Miopía, hipermetropía, astigmatismo, estrabismo o ambliopía forman parte de las principales patologías visuales detectadas a este grupo de edad en Oftálica
ALICANTE. El bajo rendimiento escolar puede deberse a la aparición de síntomas relacionados con un problema visual latente. Según estudios recientes, 3 de cada 10 casos de fracaso escolar están relacionados con problemas oculares no detectados que bien podrían corregirse o no agravarse en caso de someter al paciente a una revisión oftalmológica.
“Las revisiones visuales previas al inicio de curso son muy importantes”, afirma el director médico de Oftálica Clínica Oftalmológica de Alicante, el doctor Enrique Chipont, quien lidera en Oftálica a un nutrido equipo de especialistas en todas las especialidades oftalmológicas. Entre ellas, la oftalmología pediátrica.
“La oftalmología pediátrica está especializada en los problemas oculares y de visión de los niños”, subraya el doctor Chipont. “El ojo del niño se desarrolla hasta, aproximadamente, los nueve años. Una revisión y un diagnóstico precoz son una garantía de salud ocular. Evita complicaciones posteriores e impide el desarrollo de patologías que pueden derivar en problemas visuales tan graves como el estrabismo”.
Según el equipo de Oftalmología Pediátrica de Oftálica, las principales patologías visuales en edad escolar son las siguientes:
En el caso de la miopía, el niño ve claramente los objetos cercanos, pero aprecia borrosos los objetos lejanos. Esto se debe a que el niño con problemas de miopía enfoca las imágenes delante de la retina en lugar de sobre ella.
La miopía es un problema grave, que en el plazo de 30 años afectará a cerca de la mitad de la población del planeta. Y se ha acentuado con el confinamiento. Suele desarrollarse en la infancia, entre los seis y los ocho años, para estabilizarse en torno a los 18 años.
Los síntomas compatibles la miopía son: visión borrosa, dolores de cabeza, fatiga visual, entrecerramos los ojos para mejorar la visión y percibimos borrosos los objetos lejanos.
El consejo es que, si aprecia en el niño alguno o varios de estos síntomas, acuda de inmediato al oftalmólogo.
El estrabismo consiste en la pérdida de paralelismo de los ojos. Cada uno enfoca en una dirección distinta. Esta circunstancia origina que cada ojo traslade una imagen diferente al cerebro, que acaba por eliminar una de esas imágenes lo que, además, provoca otro problema de visión denominado ambliopía u ojo vago.
Los síntomas principales que pueden alertar de un problema de estrabismo en el niño son: visión doble, fatiga visual, tendencia a entrecerrar uno de los ojos ante demasiada luz o inclinación de la cabeza hacia un lado u otro para intentar usar ambos ojos a la vez. En ocasiones, además, puede estar asociado a un problema refractivo como la hipermetropía.
Si detecta alguno de estos síntomas en el niño, lo conveniente es acudir a la consulta oftalmológica para poner en marcha el tratamiento adecuado. En el caso del estrabismo, la detección precoz es fundamental para resolver el problema.
La ambliopía u ojo vago consiste en la pérdida de capacidad para ver claramente a través de un ojo. Es la patología visual más común en los niños. Suele diagnosticarse en la infancia. Si no se trata a tiempo puede prolongarse hasta la edad adulta sin que sea posible corregirla.
Es importante estar atento para detectar la posible presencia de algunos de sus síntomas, esencialmente si el niño desvía uno de sus ojos, si no identifica de forma nítida a personas y objetos cercanos o si el niño se acerca en exceso a sus ojos los objetos.
Si los padres o profesores detectan algún síntoma compatible con los descritos es muy importante acudir cuanto antes a la consulta oftalmológica. En muchos casos, la ambliopía tarda en detectarse, porque el niño se desenvuelve con normalidad. De ahí la enorme importancia de las revisiones oftalmológicas.
La hipermetropía está relacionada con la visión borrosa de personas u objetos que están cercanos a nosotros. Quien padece de hipermetropía enfoca la imagen detrás de la retina y no sobre ella. En consecuencia, la imagen que percibe el ojo no es clara ni nítida, sino borrosa. Dos de cada 10 personas sufren este problema refractivo.
Algunos síntomas compatibles con la hipermetropía son la fatiga visual o dolores de cabeza. Es conveniente efectuar revisiones visuales del menor desde muy temprana edad para detectar este problema cuanto antes.
El astigmatismo es una patología que puede estar asociada a la hipermetropía o a la miopía. Se caracteriza por una visión deformada de los objetos de cerca y de lejos, porque la luz que entra en el ojo se enfoca en más de un punto de la retina. El resultado es una visión borrosa y distorsionada.
Si el astigmatismo está ligado a la hipermetropía pueden aparecer mareos, dolor de cabeza, fatiga visual, picor, escozor y enrojecimiento en los ojos.
El ojo seco se ha acentuado con el mayor uso de los dispositivos móviles, tabletas y ordenadores, porque estos dispositivos obligan a un exceso de atención que repercute en la escasez de la lágrima. Y, si no hay lágrima, hay ojo seco.
La sequedad ocular, el picor o escozor de los ojos, la fatiga ocular, la irritación o los ojos rojos son síntomas compatibles con el ojo seco, como la sensación de tener un cuerpo extraño dentro del ojo.