VALÈNCIA. Si bien el comienzo de año fue muy prometedor para los activos de renta variable, el cierre del primer trimestre de 2018 ha sido bastante decepcionante. En marzo, como ya ocurriera en febrero, los 'números rojos' han sido la tónica dominante y muy pocos mercados se han salvado de la quema (tras perder un 2,25% en marzo, el EuroStoxx 50 lleva una caída acumulada del 4,07% en el año. El Ibex 35 cerró el mes con una caída del 2,44%, lo que ha llevado a la rentabilidad acumulada en 2018 hasta el -4,42%).
Ese mal comportamiento de los mercados se ha reflejado en los distintos fondos de inversión. Dentro de este mercado, solo la categoría que engloba los fondos de renta variable del sector servicios públicos y las de renta fija pública y renta fija diversificada de la zona euro, terminan el mes con ganancias del 2,4%, el 1% y el 0,3%, respectivamente, según los datos publicados por Morningstar.
Entre las categorías de fondos que más pierden se encuentran las de renta variable emergentes. Los fondos que invierten en Turquía registraron de media una caída del 8,3%. La renta variable rusa también sufrió un recorte del 5,1% en euros. La categoría formada por los fondos de acciones brasileñas también se ha dejado en marzo un 5,2%, aunque esta sigue siendo una de las categorías más rentables en lo que llevamos de año, con una ganancia del 4,5% en euros.
En esta ocasión, las correcciones vividas por los mercados de renta variable no han estado propiciadas por el endurecimiento de la política monetaria de la FED (a diferencia de lo ocurrido en febrero, el tipo de interés del bono a 10 años americano ha evolucionado a la baja alejándose del nivel del 3%, el cual, de superarse, supondría un riesgo para la evolución de esa economía) aunque los detonantes sí han llegado desde esa orilla del Atlántico.
Entre otros factores están la aprobación de aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio por parte del Gobierno de Donald Trump y su posible deriva en una guerra comercial, principalmente contra China, pero con consecuencias a nivel global; la filtración de datos de los usuarios de Facebook; y, por último, las críticas realizadas por Donald Trump sobre el negocio de Amazon y su amenaza de cambio de las leyes por considerar que la empresas de comercio online lleva a cabo prácticas de competencia desleal y, además, está evadiendo impuestos.
Ahora bien, a pesar de estos nuevos desestabilizadores de los mercados y del incremento que estamos viendo en la volatilidad, seguimos pensando que existen factores que apoyan la tendencia alcista en renta variable durante lo que resta de año: las economías crecen, de forma más moderada, pero aún de forma sincronizada; los tipos de interés se mantienen en niveles históricamente bajos; la inflación, en especial en Estados Unidos, está repuntando, pero se mantiene controlada y los resultados empresariales siguen siendo buenos.
Por todo ello, nuestra recomendación es que los inversores sigan vigilando los diferentes focos de tensión, pero por ahora (y a pesar de que la vuelta a un entorno de mayor volatilidad -o riesgo - se ha producido de forma más rápida de lo que habíamos esperado), continúen confiando en los mercados de bolsa a la hora de diversificar sus ahorros.
Sí aconsejamos aumentar la cautela en el corto plazo, sobre todo en los perfiles de riesgo más conservadores (en el caso de aquellos inversores que lo hayan pasado muy mal con las caídas producidas en sus inversiones en los dos últimos meses, sí recomendamos que en momentos de rebote, reduzcan las posiciones en activos de mayor riesgo).
Respecto a nuestras carteras, y teniendo en cuenta que nuestro escenario central es el de un mercado de renta variable algo más volátil, pero alcista, mantenemos la estrategia marcada en el inicio del ejercicio así como los fondos seleccionados, pese a que la gran mayoría ha entrado en terreno negativo en marzo.
De todos los fondos elegidos, destacar que el único que ha subido durante el último mes ha sido Gesconsult León Valores Mixto. Este producto se ha revalorizado un 0,25% en el mes y su rentabilidad en el año (cierre a 30 de marzo) si sitúa en torno al 3%. Este fondo invierte en renta fija y renta variable de la zona euro de forma totalmente flexible (puede invertir entre el 30% y el 70% en bolsa), con el objetivo de adaptarse a las mejores condiciones del mercado. Aunque se gestiona sin restricciones, toma como referencia la rentabilidad del índice 50% Índice General de la Bolsa Madrid (IGBM) y 50% Índice AFI Letras del Tesoro a un año.
El fondo ha cerrado el primer trimestre de 2018 con una exposición neta en renta variable del 70%. El equipo ha aprovechado los recientes episodios de volatilidad para incrementar la posición en compañías que han caído en cotización manteniendo inalterados sus fundamentales y sus perspectivas de crecimiento. Los cuatro motores de la cartera de renta variable siguen siendo: el sector bancario, papel, metal-mecánica e inmobiliario-construcción.
Por lo que se refiere a la renta fija, siguen fuera de la deuda soberana (con la excepción de la portuguesa) y de los plazos más largos, concentrándose en la deuda corporativa que en estos momentos pesa alrededor de un 16%. Apuesta por compañías estables y conocidas, sin incrementar duraciones y de alta calidad crediticia (calidad media en cartera: 'BBB+'); flotantes, coberturas sobre tipos a largo, descenso de la deuda subordinada y el 'high yield', positivos en el sector financiero y gestión de la liquidez (14%) como un activo más.
Departamento de Análisis de PROFIM, Grupo Arquia Banca