VALÈNCIA. Decía Sun Tzu que para ganar una guerra son necesarios dos elementos: tener paciencia y conocer al adversario, "conocer las condiciones del terreno y usarlas favorablemente". Una teoría que llevó a la práctica la síndica del PPCV, Isabel Bonig, este martes. Tras la guerra abierta la semana pasada entre PSPV y Compromís y con el horizonte electoral divisándose ya en 2019, la también presidenta regional de los populares aprovechó la rueda de prensa tras la Junta de Síndics para tratar de ahondar la división que desde hace unos días distancia al president de la Generalitat, Ximo Puig, y a la vicepresidenta, Mónica Oltra.
La líder del partido de la gaviota en la Comunitat Valenciana anunció que su partido había pedido la comparecencia de Oltra en la Diputación Permanente. Los motivos eran varios, pero entre ellos no faltó "el lío montado con la comisaría de violencia de género". "No es el momento de hacer política, ni el PP va a comportarse de forma tan rastrera como el PSPV cuando el Partido Popular gobernaba, pero estas medidas primero se consensuan y luego se anuncian", afirmó. La intervención no tendrá lugar –se rechazó en la votación de la junta–, pero el dardo ya estaba lanzado.
Ahora bien, las destinatarias no solo eran Oltra y la consellera de Justicia, Gabriela Bravo. Bonig, conocedora de que el jefe del Consell y la número dos del Gobierno valenciano siguen sin hablar de lo sucedido, también increpó a Puig: "Hemos asistido atónitos a cómo ante una nueva medida, se da un rifirrafe entre dos miembros del gobierno valenciano. No vamos a hacer más sangre, pero no lo hace el PP, lo hacen ellos. Peleas en público y falta de comunicación. Yo no me voy a ofrecer para que la haya, pero no sé el president qué hace".
Una salida al ruedo que es una pequeña muestra de cómo se iniciará el último curso político del Consell del Botànic y que sirve de antesala al Debate de Política General, cita en la que se espera que la líder de la oposición saque toda la artillería pesada para tratar de exhibir la "inestabilidad" en la que navega el Ejecutivo del Titanic -como se refieren desde las filas populares al gobierno formado por PSPV y Compromís-.
Con esta premisa, y sin necesidad de estudiar mucho el escenario -ya que éste se expuso en redes sociales-, la presidenta del PPCV, que en numerosas ocasiones ha sido la diana de los ataques de socialistas y valencianistas en los plenos de Les Corts por la gestión que realizaron sus compañeros de partido antaño cuando gobernaban, toma aire con este enfrentamiento. Un oxígeno que le servirá para poder iniciar con fuerza los últimos seis meses antes de la convocatoria de elecciones. ¿Su guerra? Tratar de convencer al electorado de que "el PP es un partido que da estabilidad" y así recuperar la Generalitat. Subrayar las diferencias que existen entre sus adversarios es parte de la estrategia popular.
Mientras la oposición aprieta, PSPV y Compromís denegaron este martes la propuesta de Podemos. Después de que el secretario general de los morados, Antonio Estañ, propusiera a sus socios mantener una reunión que sirviese para resolver las diferencias y establecer una "hoja de ruta" conjunta que marque las prioridades en las que trabajar hasta el final de la legislatura, el portavoz de los socialistas en Les Corts, Manolo Mata, señaló que no creía que este encuentro fuera "necesario".
No sólo eso. También tildó estos enfrentamientos entre cargos de los dos partidos que sustentan el Ejecutivo valenciano de "marujeos de verano". El también vicesecretario del PSPV recordó que la comisión de seguimiento del Botánico se reúne cada año y, en esta ocasión, le corresponde a los del puño y la rosa hacerlo. Octubre, para los socialistas, es el mes "adecuado", ya que es cuando arranca la negociación de los Presupuestos. Por su parte, la portavoz adjunta de Compromís, Mònica Álvaro, resaltó que la reunión del pacto era "ordinaria y estaba previsto ya convocarla en septiembre u octubre".