dudas sobre el cabeza de cartel de la formación 'morada'

Agujero en la hoja de ruta de Podemos para 2019: Estañ no quiere ser candidato a la Generalitat

14/02/2018 - 

VALÈNCIA. La hoja de ruta de Podemos en la Comunitat Valenciana tiene un socavón importante al que tarde o temprano deberá enfrentarse: su secretario general y portavoz en Les Corts, Antonio Estañ, no quiere ser candidato a la Generalitat en las elecciones autonómicas de 2019.

Una circunstancia que conocen en su círculo de confianza y que encaja con el más que limitado afán de protagonismo que el diputado ha exhibido desde su llegada a la cámara autonómica valenciana hace más de dos años y medio. De hecho, Estañ se presentó para liderar la formación morada animado por su entorno pero nunca quiso ostentar el cargo de síndic en Les Corts: un puesto que, ganadas las primarias, estaba destinado para la diputada Sandra Mínguez

Los planes de Estañ, no obstante, se truncaron cuando la parlamentaria decidió abandonar la política poco después y regresar a su actividad docente, con lo que el nuevo líder de Podemos asumió a regañadientes el puesto de síndic. No solo eso, además de admitir que se había visto "obligado" a aceptar el cargo, tras aquel revés tuvo que reinterpretar la obligada paridad con la que se había comprometido durante la campaña y que quedó fijada en sus documentos. Y en las portavocías corales halló la solución.

 
Con estos antecedentes, no resulta extraña la postura que Estañ ha comentado entre sus más estrechos colaboradores: no tiene ningún interés en ser el cabeza de cartel para el Gobierno valenciano en las próximas elecciones autonómicas. Es decir, el actual secretario general dio el paso para hacerse con el liderazgo de Podem en un proceso que le enfrentó a la senadora Pilar Lima, próxima a Pablo Iglesias, y a la diputada Fabiola Meco, cercana al secretario general saliente, Antonio Montiel; pero ello no implicaba un deseo de utilizar el control orgánico para postularse como candidato.

Así pues, las fuentes consultadas por este diario admiten que, con el desmarque interno de Estañ, existe un agujero importante en la estrategia de cara a afrontar el nada desdeñable reto de mejorar los resultados conseguidos en 2015, cuando Podemos logró 13 escaños en los comicios autonómicos. Más aún cuando la formación que lidera Pablo Iglesias está sufriendo en los últimos meses los rigores de la política nacional con una caída en las encuestas que se entiende relacionada con su papel en la crisis soberanista de Cataluña.

No en vano, según el sondeo realizado por SyM Consulting en septiembre para Valencia Plaza, la formación morada perdía entre uno y dos escaños en unas nuevas elecciones. Unas fechas en las que todavía no se habían producido los comicios del 21D pero en las que el procés catalán estaba en plena efervescencia debido a la cercanía del referéndum ilegal que se celebró el 1 de octubre. La indefinición del partido de los círculos les pasó factura en toda España y, a día de hoy, es una coyuntura que se extiende a todos los territorios que les ha hecho descender al cuarto puesto como fuerza política según el último barómetro del CIS. 

El escenario es complicado para un partido que, al igual que ocurre con Ciudadanos, posee una fuerte dependencia de la marca nacional. De hecho, Estañ y su equipo han insistido en los últimos meses en tratar de destacarse frente al Consell liderado por PSPV y Compromís para potenciar un relato propio que les distinga de las fuerzas gobernantes en la Comunitat Valenciana. La última maniobra en este sentido podría producirse este miércoles con la votación del pacto de horarios comerciales que socialistas y valencianistas apoyarán y con el que hasta ahora los morados estaban de acuerdo por ser un gran acuerdo de todo el sector, pero que en las últimas horas se han replanteado.

Ahora bien, esta labor interesante de cara a reforzar el papel y la estructura autonómica, puede quedar coja sin un candidato o candidata reconocible o con cierto tirón entre el electorado. En este sentido, fuentes de la formación morada apuntaron a que si Estañ se mantiene finalmente en su idea de no pelear por encabezar la candidatura de la Generalitat, una de las opciones a estudiar sería la de buscar algún referente dentro de la sociedad civil valenciana que estuviera dispuesto a asumir el reto.

La elección de un candidato que atraiga al electorado no es baladí, pues aunque en el ámbito interno del partido se repite como un mantra que todavía queda más de un año para que se produzcan los próximos comicios, la ausencia de un suelo electoral fijo y las fluctuaciones de resultados que arrojan los sondeos a la formación en la Comunitat apremian a encontrar una cara con la que identificar la marca o un nombre con el suficientemente reconocimiento por parte del votante que reforzase la candidatura y permitiera, al menos, mantener el resultado de hace casi tres años. 

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