VALÈNCIA. (EFE). El secretario autonómico de Igualdad y Diversidad, Alberto Ibáñez, considera que se debe dejar de pedir "heroicidad" a las víctimas de la violencia machista y, en lugar de presionarlas a ellas para que denuncien, hay que hacerlo con la sociedad.
"Continuamos viviendo en una sociedad que, aun escuchando que en la casa de al lado se están pegando, ponemos la televisión más alta y, probablemente, si viéramos que en el piso de al lado preparan un atentado, iríamos a la Policía y lo denunciaríamos", asegura Ibáñez en una entrevista con EFE.
El Pacto Valenciano contra la Violencia de Género y Machista cumple dos años en septiembre, un documento pionero en España que cuenta con un amplio consenso social al haber contado con la participación de partidos, medios de comunicación, poder judicial, sindicatos, cuerpos policiales, entidades sociales o universidades.
Este pacto a cinco años, que ya ha cumplido el 76 % de sus actividades, se ha centrado en la dotación de recursos para la atención a mujeres víctimas de la violencia machista y sus hijos y, de hecho, es la única autonomía y región de toda Europa que reconoce a una mujer asesinada por machismo igual que una asesinada por terrorismo.
Esta iniciativa también busca un "cambio de mentalidad", aunque Ibáñez reconoce que esto "no se va a hacer en cinco años".
"Es una cuestión que tenemos en todas las personas, hasta en las que militamos en el feminismo, porque nos han educado en una sociedad machista y tenemos tics, comportamientos y roles machistas que hemos de deconstruir especialmente los hombres", añade.
El pacto "está funcionando" en cuanto que comienza a poner en la agenda pública la lucha contra el machismo, aunque a pesar de que cada vez hay más gente sensibilizada en la lucha contra el machismo y a favor del feminismo "estamos llegando tarde" y se siguen produciendo muertes por violencia machista.
Solo este año ya son cinco las mujeres que han muerto en la Comunitat Valenciana como consecuencia de la violencia machista, afirma el secretario autonómico, que asegura que esto es "un fracaso no solo de la Administración y del Gobierno, sino de la sociedad en general".
"A mayores cuotas de igualdad, el patriarcado se vuelve más violento", afirma, para añadir que, aunque "afortunadamente" las mujeres "aguantan menos" las situaciones de machismo, "ante eso el machismo se vuelve más violento".
A su juicio, hay que romper esos contextos de violencia "trabajando en los hombres para deconstruir su violencia y también concienciando a la población", ya que considera "un grave problema" que la sociedad "no denuncia aún; son las mujeres las que continúan denunciando sus contextos de violencia".
"Los importante es salir del contexto de violencia, hacer el trabajo psicosocial en las víctima y en el momento en que esté preparada ya denunciará", señala, y reclama a la sociedad que denuncie estas situaciones: "Nos han educado diciéndonos: de puertas para dentro, no te metas".
"Hemos de pasar de ponerle la presión a la mujer, del 'usted denuncie', a ponerla en la sociedad. Ella ya tiene bastante en asumir que está en un entorno de violencia y que quien la está humillando y violentando es una persona a la que quiere o es el padre de sus hijos, a los que quiere proteger, y, por tanto, el conflicto emocional es muy grande", advierte.
"Estamos pidiendo heroicidad a las mujeres y debemos de dejar de hacerlo por parte de las Administraciones y de corresponsabilizar a toda la sociedad", añade Ibáñez, quien valora que la juventud está "más sensibilizada".
Un estudio del Centro Reina Sofía señala que se ha incrementado el número de jóvenes que se identificaba como feminista, especialmente mujeres, aunque también había un repunte de chicos con actitudes de control hacia sus parejas, "aunque seguían siendo una minoría".
"Nos retroalimentamos pensando que hoy la juventud es más machista que lo era hace veinte años pero no es verdad", asegura el secretario autonómico, que añade que ha habido una "evolución muy clara en el comportamiento y empoderamiento de las mujeres" y también en la asunción de responsabilidades por parte de los hombres.
Reconoce que el machismo se ha adaptado a los nuevos tiempos y a las redes sociales, pero considera que no es un tema solo generacional "sino que la sociedad ha cambiado la forma en la que se relaciona".
Para esta legislatura aboga por poner marcha las medidas incluidas en el plan de coeducación, fortaleciendo la figura del coordinador de convivencia e igualdad en los centros educativos, y en el marco de la ley de la Infancia impulsar la estrategia afectivo-sexual en las primeras edades.
Este último aspecto, señala, es "fundamental" para combatir la violencia sexual, que últimamente tiene un repunte", aunque critica que el único elemento de socialización en el sexo que tenemos "es la pornografía", que "tiende hacia la violencia y humillación hacia la mujer", porque tanto en casa como en los colegios "no se habla de sexo".