TRIBUNA LIBRE / OPINIÓN

5G, el salto a la hiperconectividad

8/11/2017 - 

Todavía no nos hemos adaptado al 4G como la última generación y ya está el 5G a la vuelta de la esquina. Los principales operadores de telefonía móvil ya están haciendo maquetas en algunos escenarios concretos donde poner de manifiesto las ventajas que ofrece esta nueva tecnología.  

El 5G pretende ser el estándar que definitivamente dé el salto a la hiperconectividad. El concepto del día a día cambiará a un modelo en el que los diferentes dispositivos de nuestro alrededor, electrodomésticos, móviles, coches, mobiliario urbano, edificios… estarán interconectados a través de internet e intercambiarán millones de datos. En consecuencia e ineludiblemente cambiará la forma en que trabajamos, nos comunicamos, aprendemos, compramos y nos relacionamos. Esto se traduce por ejemplo en que prácticamente no almacenaremos información, todo pasará por la nube. La virtualización de muchas tareas que actualmente consumen recursos en las empresas, convirtiéndolas en más eficientes. Seremos capaces de controlar cualquier dispositivo o electrodoméstico independientemente de donde nos encontremos en el mundo, y podremos conocer incluso el estado de salud de nuestros familiares en tiempo real.

Por su potencial y repercusión, se pronostica que la adopción del 5G será más rápida que ninguna de las anteriores tecnologías. El 5G está pensado y concebido para ser la plataforma que soporte la próxima revolución digital, los datos.

Para facilitar esta revolución digital, el 5G mejora, entre otras, dos características imprescindibles respecto al 4G: la velocidad y la latencia. Por un lado, la velocidad de transferencia de datos permitirá enviar cantidades de información mucho mayores, imprescindible para revolucionar conceptos, actualmente en fase de inicio, como el Internet de las Cosas, la Smart City, la industria 4.0 y el Big Data, entre otros ya que necesitan manejar volúmenes de información muy grandes en breves espacios de tiempo. Comparativamente con el 4G estaríamos hablando que el 5G será 100 veces superior, alcanzando, según el estándar, los 20 Gigabits por segundo.

Por otro lado la latencia, esto es el tiempo que la información tarda desde que se transmite hasta llegar a su destino, se reduce de 50 a 1 milisegundo. Esta reducción en la latencia es crucial para trasladar todo el potencial de la conectividad a aplicaciones del campo de la medicina, la robótica o la automoción.

A menor latencia, menor es el tiempo de reacción y mayor la precisión. Si pensamos en una cadena de montaje robotizada controlada de forma remota por un sistema sobre 5G, parece bastante evidente que el control que necesitamos debe ser muy preciso. Pero todavía queda más claro si lo que se controla es un coche pilotado en remoto que va a 200 Km/h. A esta velocidad, una latencia de 1 milisegundo representan 5 centímetros, 50 milisegundos 2,5 metros. Podría representar la diferencia entre tener un accidente o no.

De ahí que, con las prestaciones de esta nueva tecnología, ya sea factible el plantear un gran número de escenarios en los que podría proporcionar grandes ventajas.

La repercusión del 5G no quedará sólo aquí, también en términos de eficiencia energética, y el compromiso con el medio ambiente jugará un papel importante. La hiperconectividad de todos los dispositivos, de la mano del internet de las cosas, nos permitirá crear sinergias entre dispositivos, aprendiendo, por ejemplo, de nuestros hábitos para optimizar el consumo energético ahorrando hasta un 90% el consumo actual.

El mantenimiento predictivo es otro de los puntos fuertes y sobre los que ya se están realizando pruebas. Predecir la avería de una pieza puede prevenir fallos en líneas de fabricación, adelantarnos a reparaciones y ser más eficientes en el mantenimiento de maquinaria.

No obstante, el 5G en su haber, tiene puntos que hay que vigilar bien si pretende estar en el mercado en 2020. El primero es la seguridad. Para poder confiar todos nuestros dispositivos, el uso y la información de elementos estratégicos, necesitamos tener la seguridad de que el sistema no es vulnerable a ataques informáticos y que la información viaja de forma segura. Aunque se trata de un tema paralelo e independiente de la tecnología que se use, está en constante desarrollo y es un aspecto que a día de hoy representa un hándicap importante.

Y el segundo son las estaciones base. Es necesaria una mayor densidad de estaciones base para ofrecer cobertura 5G, ya que la red necesita estar cada vez más cerca de los dispositivos y en un radio cada vez menor hay un mayor número de dispositivos que necesitan comunicarse. Especialmente en núcleos urbanos donde la demanda de conectividad y la densidad es mayor. En este sentido la tendencia es tener más antenas, pero con un radio de cobertura menor y emitiendo por tanto a menor potencia.

Este entorno está potenciando el despliegue de puntos de acceso cooperativos y de Small Cells, equipos que dan servicio a un área de unas decenas de metros donde se concentra mucha gente, por ejemplo, estaciones de tren, aeropuertos o paseos marítimos.

Si bien la Unión Europea Europa ha creado un grupo de trabajo público privado denominado 5G PPP en el que están presentes los principales operadores de telefonía y representantes de la Comisión Europea para que esta tecnología sea una realidad en el año 2020; en España habrá que esperar a que haya regulación, un mayor número de industrias digitales y formación.

No debemos perder de vista que actualmente el 4G todavía está en fase de despliegue por parte de las operadoras. Sin embargo, la ventaja de España reside en el enorme despliegue de fibra FTTH, que nos sitúa en el primer puesto en número de accesos en Europa, y el octavo en los países de la OCDE. Esto puede generar sinergias en despliegues de equipos radio como los comentados anteriormente.

Sobre este último punto, la necesidad de expertos y profesionales formados en ingeniería de telecomunicación será un factor determinante para el impulso del 5G en nuestro país.

Ferran Machí Canut

Vocal de la Junta del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación Comunidad Valenciana (COITCV)

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