ALICANTE. El cine de bajo presupuesto lleva tiempo dándonos alegrías en Alicante; filmes como la interesante, Criando Ratas (2016) de Carlos Salado o la divertida Operasiones Espesiales (2014) de Paco Soto, que dan buena cuenta del potencial de este tipo de creaciones con poco capital. El último en sumarse ha sido Fernando Alonso y Frías con un thiller llamado Atrevimiento. El filme nos cuenta la historia de un equipo de rodaje que está grabando el remake de un corto, y donde antiguas rencillas entre los miembros del equipo provocan una situación insospechada. Y hasta aquí puedo leer.
Alonso no es nuevo en esto, sus dos últimos cortos Mental Party (2013) y Divorcio express (2014), han funcionado muy bien, y como casi todos los cineastas: el salto a largo es el siguiente paso. Pero, ¿cómo es ese salto? “Tenía ya una cierta experiencia en cortos, alguno de ellos de larga duración, de unos veinte minutos. Me di cuenta de que si sumaba los metrajes de todos ellos, casi daba para un largometraje”, comenta el director. “En cuanto a escritura de guión, no me supuso mayor problema porque sí que tenía experiencia de antes escribiendo guiones de largo, aunque luego no hayan visto la luz, pero el trabajo en papel siempre queda y el bagaje también”.
En el filme no hay intervención de las televisiones, ni de la administración. Todo, absolutamente todo, ha corrido a cargo del director. “Sí que es verdad que no he querido pedir dinero a nadie, ni siquiera a familiares o amigos mediante el típico crowdfunding. Ahora la peli está terminada y estrenada y creo que ha quedado bien, pero el proceso ha sido largo y no siempre las he tenido todas conmigo”, recuerda. “No quería que nadie arriesgase su dinero. Decidí ir poniendo de mis ahorros y la he ido costeando poco a poco”.
De todos modos, son bien sabidas las dificultades por las que pasa un director novel cuando ha de lanzarse del corto al largo. “Al final, se trata de contar una historia, ya sea de diez minutos o de noventa, eso solo es la extensión. Es muy importante tener eso en cuenta, que no escape a tu control. Si no fuera así, afectaría a la perspectiva narrativa, a la producción… todo se vendría abajo, sería el caos”, dice. Su corto Divorcio Express es la premisa de su película, un corto dentro de un largo: metacine. Tiene sentido que los actores originales del corto aparecieran en el largo, así le daba más continuidad a la historia.
Pero si en algo destaca el filme por encima de cualquiera que hayas visto, es en su original y sugestiva promoción: regalar un libro con el guión a todos los espectadores. “Se me ocurrió hace tiempo, y he llegado hasta el final con ella por pura convicción. La idea responde a varias cuestiones. Por un lado, facilitamos el guión porque creemos en él, pensamos que debe ser la base de toda película y no lo decimos solo de boquilla”, comenta Alonso. Es indudable que la idea no pasa desapercibida. “Es cierto que también funciona como herramienta promocional, pero formas de hacer marketing hay muchas”, apunta. Jamás había visto nada así, y por mucho que hice un esfuerzo en buscar alguna situación similar, no la encontré. “Respecto a si hemos sido pioneros… yo te diría que sí, pero no puedo asegurarlo 100%, de estas cosas no se puede hacer patente”, asegura. “Lo importante es tener la idea y luego implementarla. Si hemos dado un paso adelante en ese sentido, pues misión cumplida”.
Como todo filme, Atrevimiento tendrá que entrar en el circuito de salas o en las plataformas digitales, algo básico para poder mostrar el producto. “Ya hemos estrenado oficialmente en salas de cine, aunque a un nivel muy modesto”, reconoce el director. “Vamos a ir presentándonos a ciertos premios, a ver qué tal, y también a seguir haciendo pases en todas las ciudades donde surja la oportunidad. También vamos a mirar qué proyección internacional podría tener la peli; el mercado es muy grande en ese sentido”, añade.
Atrevimiento se ha rodado íntegramente en la provincia de Alicante, siendo Alcoy el lugar elegido. “Se ha rodado en la antigua escuela industrial, también conocida como edificio del viaducto. Todo el rodaje se produjo íntegramente en este insigne edificio, para lo cual fue fundamental tanto el permiso como la colaboración de distintas instituciones del municipio: Ayuntamiento, Film Office de Alcoy, Universidad, Policía local… les estamos muy agradecidos a todos ellos. Se rodó en tan solo ocho días”.
Me interesa sondear un poco cómo está la industria alicantina, en caso de haberla. “No hay una industria propiamente dicha, como puede haber en una gran ciudad como Madrid”. ¿Y eso? “Sufrimos varios problemas endémicos; uno es la falta de apoyo por parte de las instituciones. También hay una falta de cohesión grupal. Se han hecho muchos intentos, yo mismo he participado activamente en algunos de ellos hace años, pero la realidad es que no contamos con una asociación de productores fuerte, por ejemplo, cuando en Valencia hay tres, que yo conozca. Eso nos pone en una situación casi de marginalidad”, se lamenta Alonso. Quizás por lo que explica muy bien el director, la mayoría de producciones son de bajo presupuesto y mucho más riesgo. “Los mejores casos de proyectos alicantinos que conozco son de personas que se han liado la manta a la cabeza y han apostado por su proyecto contra viento y marea. Y normalmente encuentras más apoyos y facilidades fuera que dentro de Alicante”, dice.
Con la libertad que te proporciona ser tu jefe y marcar tú los ritmos de trabajo, es mucho más fácil atisbar cuál será tu próximo trabajo. “Estoy inmerso en mi segundo proyecto de largo, que llevará por título Servidumbre. Tengo el guión terminado, dentro de poco rodaremos un pequeño teaser, y entonces empezaremos a buscar apoyos”, explica el realizador. El director espera que “con una película terminada y estrenada oficialmente en cines bajo el brazo, creo que ya supone un cierto aval como para dar ese paso e intentar recabar todo tipo de apoyos”.