VALÈNCIA. A tan solo dos meses para que se celebre el XII Congreso de CCOO-PV, en el que se elegirá al próximo secretario general, Ana García es, hasta el momento, la única candidata a liderar el sindicato. El actual líder de la organización, Juan Cruz, asumió el cargo tras la dimisión de Arturo León por su polémica vacunación, pero desde el primer momento lo hizo de forma transitoria hasta la celebración del Congreso.
De hecho, fue el propio Cruz quien aseguró que la candidatura de García aúna "consenso y unidad". El objetivo es acudir a la cita, que se celebrará los primeros días de julio, con un único aspirante que integre y represente a las diferentes sensibilidades dentro de la organización para evitar el choque del congreso de hace cuatro años. Y García asume el reto ilusionada.
"Mi impulso y motivación es la que siempre seguimos en nuestra organización y es seguir con la lucha y con la defensa de las condiciones de trabajo de la clase trabajadora, tanto en la empresa como en la sociedad", asegura García, que en estos momentos es secretaria de Formación y Empleo de CCOO-PV.
-¿Qué le llevó a dar el paso a la primera línea?
-En el momento en el que hicimos un Consejo en el que elegimos a nuestro actual secretario general tras la dimisión del anterior, hicimos un proceso interno con una consulta a todas las organizaciones, tanto federales como territoriales, y se recogió el sentir de todas ellas. Ahí se vio la posibilidad de que yo pudiera asumir ese reto sindical que supone estar en la Secretaría General de Comisiones Obreras del País Valencià. Se plantea el reto y yo lo asumo con mucho ánimo, con mucha alegría y con muchas ganas de trabajar para la clase trabajadora.
-¿Le animan entonces a dar ese paso o lo toma por decisión propia?
-Se plantea la posibilidad y yo sí que digo que asumo el reto. Por lo tanto, es algo mixto. Mi impulso y motivación es la que siempre seguimos en nuestra organización, que es seguir con la lucha y con la defensa de las condiciones de trabajo de la clase trabajadora, tanto en la empresa como en la sociedad. Y es algo que siempre me ha motivado desde que formo parte de Comisiones Obreras. El mayor impulso es poder conseguir todas las mejores condiciones posibles para los trabajadores y las trabajadoras, porque al final queremos una sociedad más justa.
Y también en la parte interna del sindicato, me ilusiona poder trabajar con todas las organizaciones. Creo que el reto es ilusionante. Y esa motivación es la que me lleva a decir que creo que puedo dirigir esta organización.
-El actual secretario general, Juan Cruz, aseguró que existe consenso en torno a su candidatura. ¿Se han unido las diferentes sensibilidades para evitar el choque del anterior congreso?
-Sí. En ese proceso interno que hacemos, una vez que es elegido nuestro secretario general, Juan Cruz, lo que se hace es esa consulta con todas y cada una de las organizaciones. Es cierto que venimos de un congreso en el que tuvimos dos candidaturas, aunque después hicimos un proceso de integración. Por lo tanto, en nuestra Comisión Ejecutiva estábamos integradas las dos listas. Lo que se ha hecho ahora es intentar unificar y unir en torno a una candidatura a todas las organizaciones. Y, en ese proceso, se ha alcanzado un alto grado de consenso en la persona que puede ser la candidata, que en este caso soy yo .
-¿No habrá entonces una candidatura alternativa? ¿Teme que ese consenso alcanzado en torno a su figura se rompa?
-De momento, lo que hemos hecho en el Consejo Confederal es comunicar que tras esas reuniones la persona candidata soy yo. Pero, evidentemente, nuestro sindicato es una organización democrática y cualquier persona, cualquier afiliado o afiliada que cumpla las normas que establecen nuestros estatutos puede presentarse. La idea es que si ha habido ese alto grado de consenso, trabajemos de cara al próximo congreso para alcanzar ese equipo.
"La dimisión de arturo León fue personal y totalmente respetable"
-¿Cree que la dimisión de Arturo León fue la mejor decisión?
