VALÈNCIA. Ana Escrivá (1989, València) empezó a tomar clases de danza clásica cuando tenía ocho años. Una práctica que todavía sigue desarrollando a día de hoy, habiendo hecho de este hobby su profesión. Sin embargo, sus inquietudes como artista no le permitían quedarse solo con la técnica más pura, su condición pasaba por encarnar diferentes estilos de baile por tal de alcanzar los estrados de los grandes -y pequeños- musicales. Una aspiración, que la bailarina puede dar por más que lograda, y es que desde que interpretó con 21 años el musical de Los 40 Principales en Barcelona, no ha dejado de preparar otros cuantos papeles. En efecto, en la misma capital catalana también ha formado parte del cartel de Cop de Rock. Pero su plenitud absoluta en el género se alzó en Madrid, donde se ha adentrado de lleno en la profesión con obras como Marta tiene un marcapasos, Cabaret, The Hole Zero, El Guardaespaldas o un tributo a Elvis.
Por lo que hace al presente más remoto, la valenciana tiene entre manos a uno de los grandes, al musical más galardonado de la historia, West Side Story, donde interpretará a Graziella, del bando de los Jets. Junto a ella, otros cincuenta artistas -entre cantantes, actores, bailarines y músicos- que ensayarán durante 480 horas -repartidas en diez semanas- para preparar la adaptación española de la obra, producida por la Som Produce, veterana en la recreaciones internacionales. El musical, que se estrenará el próximo 3 de octubre en el Teatro Calderón de Madrid, también cuenta entre sus filas con Federico Barrios en la dirección y adaptación de coreografía, Gaby Goldman en la dirección musical o David Serrano en la traducción.
Desde su estreno en el Winter Theatre de Broadway en 1957, West Side Story no ha dejado de representarse en teatros de todo el mundo. Sus guiones han servido desde entonces como ejemplo para concebir cómo ha de ser una gran producción teatral. Desde la escenografía, a los guiones o la música, que por su parte logró batir todos los récords permaneciendo durante 54 semanas como número uno en la lista de los álbumes más vendidos de la historia, seguido por Thiller de Michael Jackson. El próximo 25 de agosto, con más de 200 actos en todo el mundo, se celebrará el centenario del nacimiento de Leonard Bernstein, compositor, entre otras, de la banda sonora. Además, por su parte Hollywood prepara un homenaje a través de dos biopics protagonizados por Bradley Cooper y Jake Gyllenhaal, y dirigidas por Cary Fukunaga. Así mismo, tal obra prima no podía renunciar a su traslado a la gran pantalla, la película a la que dio lugar recogió en este caso diez premios Óscars y tres Globos de Oro. Igualmente, el cineasta Steven Spielberg prepara un re-make de la película.
Ana Escrivá ha logrado formar parte de la nueva adaptación de West Side Stroy después de rebasar un cásting con más de 2.000 personas y con hasta seis fases por superar. "Fue muy duro porque lo que quiere este musical va más allá de estar bien en forma, tienes varios estilos de baile y hace falta mucha preparación. Por ejemplo, en la última prueba de resistencia nos hicieron repetir las coreografías una y otra vez para ver quien aguantaba el ritmo y quien no", explica la bailarina.
Así, después de pasar todas las cribas, Escrivá empezó los ensayos el pasado 25 de julio y no fue hasta que se reunió con los productores cuando supo cuál iba a ser su personaje. "Siempre había tenido en la cabeza el bando de los Sharks, me visualizaba con ellos cuando veía la película. Pero estoy contenta con Graziella, tiene un duelo de baile en el GYM Mambo que me encanta. Es cuando más destaca el personaje", revela la bailarina. De todos modos, West Side Story es de esos musicales que eleva al mismo nivel la importancia de la música, el baile o la interpretación: "Por desgracia ocurre que los bailarines nos quedamos en un segundo plano, somos como el acompañamiento de lo que pasa en las escenas. Pero en este caso el peso lo llevan los dos bandas y el baile está vivo todo el rato, es una contante en la trama. Para nosotros es un musical super agradecido con la profesión", manifiesta la valenciana.
Por este mismo motivo, Ana Escrivá ve lejos, al menos de momento, su vuelta a València: "La ciudad está potencia cada vez más la danza pero en mi caso quiero centrarme en los musicales y València no puede hacer producciones que estén en temporada mucho tiempo. Madrid es la cuna de todo esto. No descarto volver a casa, ojalá poder hacerlo de hecho, pero ahora no me lo puedo plantear".