VALÈNCIA (EP). Consumir té verde podría ayudar a combatir las alergias alumentarias al actuar sobre los microbios intestinales que, a su vez, afectan a las respuestas inmunes alérgicas, según un estudio de la Universidad Shinshu, en Japón, publicado en la revista 'Frontiers in Immunology'.
Tasuku Ogita, quien recientemente se unió a la Universidad Shinshu, es experta en tés y sus efectos sobre las bacterias intestinales. En este estudio, su equipo analizó el té verde y la abundancia de bacterias 'Flavonifractor plautii' (FP) que se encuentran en el intestino.
La FP es parte del metabolismo en el intestino de la catequina, un antioxidante que se encuentra en varios alimentos, incluido el té verde, de los cuales 30 a 42% de su peso seco es catequina.
Tasuku Ogita, el supervisor Takeshi Shimosato y su equipo, descubrieron que la administración oral de FP suprime fuertemente la respuesta inmune Th2 a las alergias alimentarias in vivo. Los alimentos que comemos afectan el complejo cóctel de diferentes cepas de bacterias del intestino.
Beber té verde aumenta la abundancia de FP que suprime la respuesta inmune Th2. FP es una cepa de la familia de bacterias 'Clostridia', que se sabe que tiene efectos sobre el sistema inmune, inhibiendo notablemente la inflamación. Algunas cepas de 'Clostridia' también son prometedoras en reducir la presión arterial y se sabe que algunas son abundantes en personas delgadas pero no en personas obesas, lo que lleva a los investigadores a creer que pueden usarse para regular el peso.
El doctor Ogita ha cultivado con éxito la PF, que tardó 6 meses en realizarse. No es fácil cultivar bacterias que crecen dentro de los intestinos fuera de su entorno, por ello fue un éxito cuando pudo "ver la cara" de esta cepa FP bajo un microscopio ya que no existía una foto de de esta bacteria hasta este momento.
La Universidad Shinshu se encuentra en la prefectura de Nagano, conocida en todo Japón por su variedad de alimentos fermentados con efectos beneficiosos para la salud. Debido a su terreno montañoso, los residentes han tenido que sobrevivir largos inviernos sin acceso al mundo exterior, cultivando una rica cultura alimentaria de conservas naturales como encurtidos de miso y lacto fermentados.
Actualmente sus residentes tienen la mejor salud y la mayor longevidad de Japón, y lo consigue con algunos de los costos más bajos para la atención médica de las personas mayores del país, lo que significa que las personas viven mucho pero también son más saludables por más tiempo.
Los investigadores de la Universidad de Shinshu continúan trabajando para estudiar alimentos únicos autóctonos de Nagano y Japón, y procesos metabólicos en el cuerpo científicamente para compartir este conocimiento con otros en todo el mundo con la esperanza de que ellos también puedan beneficiarse de esta cultura.
Es posible que las cepas de bacterias FP sigan los pasos de las bacterias del ácido láctico y la bifidobacteria al agregarse a los alimentos para su funcionalidad deseada. No obstante, se necesitan más estudios para analizar la seguridad de la PF antes de que pueda usarse como un probiótico antialérgico.