-Las decisiones personales son totalmente respetables. Por lo tanto, no soy yo quien tiene que valorar si fue la mejor decisión o no. Fue una decisión de nuestro compañero y fue totalmente respetable.
-Tras la tormenta por la polémica vacunación y la posterior salida del anterior secretario general, ¿cómo se encuentra el sindicato?
-En el sindicato tenemos la capacidad de poder avanzar y superar cualquier problema de cualquier crisis que tengamos. Después de lo que ha ocurrido, enseguida hemos cerrado todo el mundo filas y lo que estamos haciendo es trabajar para el futuro, tanto en las organizaciones federales y territoriales, y estar lo más fuertes y unidos posibles de cara al congreso.
-En caso de que se mantenga como única candidata, como así parece ser, será la primera mujer en liderar la Confederación. ¿Se van poco a poco rompiendo techos de cristal?
-Sería la primera mujer en Comisiones Obreras del País Valencià. Pero a mí sí que me gusta recordar que en nuestra organización tenemos varias mujeres que son secretarias generales desde hace ya algunos años, tanto en territorios como en federaciones. Y también tenemos organizaciones territoriales lideradas por mujeres. En nuestro caso, ese avance, ese cambio y esos techos de cristal se han ido rompiendo poco a poco.
-¿Cuál será su hoja de ruta?
-La hoja de ruta nos va a venir marcada en primer lugar por nuestro congreso, porque nosotros tenemos un proyecto político y sindical que los marcan los documentos congresuales. Pero algunas de las cuestiones que estamos debatiendo son un trabajo decente, empleo estable y queremos que no haya más precariedad ni economía sumergida, especialmente en nuestra comunidad autónoma. Vamos a seguir luchando por una igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres y también por la cualificación de la clase trabajadora, porque es importante romper la brecha digital que a día de hoy tenemos.
También abordaremos todo lo que tenga que ver con la protección por desempleo, la protección en materia de pensiones o la salud laboral. Apostamos por fortalecer los servicios públicos y apostaremos por un cambio de modelo productivo. Por tanto, la hoja de ruta será el resultado de ese debate que estamos abordando en la organización.
-A nivel general, ¿aprueba la gestión del Gobierno con la pandemia?
-Nos ha cogido a todos que no sabíamos la magnitud que iba a tomar. Determinadas decisiones, tanto a nivel autonómico como estatal, de deslocalización de empresas, ha provocado que estuviéramos al inicio de la pandemia sin los recursos necesarios para nuestro personal sanitario y para las personas que han estado enfermas. Creemos que la gestión la han hecho con la mejor voluntad posible, que habrán cometido errores, como se puede cometer en cualquier dirección de gobierno, pero entendemos que se han estado tomando medidas para la protección primero de las personas y, por supuesto, para la protección también de la economía y del empleo. Creemos que el diálogo social en plena pandemia ha funcionado bastante bien para poder, por ejemplo, tener ese escudo social.
"El diálogo social ha funcionado con el Gobierno valenciano y hemos conseguido importantes acuerdos"
-¿Y la de la Generalitat Valenciana?
-Con el diálogo social, en plena pandemia, hemos conseguido poner en marcha ayudas para los autónomos y también para los trabajadores que entraban en ERTE. Hemos sido pioneros y el diálogo social ha funcionado con el Gobierno valenciano. También hemos conseguido otro tipo de acuerdos, con la idea de que haya una recuperación económica y social en nuestra comunidad. Por ejemplo, el plan Alcem-nos o el Resistir. En todos estos acuerdos hemos estado negociando con el Gobierno valenciano, que tiene una sensibilidad para el diálogo social.
-Varios sectores han estallado porque se han sentido olvidados en el reparto de ayudas. ¿Entiende sus protestas? ¿Qué más se puede hacer para que no se quede nadie atrás?
