el proceso de aprendizaje de sus hijos.
Pero, ¿qué hay detrás de esta movimiento de Marzà o en la Carta de Alicante? Ambas iniciativas dejan algunas consideraciones: la primera, Marzà se lanza a por la campaña para liderar el Bloc, el gran partido de Compromís, y lo hace con un gesto en las comarcas del sur, algo que puede ser una moneda al aire en el seno de la organización nacionalista. Algunos lo pueden ver como un gesto pragmático; otros, como una cesión. Pero de lo que no cabe duda es que es un gesto de lectura externa, institucional, pero también interna de consecuencias de momento no medidas.
La segunda, cambian los protagonistas de la coalición en las comarcas del sur. Con Mireia Mollà en un rol más institucional, de consellera, el peso del partido ha pasado a manos del propio Gerard Fullana, hombre de confianza de Marzà, y de Aitana Mas, de Iniciativa, sí, pero con manos más libres para ganar un protagonismo trasversal, por encima de porcentajes internos, o del peso del partido en función de la ciudad. Se trata, en el caso de Fullana y de Mas, de un liderazgo natural: ambos encabezan los cargos más importantes en instituciones de más peso político, como es la Diputación o las Cortes Valencianas. Y con esta renovación y con el propósito de ampliar la base social, se quiere llegar al congreso nacional del Bloc y a su vez, al de Compromís, la casa madre de la coalición. Otro cosa es que lo consigan.