VALÈNCIA. El PIB español podría haberse contraído un 11% (previsión anterior 11,5%) en 2020 y crecer un 5,5% (previsión anterior un 6%) en 2021 y un 7% en 2022, según indica el último informe ‘Situación España’ de BBVA Research, presentado este jueves por Jorge Sicilia, director de BBVA Research y economista jefe de BBVA; Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico; y Miguel Cardoso, economista jefe para España.
El efecto de las restricciones adoptadas para evitar una mayor propagación de la covid-19 y el agotamiento de algunas de las políticas públicas de demanda presionan a la baja a la actividad. Así, cabe suponer que la recuperación al inicio del 2021 está siendo más lenta de lo previamente esperado aunque, en todo caso, podría vislumbrarse un punto de inflexión y que se acelerase el ritmo de crecimiento en la segunda mitad del ejercicio económico.
En el tercer trimestre del año pasado, el avance de la economía española fue algo mejor de lo esperado pero, tal y como se preveía, la desaceleración en el cuarto trimestre de 2020 habría sido intensa. Sin embargo, “el incremento de los contagios durante los últimos meses no logra, por el momento, contrarrestar la mejora de la confianza y la buena evolución de los mercados financieros relacionada con el inicio del proceso de vacunación”. señalan los economistas de BBVA. Hacia delante, se podría acelerar el ritmo de crecimiento, sobre todo en la segunda mitad de 2021, “gracias al impacto positivo que pueda tener en la actividad el avance en el proceso de vacunación, la implementación de nuevas medidas de impulso fiscal y monetario, y la elevada capacidad de producción que hay sin utilizar”.
Según las estimaciones presentadas este jueves, la revisión al alza del PIB de 2020, del -11,5% al -11,0%, se explica por el mejor comportamiento de la economía durante el tercer trimestre. Casi todos los componentes de la demanda avanzaron más de lo esperado: aumentó el consumo privado un 20,3%, casi 4 puntos porcentuales (pp) más de lo previsto (BBVA Research:16,6%), y la inversión creció un 21,7% (BBVA Research: 6,4%). Además, destacó el fuerte repunte de las exportaciones de bienes, por la demanda en la eurozona y de Reino Unido, y el buen momento que viven los sectores agroalimentario y sanitario, y la recuperación del sector automotriz. “Esta evolución se explica por el impulso de medidas que han logrado hacer que el crédito fluya hacia las empresas y al incremento del gasto público, en particular en sanidad”, señalan los economistas del servicio de estudios.
El informe también concluye que la actividad apenas habría variado en el cuarto trimestre de 2020. Los indicadores de gasto de los hogares sugieren que el consumo privado podría, incluso, haber experimentado una leve caída durante la parte final del año. Por el contrario, el consumo público habría seguido avanzando, en línea con la función de amortiguador de la recesión que debe jugar la política fiscal. En cuanto a la inversión, el fuerte repunte del tercer trimestre podría haber dado paso a una corrección a la baja en el cuarto. Los datos disponibles hasta la fecha de cierre de esta publicación muestran cierta fortaleza de las exportaciones de bienes que compensa el fuerte incremento de las importaciones. Por este motivo, la contribución de la demanda externa al crecimiento habría sido, de nuevo, marginalmente positiva.
BBVA Research revisa a la baja el crecimiento promedio del PIB en 2021 desde el 6,0% hasta el 5,5%, por el empeoramiento de la actividad en el conjunto de la eurozona durante el final de 2020, algo que podría extenderse hacia la primera parte de este año. “Este es el resultado del deterioro de los indicadores sanitarios y de la puesta en marcha de medidas de distanciamiento social y de restricciones a la apertura de algunos establecimientos”, explican los economistas. Aunque España tiene una mayor exposición hacia el tipo de servicios más afectados, la movilidad no ha variado de forma tan negativa como en otros países cercanos. Aún así, será difícil que las exportaciones no sufran un deterioro en este entorno de mayor incertidumbre, sesgando a la baja las previsiones para el siguiente año. Asimismo, los datos de gasto con tarjeta de crédito de BBVA y en Terminales de Punto de Venta (TPV) de BBVA también muestran una desaceleración en la última parte del pasado año.
