VALÈNCIA. El principal punto de discordia del arreglo escolar de este año en la Comunitat (o lo que es igual, la disposición de aulas que la Generalitat autoriza para los centros) son las unidades concertadas de Bachillerato. De poco han servido estos meses de negociación: finalmente sucumbirán el 14% de clases de primer curso. Así, de las 437 unidades actuales, solamente se mantendrán 406, lo que representa un recorte de 31 aulas.
No sorprende, pero tampoco agrada, a un sector que confiaba en las últimas negociaciones mantenidas como resorte para aflojar la postura del Consell . Es por ello que los centros afectados se unirán a la protesta ya anunciada por a Mesa por la Educación en Libertad, que finalmente tendrá lugar este próximo sábado, 6 de mayo. La manifestación saldrá a las 18 horas, desde la Plaza de San Agustín y en dirección a la Porta de la Mar.
Paralelamente, quince centros de educación concertada de Valencia y Castellón han creado una plataforma "para actuar contra la política de Marzà" en relación a los Bachilleratos. El grupo está integrado por centros afectados y exige a la Administración la tramitación del proceso de las alegaciones por vía de urgencia, de modo que quede resuelto antes del 10 de mayo. Su nombre es Libertaddeenseñanza27.1, en referencia al artículo de la Constitución relativo a la libertad de enseñanza que, según consideran, "está siendo vulnerando".
La desestimación de la solicitud de dichos centros, explican desde Conselleria, se debe a "algunos de los criterios establecidos en el decreto del Gobierno valenciano y se aplica cuando hay más peticiones que necesidades educativas reales en un municipio o un distrito de grandes ciudades". Para el presidente de la Federación Católica de Asociaciones de Padres de Valencia (Fcapa), Vicente Morro, la decisión tiene base "ideológica" y no es "una cuestión de números". Es por ello que rechazan frontalmente el resultado del decreto.
El conseller Vicent Marzà ya ha manifestado en diversas ocasiones su apuesta por el sistema público. El mensaje que ha salido desde su departamento siempre ha sido el mismo: "Concertaremos allá donde no llegue la pública". Desde que arrancara el curso, se han producido diferentes reuniones entre los miembros de la Generalitat y el sector de la escuela concertada para abordar la renovación de conciertos de Bachillerato que correspondía este año (se realiza cada cuatro). Entonces se planteó un nuevo decreto.
Así fue como se gestó el borrador que supuso una puesta a cero de la situación. Antes de finalizar 2016, la Generalitat presentó a los sindicatos una propuesta de texto para abordar la implantación de la reforma educativa en los centros concertados valencianos. De ella se desprendía que no habría más renovación automática de conciertos, como venía sucediendo tradicionalmente, sino que a partir de ahora la situación se valorará caso a caso. Esto es, un baremo atendiendo a cuestiones como la antigüedad histórica.
En un primer momento, la presidenta de Escuelas Católicas, Vicenta Rodríguez, se mostró esperanzada on esta suerte de negociación. "Vamos a confiar en la buena voluntad y la predisposición al diálogo", llegaba a declarar en su entrevista con Valencia Plaza. No obstante, reconoce que en este tiempo no ha podido sentarse con el conseller para conocer la cifra de conciertos que se perdían, algo que finalmente se supo hace dos semanas. "Si usted me pregunta, no tengo que salir a gritar por las calles", decía. Finalmente sí saldrán.
Por su parte, el presidente de la Federación de centros de enseñanza de Valencia (Feceval), José Manuel Boquet, consideraba que el planteamiento del Consell con el decreto de conciertos ha sido "muy serio para aplicar los criterios de su decreto y con suavidad, por lo que, desde ese punto de vista, no hay nada que objetar". No obstante, apuntaba las discrepancias que mantiene esta entidad con el contenido de esa norma, como que no se tenga en cuenta la demanda social.
El saldo de aulas no ha sido tan cruento en otras etapas educativas. Los centros educativos de Infantil y Primaria dispondrán de 25 unidades más el próximo curso. De hecho, la provincia de Valencia arroja un saldo positivo de 12. También se ve beneficiada la Formación Profesional, que gana cinco, al pasar de 629 a 634 unidades.
El próximo curso, las ratio de las aulas experimentales de Infantil de 2 años continuarán teniendo un máximo de 18 alumnos; las de 3 y de 4 años serán de 25 alumnos; las de 1º y 2º de ESO de 30 alumnos y las de 1º y 2º de Bachillerato de 35 alumnos. Por su parte, la plantilla docente aumentará el curso 2017-2018, hasta sumar 1.000 profesores más.