VALENCIA. A Amparo Gil le cuesta hablar en castellano después de toda una jornada pensando en inglés. No en pocas ocasiones se detiene a mitad de palabra. La directora del Caxton College tiene maneras británicas, una mímesis irremediable cuando se cumplen tres décadas al frente de un centro. El colegio privado fue fundado en Valencia por la familia Gil-Marqués en 1987 y su sistema de inmersión lingüística, basado en el currículum inglés, promete resultados altamente efectivos. Tiene una opinión autorizada sobre cómo enseñar idiomas en el aula, y su voz cobra relevancia ahora, cuando el Consell ha aprobado el decreto de plurilingüismo para la escuela pública y concertada.
- ¿A usted qué le parece el texto?
- No soy una experta, este tema afecta a los colegios públicos, así que el nuestro no lo vive. En mi opinión lo más importante es dotar a los profesores de los recursos, pero también de la formación, porque en caso contrario es imposible que salga bien. La gente suele tener miedo a los cambios, así que también conviene hacer una labor previa de concienciación entre los docentes y los padres. Y por último, siempre hablamos de la importancia de la autonomía del centro, entonces no entiendo por qué tanto decreto.
- A partir del curso que viene los profesores valencianos tendrán que acreditar un nivel de B2 de inglés, ¿debe ser la escuela pública tan exigente como la privada?
- Hablar bien una lengua es muy complejo. Un filólogo estudia cuatro años, y a veces no la domina, así que imagínate este mismo nivel exigencia para un maestro o un profesor de cualquier otra especialidad. Los profesores de inglés siempre serán los más competentes para enseñar de manera adecuada. Si les pedimos a todos que hablen bien el inglés, puede que perdamos a buenos maestros con otras cualidades.
- ¿La apuesta decidida del nuevo decreto de plurlingüismo debería haber sido por el inglés sobre el valenciano?
- El inglés es vital a nivel laboral, pero también tenemos que valorar nuestra lengua. No creo que el inglés sea ni más ni menos importante que el castellano o el valenciano. Dicen que en Madrid se aprende mucho inglés, pero yo no he visto los indicadores que lo demuestren. Lo que sí deberíamos estudiar es la manera de enfocar esa enseñanza.
- ¿Y cómo debería enseñarse el inglés en el aula?
- Para aprender las lenguas hay que trabajarlas en grupos pequeños, solo así se fomenta la comunicación. También es importante que haya nativos, porque la fonética no es la misma. Y además es esencial que se empiece a enseñar en edades tempranas, en aulas que estimulen a los niños, ya sea por el entorno, los recursos… Y luego se debería acompasar todo esto de medidas sociales en otros ámbitos, como no traducir las películas en el cine.
- Es decir, apostar por la competencia comunicativa oral.
- En España somos muy dados a pedir una competencia gramatical perfecta, cuando en realidad tendría más sentido apostar por el uso de la lengua. A lo mejor no es necesario llevar las tres lenguas a se nivel. Es decir, ¿por qué un chaval de línea castellana debe conocer en profundidad la literatura valenciana? A lo mejor sería más interesante que se desarrollara la oralidad y la comprensión. Si le interesa, ya se encargará de profundizar.
- ¿El inglés debe ser una herramienta transversal en otras materias?
- Volvemos a lo mismo ¿por qué el profesor de Educación Física debe saber inglés? Que se le den más horas a la asignatura, que se celebre el Día del Libro en inglés, que haya una biblioteca específica… Otra idea interesante es que los profesores nativos ayuden con clases de conversación para mejorar la pronunciación.
- ¿Cuál es el sistema que siguen en el Caxton?
- Nosotros enseñamos inglés por inmersión. La mayoría de alumnos son bilingües desde Infantil, y ya en Primaria empiezan con un tercer idioma, que es francés o alemán. Pueden estudiarlo durante tres o siete años. En nuestro caso las clases de valenciano son opcionales, porque tenemos un gran número de alumnos extranjeros que están aquí de manera temporal. Ahora bien, entendemos que esto no es extrapolable a la pública.
- ¿Los padres deben hablarle en otras lenguas a los niños?