Otro factor que se refleja en el informe es el agotamiento de las políticas públicas sobre la demanda interna. La demanda de crédito se ha resentido por el deterioro en las expectativas del entorno económico y por el fuerte incremento de la financiación durante el segundo trimestre del año. Esto ha compensado el elevado nivel de liquidez que presentan los bancos y el hecho de que persisten abiertas líneas de crédito, con garantías públicas, sin usar. De hecho, las nuevas operaciones de crédito a empresas disminuyen desde el mes de julio. También lo hace la nueva financiación al consumo, como la asociada a la compra de automóviles, que se enfrenta a una incertidumbre económica, tecnológica y regulatoria elevada. Aún así, se aprecia una evolución positiva del flujo de crédito hipotecario, que durante los meses de agosto a noviembre ha registrado niveles de nuevas operaciones que no se habían visto desde 2010.
La aceleración de la actividad económica a partir de la segunda mitad de este año podría hacer crecer el PIB un 7% en 2022. “Una campaña de vacunación efectiva, rápida y masiva impulsaría la actividad cuando menos por dos vías. La primera sería la reducción de la incertidumbre sanitaria. La segunda, la flexibilización de las restricciones a la movilidad de trabajadores y hogares, y la apertura de comercios en el sector servicios”, advierten desde BBVA Research. Ambos factores serían claves para mejorar las perspectivas sobre el ingreso y la riqueza, y permitir que se realice el gasto que se ha visto bloqueado por miedo al contagio o por restricciones de oferta, lo que reduciría una parte importante del ahorro que se ha acumulado durante el período de crisis. Asimismo, los fondos asociados al programa Next Generation EU (NGEU) tendrán un efecto creciente en el tiempo, particularmente en la inversión. Las estimaciones acerca del impacto de estos fondos sobre la economía siguen apuntando a un efecto significativo durante este año y los dos próximos: 1,5 puntos porcentuales del PIB en promedio por año. El informe indica también que “existe incertidumbre sobre la rapidez con la que se ejecutarán los proyectos y cuáles serán sus consecuencias sobre la capacidad de crecimiento del país”. Es necesario detallar lo antes posible las inversiones que se llevarán a cabo y establecer mecanismos de gobernanza propios, más allá de los europeos, que rindan cuentas sobre los efectos que puedan tener estos recursos en el bienestar, la desigualdad y la sostenibilidad medioambiental.
Los ajustes en la política monetaria del BCE, junto con los cambios en las condiciones de los créditos ICO, suponen un nuevo impulso a la financiación y a la liquidez tanto para el sector público como para el privado. Asimismo, el Gobierno de España ha agrupado las dos líneas ICO existentes (liquidez e inversión), ha extendido la fecha límite para la firma y ha permitido que aumente el plazo de pago de la financiación, mientras que el período de carencia en el pago del principal puede ser incrementado en doce meses más. “Es muy probable que durante los próximos meses se observe un incremento en la oferta de crédito (respecto al escenario en el que no se hubieran tomado estas decisiones), conforme los bancos traten de cumplir con la condicionalidad del BCE y las empresas aprovechen las nuevas condiciones de los créditos ICO”, señala el informe.
Por último, el servicio de estudios de BBVA destaca que el principal riesgo sobre el escenario sigue siendo el sanitario. Sin embargo, advierte de que riesgos vinculados a la solvencia de algunas empresas y la falta de consensos alrededor de reformas pueden ir ganando importancia durante los próximos meses. “Existe incertidumbre sobre cuándo se alcanzará el nivel de inmunidad de rebaño y si durará en el tiempo”, aseguran los economistas. Además, hay que añadir la posibilidad de que distintas regiones de Europa y España vayan avanzando a velocidades diferentes en el proceso de inmunización, lo que llevaría a una recuperación desigual. Por otro lado, el Gobierno deberá presentar en los próximos meses una agenda de reformas a la que tendrá que dar el visto bueno la Comisión Europea. “España se juega mucho”.