-Tenemos que seguir con las ayudas. Por un lado, las que pueda establecer la Generalitat y, por otro, las que se determinen a nivel estatal. Y, por supuesto, también se tendrán en cuenta todos los proyectos que puedan venir de los fondos europeos. Aquí no podemos entrar en la falsa dicotomía de la salud o la economía. Se ha tenido que tomar medidas sanitarias para que no haya tantas víctimas. Y es cierto que en ese tipo de medidas, el comercio, la hostelería, el ocio nocturno o las instalaciones deportivas, son de las que más han sufrido. Puede que no hayan sido suficientes. Somos conscientes de que el escudo social no siempre llega a todo el mundo y por eso siempre intentamos dialogar para poder poner medidas encima de la mesa y mejorar.
Pero también es verdad que en el caso del Plan Resistir hay una parte de colaboración con las entidades locales y sabemos que muchas de ellas todavía no han sacado ni siquiera las bases. Y ese esfuerzo lo tienen que hacer, porque si no, habrá desigualdades territoriales y algunos municipios tendrán ayudas y otros no. El dinero es finito, pero mientras la pandemia no mejore no se puede abrir ni consumir y solo queda el apoyo público para que no se destruya el tejido productivo.
-La infrafinanciación es un problema endémico en la Comunitat Valenciana, pero en los últimos años la reivindicación se ha diluido. El Gobierno aplaza la reforma hasta 2022. ¿No tiene la sensación de que tiran balones fuera?
-Creemos que pueden tener muchas presiones. En este momento la prioridad es que la pandemia se pueda controlar, que no haya tantos fallecimientos ni tantas personas enfermas y a veces puede quedarse de lado este tema que también es importante. Nuestra comunidad autónoma es una de las menos financiadas y eso también nos repercute en todo lo que tiene que ver con con sanidad, educación y servicios públicos. Desde CCOO-PV no vamos a parar, en este caso conjuntamente con la plataforma constituida a este efecto, con la exigencia de que ese compromiso político sobre esa modificación realmente se realice. Entendemos que pueden tener presiones desde el Gobierno central, incluso desde otras comunidades, pero no creemos que esto tenga que ser una guerra de comunidades ni nada parecido, sino que tiene que haber un modelo justo para todo el Estado.
-¿Pero entiende que se siga aplazando? Porque ya se han incumplido varios compromisos...
-No, no lo entendemos. Entendemos que en este momento igual estén poniendo otras prioridades encima de la mesa, pero se puede llevar todo en paralelo y se puede avanzar e ir estudiando.
-¿Hay pensada alguna reacción por parte de la Plataforma per un Finançament Just?
-La idea es poder continuar con esta reivindicación y que se pueda poner sin más demoras en la agenda política del Gobierno central. No vemos justificado que se siga demorando, independientemente de que haya otras prioridades para el gobierno central.
-Lleva cuatro años al frente de la Secretaría de Formación y Empleo. La temporalidad y la fragilidad en el empleo se han evidenciado más si cabe con esta crisis. ¿Qué cambios ve necesarios para fortalecer el mercado laboral?
-Hay varias medidas con respecto a la contratación que tienen que ser de carácter estatal y ya se están abordando en las mesas del diálogo social. Pero es verdad que aquí tiene que haber un cambio de cultura empresarial. Tenemos ya en nuestra normativa laboral que el contrato ordinario tiene que ser el indefinido, pero vemos que cada mes, cuando analizamos todos los datos de contratación, aproximadamente siempre en torno al 90 por ciento son temporales. Eso supone una indefensión también de los trabajadores, que no pueden desarrollar sus proyectos de vida, que no pueden cubrir sus necesidades más básicas pese a que tengan un contrato de trabajo.
Por tanto, por un lado, tiene que haber reformas estatales y un cambio de cultura empresarial y, por otro, políticas activas de empleo para fomentar que la contratación sea indefinida, ayudando con subvenciones. Además, también es necesario reforzar la Inspección de Trabajo con más personal y recursos, porque tiene un papel capital para analizar qué está ocurriendo.
-¿Los ERTE han sido un buen instrumento para mantener el empleo?