- Depende. Si como padre sabes inglés, puedes leerle un cuento o jugar con él, pero nosotros somos partidarios de emplear la lengua materna para generar una relación de afectividad. En una familia bilingüe es diferente. Que el padre le hable en un idioma y la madre en otro es maravilloso porque tendrá arraigo con ambas.
- El Caxton no es un colegio bilingüe, sino internacional, por lo que aplican el curriculum británico en lugar del español. ¿Qué ventajas le reporta?
- La gran ventaja es estar trabajar el currículum con libertad. Debemos cumplir unos mínimos, unas normas y una inspección, pero tenemos la autonomía de decidir cómo deben llegar a los alumnos hasta 4º de la ESO. Antes de eso podemos diseñar nuestro programa. Dime dónde quieres llegar, que yo decidiré cómo recorrer todo este camino.
- ¿Deberían los centros concertados gozar también de esta autonomía?
- Los centros concertados tienen muy poca autonomía, están muy reglados y sujetos a la misma normativa que los público. Vale que el concierto determina la financiación estatal, pero a lo mejor podrían ser más libres a nivel curricular, ya que fin de cuentas son una opción muy buena para las familias que optan por un ideario propio. Y digo lo mismo para un público.
- ¿Es así el modelo inglés?
- En los colegios ingleses se autogestionan, hasta el punto de que gozan de un presupuesto y deciden en qué gastarlo. Las asociaciones de padres también pueden recabar dinero para proyectos, como ampliar los fondos de la biblioteca. Y en el caso del profesorado, se entra a trabajar mediante una entrevista de trabajo. N eres un funcionario ni pasas la oposición, aunque luego sí te hacen evaluaciones periódicas.
- El sistema inglés es muy estricto en las formas, hasta el punto de que son habituales los centros internados, ¿sería extrapolable a España?
- Un modelo va unido a una tradición y una cultura. No lo puedes copiar tal cual. Al abrir el Caxton nos dimos cuenta de que algunas cosas debíamos adaptarlas. Por ejemplo, la disciplina inglesa y los uniformes impecables no tienen nada que ver con la forma de jugar de los niños españoles, que son más extrovertidos, gritones…
- ¿La homologación de los títulos es instantánea?
- Es automática en todos los cursos, pero en 4º de la ESO se hace un examen del que depende que se termine que aprobar. También en Bachillerato hay unas pruebas muy rigurosas. Nos parece interesante la idea de las evaluaciones externas, que en Inglaterra son constantes, mientras que un chaval español solo vive ese trámite en 2º de Bachiller.
- Esto conecta con la idea de las reválidas de la Lomce.
- Pero allí tienen una connotación negativa menor. Es decir, si un alumno no alcanza la nota para acceder a Bachillerato, puede optar por otras vías. Incluso reengancharse después. Aquí parece que haya un camino único y la reválida no tenga sentido.
- Dadas las tarifas de los centros británicos privados que tenemos en España, ¿es una educación reservada a las clases pudientes?
- El precio te marca, está claro que no todo el mundo puede pagar este tipo de educación, pero tenemos un amplio abanico. Muchas familias de profesionales independientes, profesores, abogados… que le dan valor a la educación de sus hijos y apuestan por una formación en la que seguro van salir con el inglés. El otro perfil es el de las familias extranjeras que vienen de fuera. Las aulas son muy multiculturales.
- ¿Han experimentado una caída de la demanda con motivo de la crisis?
- No, pero porque ha venido mucha gente del extranjero. De Estados Unidos, pero también de Alemania, e incluso de Rusia y China. Nuestro porcentaje ronda un 25% de extranjeros y un 75% de españoles. Hemos gozado de estabilidad financiera y no hemos tocado las tasas.
- ¿Cuáles son los retos a futuro de la institución?
- Nos interesan mucho los proyectos de innovación, hasta el punto de que hemos acometido una reforma de las aulas de educación infantil. También hemos incorporado la robótica y puesto en marcha un espacio multisensorial. A nivel metodológico, nos interesan los sistemas de enseñanza que fomentan la autonomía del niño, no queremos que sea un sujeto pasivo. Así que nuevas tecnologías y nuevos métodos de aprendizaje.