MADRID. Turquía es un claro ejemplo de lo poco que gusta a los mercados que los gobiernos intervengan en los asuntos de los bancos centrales. Pero vayamos por partes, ¿qué ha sucedido, por qué, a qué mercados afecta y qué consecuencias tiene? Erdogan cesó al gobernador del Banco de Turquía, el cual había procedido el pasado jueves a subir los tipos de interés 200 puntos, el doble de lo esperado por el mercado, hasta el 19%. Este movimiento tenía como finalidad controlar la inflación, que se acercaba al 16%, y evitar que continuase la fuga de capital extranjero. Pero estos ceses o despidos no son algo extraño en Turquía. De hecho, Erdogan en los últimos cinco meses ha cambiado a dos gobernadores de la entidad. Pero es que si vamos más atrás en el tiempo, desde el año 2014 ha cesado a 4 gobernadores, casi nada.
¿Y por qué este último despido? Pues porque Erdogan siempre ha estado en contra de las políticas monetarias clásicas y es un claro opositor a subir tipos de interés, él piensa al contrario que los cánones y comenta que para controlar una elevada inflación es mejor bajar los tipos de interés, cuando realmente es lo contrario y así hizo el Banco de Turquía. ¿Todo esto puede originar un cambio de paradigma en Turquía? Bueno, se podría decir que el nuevo gobernador podría seguir una política monetaria más cercana a lo que desea Erdogan y proceder a bajar los tipos de interés e implementar una política más expansiva.
¿Y por qué han reaccionado tan mal los mercados nacionales y los relacionados con Turquía? Pues porque si hay una cosa que los mercados detestan es la intromisión de los poderes políticos en los asuntos de los bancos centrales, ya que ello resta, por no decir que anula, la plena independencia de estas entidades. Y en el caso de Turquía tenemos un claro ejemplo de libro, un presidente que no comparte ni comulga con las decisiones del banco del país e interviene cuando le place cesando a sus diversos gobernantes hasta encontrar uno que le siga el juego.
Evolución lira turca
La lira turca, que había perdido el 55% de su valor desde el año 2018, se vio claramente afectada en sentido negativo y no tiene mucha pinta de que el panorama que se avecina vaya a variar demasiado todo, porque claro, el hecho de que ahora surjan expectativas de bajadas de tipos de interés con el nuevo gobernador supone un varapalo para la moneda turca. Decir que si la lira cae, sube el usd/try (dólar/lira), y viceversa, de ahí que en el gráfico se pueda observar la fuerte subida en la sesión de ayer y hoy está más tranquila.
¿Y por qué todo este tema de Turquía lastró antes de ayer al BBVA? Pues porque Turquía es su tercer mercado, tras México y España -los tres países suponen el 75% de su beneficio-: de hecho logró un 15% del beneficio de 2020 en Turquía el país. ¿Cómo es que BBVA tiene esa exposición en Turquía? Porque en 2011 compró el 24,8% del banco turco Garanti -el segundo mayor banco privado turco y el quinto banco del país si se incluyen también los públicos)-y en 2015 adquirió otro 14,89%, teniendo en 2017 el 49,85% del banco y claro, debido a la caída en bolsa del banco turco, BBVA ha perdido 3.000 millones de euros. Así las cosas, para acallar rumores, el propio BBVA ha comentado que no tiene pensado abandonar Turquía.
Evolución BBVA
¿Cambiará la tendencia alcista de BBVA? Básicamente la inestabilidad será en el corto plazo, ya que un desplome de la divisa turca del 10% frente a la divisa comunitaria sólo tiene una incidencia de 2 puntos en el capital, además de que el banco español está realizando cobertura en el mercado de divisas para proteger su capital. Así pues, al margen de episodios puntuales de elevada volatilidad, se puede seguir dentro.
Ismael De la Cruz es analista senior de Investing.com