El economista jefe de Saxo Bank recomienda mirar hacia China y las oportunidades de inversión que ofrece la apertura de su mercado
MADRID (EP). El riesgo geopolítico no ha desempeñado un papel importante en los mercados y la economía desde la crisis financiera global, principalmente porque los bancos centrales mundiales han evitado las consecuencias con un 'muro de dinero'. Ese modus operandi está llegando a un final abrupto. La Reserva Federal (Fed) está decidida a implementar el QT (Quantitative Tightening o endurecimiento cuantitativo), permitiendo que su balance masivo se contraiga y que los bonos venzan sin ser renovados. Al hacerlo, corre el riesgo de cometer el error de subir los tipos de interés basándose en la "esperanza" de que la inflación subirá de acuerdo con el argumento académicamente refutado de la curva de Phillips.
La Fed cree, o más bien espera, que el QT se lleve a cabo sin perturbar los mercados, lo que es irónico, ya que la mayor parte del crecimiento mundial desde la crisis se basa en lo contrario. Ahora nos están llevando a creer que quitar los estímulos no va a terminar con la fiesta. Además del QT, el colapso del impulso crediticio mundial es otro riesgo importante para los mercados de aquí a final del año. Después de años de expansiones, la dinámica del crédito se ha invertido completamente. Creemos que este es un mal presagio para el cuarto trimestre de 2017 y hasta el segundo trimestre de 2018, donde vemos una posibilidad real de desaceleración económica con apariencia de recesión. Una tormenta perfecta de baja volatilidad, baja inflación y grandes errores políticos de los bancos centrales pondrán en peligro el modelo económico tal y como lo conocemos.
Desde el comienzo del año, el impulso global del crédito ha enviado una señal de advertencia a los inversores de todo el mundo. Como la economía más grande del mundo basada en PPP (Purchasing power parity o Paridad de poder adquisitivo), China es el principal motor del impulso global del crédito. Un notable descenso en el flujo de crédito de China afectará la evolución del crédito en otras partes del mundo.
Renta variable: China en el punto de mira
Mientras el mundo está obsesionado con la aparente escalada del terrorismo y las tensiones con Corea del Norte, China está a punto de embarcarse en la apertura de su economía, con vistas, a largo plazo, de reemplazar a EE UU como superpotencia a escala mundial.
Con la apertura de los mercados financieros chinos, los inversores a nivel mundial podrán ser partícipes del siglo que presenta mayores transformaciones, a medida que China recupera la gloria de antaño y se benefician de la riqueza mundial. Nuestra recomendación para los inversores del mundo desarrollado es que aumenten la exposición al sector tecnológico porque es el que está sometido a una menor regulación y tiene un carácter sorprendentemente privado. Adquirir posiciones en índices mediante ETFs es una estrategia buena para la mayoría, sin embargo, la exposición excesiva a empresas estatales minará la rentabilidad durante la transición hacia una economía orientada a los consumidores y eminentemente tecnológica.
En cuanto a empresas de productos básicos, los auténticos ganadores se encuentran en China. La mayor empresa de bebidas, Kweichow Moutai, tiene una capitalización bursátil que roza los 100$ mil millones, creciendo a un 23% anual, un ritmo jamás visto por ninguna empresa de bebidas del mundo.
El año pasado China experimentó un crecimiento superior a lo esperado después de que los coletazos de la expansión crediticia de 2016 y el viento de cola de la economía mundial tuvieran un efecto positivo sobre el antiguo modelo de manufacturas y exportaciones, acompañado del impulso de la nueva economía china sustentada en servicios y consumo interno. Al final del proceso China se erguirá como una economía mundial abierta y estable, con fuertes lazos comerciales con Oriente y Occidente.
Divisas: El mundo invierte el papel todopoderoso del dólar
Como la mayor economía del mundo y dueña de la moneda de reserva global por excelencia, Estados Unidos, para bien o para mal, vivía más allá de sus posibilidades, exportando divisas al resto del mundo en forma de deuda del Tesoro. Ahora, una China en ascenso está observando los beneficios de que su moneda juegue un papel más importante y suplante al dólar estadounidense (USD) en el comercio mundial.
China es el mayor importador de petróleo del mundo y una transición exitosa hacia transacciones de petróleo en yuanes, al tiempo que se mantiene la estabilidad de la moneda, es el primer paso clave de cara a la expansión a largo plazo de los mercados de capitales chinos importando la demanda global de su propia divisa. Otro ángulo convincente a esto es la necesidad de China de huir de los excesos de la burbuja crediticia, con dimensiones desproporcionadas.
En el cuarto trimestre el euro está listo para cosechar beneficios adicionales con el comienzo de la retirada de estímulos por parte del BCE, iniciando la senda hacia una normalización de tipos. Esperamos que el Reino Unido pase página con el Brexit este trimestre, a medida que comenzamos a tener una idea más clara de hacia dónde se dirige el proceso.
Materias primas: beneficios entre huracanes
El sector de las materias primas entra en la recta final de 2017 en una buena posición a raíz de los mejores resultados cosechados en el tercer trimestre. El petróleo crudo se recuperó debido a que las interrupciones relacionadas con el clima, combinadas con los esfuerzos de los productores de la OPEP y no-OPEP para reducir la producción, finalmente comenzaron a tener un impacto positivo en los saldos globales.
Los metales preciosos subieron a medida que aumentaban las tensiones mundiales, elevando la demanda de activos refugios y diversificación. Sin embargo, es improbable que esta tendencia alcista se mantenga durante el último trimestre, ya que el dólar podría detenerse, mientras que los fundamentales podrían no ser lo suficientemente fuertes para soportar las subidas continuadas, especialmente en las materias primas dependientes del crecimiento, como el petróleo y los metales industriales.
Los riesgos geopolíticos siguen siendo una amenaza para la economía global y es clave el impacto potencial sobre la oferta -y no menos la demanda- de materias primas. Desde el diciembre pasado no hemos variado nuestras expectativas de cara a final de año para el oro en $ 1,325 / oz y no vemos ninguna razón en este trimestre que justifique una revisión. Para final de año vemos a la plata en $ 17.35 / oz.
El mercado de petróleo cerrará el año de la mejor forma. Los recortes de producción de la OPEP y otros países productores por fin han hecho que disminuya el exceso de oferta de crudo. La caída de las reservas de combustible en EE UU tras los parones en el Golfo de Texas provocados por el huracán Harvey siguen teniendo un impacto positivo sobre los márgenes de las refinerías y hacen que la demanda de petróleo siga en niveles elevados en un momento en el que suele experimentar una caída estacional. Teniendo en cuenta el aumento de la demanda de las refinerías, el crudo Brent terminará el año en torno a los $ 55 / b mientras que el crudo WTI tendrá dificultades para subir más allá de los $ 51 / b dado el impacto del aumento de la oferta de los productores de los Estados Unidos.
Steen Jakobsen es economista jefe de Saxo Bank