VALÈNCIA. Basta con echar un vistazo al gráfico inferior para entender el por qué Amper (AMP) continúa en modo 'dientes de sierra'. Los bandazos de la tecnológica vienen siendo la tónica habitual en los últimos tiempos, algo propio de un valor que cotiza a un cuarto de euro por aquello de que es un valor en el radar de los especuladores de turno.
"Este tipo de compañías son fáciles de mover con un puñado de euros, pese a que en el caso de Amper ha mejorado mucho con su proceso de desinversiones de negocios no estratégicos y con la compra de otros que sí lo son para ganar músculo. No es la misma compañía que hace un par de años y debería cotizar más alto en bolsa pero el mercado siempre es soberano", apuntaban ayer tras el cierre desde una mesa de contratación consultada por este diario. Y no les falta razón.
Precisamente casi tres cuartos de hora después del cierre de ayer, la compañía presidida por Clemente Fernández anunció por hecho relevante en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la consecución de otro contrato de Navantia valorado en 23 millones de euros. Concretamente lo ha hecho a través de Nervión Industries, su división industrial, destinado al parque eólico offshore 'Moray East', situado en Escocia y que forma parte del Programa Smulders. El contrato supone el encargo de piezas distintas a las realizadas habitualmente por Nervión, con lo que se amplía el radio de acción de la filial industrial, y se realizará en el Astillero de Navantia en Puerto Real (Cádiz).
Con este contrato, la cartera actual pendiente de ejecución de Nervión Industries, cuya compra del 100% la completó Amper a finales del pasado año, asciende a 96,3 millones de euros, es decir, un 57% por encima de los 61,3 millones de euros a diciembre de 2018. Números ascendentes como los que presenta en bolsa este año (+6,07%) para alcanzar una capitalización bursátil de 272,58 millones de euros tomando el cierre de ayer, pese a que en las últimas 20 sesiones se ha dejado en el parqué casi un 10% de su valor.
Hablando de Nervión Industries -al margen de los contratos que viene firmando con Navantia como el de hace casi cuatro meses de cinco plataformas flotantes-, la filial industrial del Grupo Amper se adjudicado a finales de agosto pasado un contrato con la compañía Shanghai Electric Group. Un acuerdo para la construcción de tanques de almacenamiento de sales en una planta de energía solar en Dubai valorado en 13 millones de dólares (al cambio unos 11,8 millones de euros) más impuestos.
A la espera de sus próximos resultados correspondientes a los nueve primeros meses del año -los suele publicar a primeros de noviembre-, AMP ganó un 15% menos hasta junio pero elevando su Ebitda y cifra de negocios como contó Valencia Plaza hace un mes. David López, analista de Lighthouse, analizó hace tres semanas a la cotizada madrileña. Lo hizo destacando "la sorpresa excepcional en el negocio industrial que aportó el 56% del incremento -de los ingresos-, muy por encima de nuestras estimaciones".
El experto de la firma -impulsada por el Instituto Español de Analistas Financieros (IEAF) y apoyada por Bolsas y Mercados Españoles (BME)- señaló que "la continuidad del comportamiento del Ebitda en el segundo trimestre de 2019 llevaría a subir números en esa línea, siendo la 'asignatura pendiente' el Free Cash Flow (FCF) o flujo de caja libre recurrente". Este ratio se mantuvo negativo en los seis primeros meses del presente ejercicio "impactado por un incremento muy significativo de las cuentas a cobrar que empujan las necesidades de working capital o fondo de maniobra hasta los 20,8 millones de euros".