VALÈNCIA. La jornada bautizada como ‘Tomben el règim’ que tenía como objetivo evitar que se celebrara el Consejo de Ministros en el palacio de la Llotja en Barcelona fue un éxito en cuanto a la convocatoria, no tanto si se tiene en cuenta que la reunión del Gobierno se celebró sin mayores problemas. Pero lo que quedó claro, tras más de 12 horas de reivindicaciones, fue que el discurso de los líderes del Partido Popular y Ciudadanos, Pablo Casado y Albert Rivera, que auguraban sangre en las calles, fracasó estrepitosamente.
En cuanto a la previsión de incidentes, la realidad, tal y como pudo comprobar Alicante Plaza en primera persona, fue que salvo algunas cargas aisladas de los Mossos d’Escuadra y la agresión a un periodista de Intereconomía, en la ciudad condal no hubo ningún altercado de relevancia. Es más, la jornada se desarrolló en un tono festivo dentro de lo reivindicativo.
Otro cantar fueron los cortes en la AP7 a la altura de L’Ampolla (Tarragona), donde los CDR cortaron la autopista en ambos sentidos provocando colas kilométricas que afectaron a la circulación. La Ronda Litoral por el contrario, y pese a amanecer totalmente cortada, un pacto entre los CDR y los Mossos hizo que se habilitara un carril de entrada y otro de salida, lo que pese a provocar colas no impidió el acceso de aquellas personas que iban a trabajar. Las calles estaban despejadas excepto el centro que permaneció cortado por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado hasta cerca de las cinco de la tarde.
Sobre los pocos incidentes que ocurrieron este viernes, cabe destacar el producido a la altura del Paralel donde los Mossos tuvieron que cargar porque algunos exaltados tumbaron las vallas perimetrales para tratar de acceder a la Llotja. Tras esa primera carga hubo otra en la Vía Laietana y otras tres en Drassanes. Pero pese a todo, el total de detenidos no llegó a la decena.
Según fuentes presenciales, fueron los mismos los que se enfrentaron a los Mossos tanto en Drassanes como en Vía Laietana, ya que debido a la cercanía existente entre ambas calles, los encapuchados iban de una a otra. Cuando parecía que la cosa podía ponerse fea, fueron los propios manifestantes los que aislaban a estas personas al tiempo que se lamentaban del "daño" que hacían a su causa.
Por otro lado, varias personas contrarias a la manifestación trataron de infiltrarse y organizar una revuelta en las calles. Sin embargo, fueron los propios manifestantes los que echaron del lugar a estas personas. El diputado de Esquerra Republicana Gabriel Rufián tuiteó un vídeo en el que se ve como los manifestantes increpan a los infiltrados hasta echarlos del lugar.
Al cierre de esta edición, las calles de Barcelona volvían a la normalidad mientras las miles de personas que habían acudido a la manifestación de la tarde volvían a sus casas.
Mazón asegura que llegarán "hasta donde haga falta" para evitar que les "quiten la solidaridad"