-Sí. Desde Comisiones Obreras creemos que tanto la protección de los ERTE como la protección por desempleo han sido un escudo, fruto del diálogo social, del que estamos muy orgullosos. Por lo tanto, creemos que ha sido un escudo social para que miles de trabajadores en nuestra comunidad y millones a nivel estatal no estuvieran en desempleo. Creemos que hay que seguir con la protección mientras estemos en esta situación.
-En importantes sectores como el retail o el bancario ya se negocian duros ERE que afectarán a miles de trabajadores. ¿Qué medidas se pueden tomar para que sectores en pleno proceso de transformación no destruyan empleo?
-A día de hoy, nos preocupan esos anuncios. Nos parecen excesivos y totalmente abusivos, cuando desde la ciudadanía hemos hecho esfuerzos para rescatar a la banca y una vez rescatada, ahora están hablando de miles y miles de trabajadores en toda España que podrían perder su empleo. Entendemos que en el diálogo social tendremos que buscar alternativas para evitar esta destrucción.
Además, muchas compañías que están realizando esos cambios profundos tendrán que aportar, porque tienen miles de millones de beneficios todos los años. No se justifica que planteen unos ERE con miles de despidos. Lo que no puede ser es que siempre estemos aportando los trabajadores. Las empresas tienen que comprometerse también a buscar opciones como planes de acompañamiento social si al final tiene que haber salidas de trabajadores. Y, en el caso de que haya una transformación productiva dentro de la empresa, tiene que ir acompañada de una formación para los trabajadores para intentar recolocarlos.
"En las dos últimas ocasiones que se incrementó el SMI hubo quienes advertían sobre la catástrofe del mundo y no fue así"
-¿Se hará realidad este año la reforma laboral?
-Es el momento necesario. Llevamos desde el 2012 y ha causado un gran perjuicio no sólo a los trabajadores, sino a la sociedad. Por lo tanto, la reforma laboral ha tenido elementos extremadamente lesivos con una devaluación salarial y de las condiciones de trabajo. No nos damos cuenta que rebajar los sueldos repercute en la economía porque si no hay dinero para consumir no se genera empleo. También se está utilizando la reforma laboral para desechar trabajadores. Es importantísimo que la reforma laboral se derogue y, como de momento el tema ha estado bastante paralizado, hemos empezado a realizar las movilizaciones en torno al día 11 de cada mes. Apostamos siempre por el diálogo social con las administraciones, pero si no se avanza tenemos que movilizarnos.
-¿Cree que es el momento de subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI)?
-Es el momento adecuado. En las dos últimas ocasiones que hubo incrementos del SMI hubo voces que decían que venía la catástrofe del mundo y que se iba a romper todo y a hundir la economía y no fue así. Ni se hundió la economía, ni desaparecieron puestos de trabajo, ni hubo despidos. Hemos visto en plena pandemia cómo muchas trabajadoras del sector de la limpieza de edificios o de hospitales con salarios muy bajitos han sido esenciales. No puede ser que salgamos a las ventanas en pleno confinamiento a aplaudirles y no tengan salarios para vivir dignamente. Por tanto, creemos que es el momento porque, además, el SMI de España es uno de los más bajos de la Unión Europea. Y el Gobierno tiene que hacer el esfuerzo de ponerse de acuerdo.
-¿Cómo ve la propuesta del Gobierno de pagar hasta 12.060 euros a quienes demoren su jubilación?
-Desde CCOO-PV ya hemos dicho que no estamos de acuerdo con esta propuesta. La media de jubilación no es tan baja y lo que tiene que haber es un diálogo social que aborde la reforma que pueda garantizar pensiones dignas. También intervienen factores como la recaudación. En España tenemos los tipos impositivos más bajos. Es todo un círculo y tenemos muchas cosas que hacer: si la fiscalidad es la correcta, si se recauda en función de lo que se ingresa, todo eso nos puede ayudar a sujetar el estado de bienestar, donde también están incluidas las pensiones. Además, reclamamos que esta cuestión se trate no en los medios de comunicación, sino en las mesas de diálogo social.