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crónica por los otros / OPINIÓN

45 vueltas al sol

Y un año más recibo el nuevo año con la ilusión de una niña con zapatos nuevos. Una nueva vuelta al sol. Un nuevo agradecimiento a la vida  por este año que ahora cierro. Uno de los años más intensos que he vivido y que, por fin, ahora puedo verbalizar. He sufrido la llamada “depresión postparto”. 

13/08/2022 - 

Hace un año a estas alturas me enfrentaba a un año que se vaticinaba intenso, feliz y lleno de incertidumbres. Quedaban pocos días para enfrentarme a mi segunda maternidad. Una maternidad que venía por partida doble. Con mis 44 recién estrenados comenzaba la cuenta atrás para la llegada  de mis bebés.  Estrenaba un año que iba a dejar huella en mi vida. Y así fue.

Intenté prepararme durante los meses que duró mi embarazo para esta transformación pero no lo conseguí. Y un año más tarde lo puedo verbalizar. Mi cabeza se giró.  Me enfrenté a un parto llena de miedos, nada empoderada y con un vértigo que pudo conmigo.

Este año he vivido en un estado de contradicciones como nunca había imaginado. La belleza, maravilla y el sueño de dos vidas nuevas deseadas, mis bebés , el regalo de mi vida que completaban la familia que soñaba junto con mi hija mayor Leo-Khadija . Y al mismo tiempo la sensación de no poder con todo, no llegar sana y salva al final de cada día. La sensación de que mi vida se había acabado con la llegada de Manuela y de Luna. La sensación que el mundo avanzaba y yo no podía caminar. Alegrías y tristezas por igual. Agradecida a la vida y temerosa de la misma. Y así un sinfín de emociones que ahora empiezo a poder verbalizar.

El balance del año que acabo de despedir ha sido un año donde no me he reconocido, donde observaba mi nueva vida y no me reconocía en ella. Un año que no me ha permitido ni ver ni sentir. Un año en que sólo he podido sobrevivir .

Sobrevivir a sentimientos extremos que no puedo verbalizar. Un año que no he podido estar mejor rodeada ni cuidada. Un año de encierro, no podía abrirme al exterior. Un año de selección consciente. Un año de introspección.  Un año donde no he podido ser más selectiva.

Este año ha sido un viaje a mi interior. Un viaje hacia dentro. Un viaje en lo que podríamos considerar el ecuador de una vida. Un viaje balance. Un viaje de recuerdos del pasado. Un viaje de proyección de futuro.

Este año que acabo de cerrar lo volvería a vivir por duro que haya sido. Y desearía poder volver a vivirlo para disfrutar de otra manera de mis bebés. Ha pasado su primer año y ahora es cuando comienzo a poder disfrutarlas .  Ahora puedo decir que he pasado lo que se conoce  como depresión postparto.

La depresión postparto

La maternidad cuando viene de la mano de la llamada “depresión postparto”  es complicado disfrutarla. Se vive o se sobrevive de otra manera. El enamoramiento y la conexión con la maternidad  como nos cuentan en los libros y sus manuales va surgiendo  poco a poco. En mi caso he podido experimentar y he sentido emociones complicadas de verbalizar. 

En mi caso el amor a mis bebés estuvo todo el tiempo , pero no vino solo; vino de la mano de un  miedo irracional  y de un agotamiento vital  que no puedo ni recordar.

Mi vida había pasado en cuestión de segundos de ser una vida independiente a ser totalmente dependiente de otras personas que me han ayudado en este tiempo. Familia, amigas y personas de confianza que me han ayudado a sobrevivir y que desde aquí doy las gracias una vez más. Me he sentido muy querida y cuidada.

La depresión postparto de la que poco se habla cuando viene asociada a la maternidad y que sigue siendo una gran desconocida para la gran mayoría de la población,  tiene todos los focos y escenarios  posibles. Es una depresión que  cuesta identificarla pues suele venir en un momento donde generalmente se asocia a la felicidad del nacimiento de un bebé  ( al menos en el mundo al que pertenezco, entendido como “mundo desarrollado”).

La pregunta a la que nos enfrentamos las mujeres que hemos pasado por esta situación suele ser:  ¿Cómo es posible que en un momento aparentemente tan feliz, yo me sienta tan desorientada cada día ? el contexto de cada persona y las hormonas también juegan su papel importante.

Una pregunta que no tiene respuesta y que viene asociada al sentimiento de “culpa” que cada vez es mayor y a la sensación de no poder solventar las situaciones más cotidianas que resolvemos sin mayor complicación cuando nos encontramos en nuestro centro.

Al final la depresión, del tipo que sea, va minando esa confianza en uno mismo y sus habilidades o herramientas para defenderse en un mundo que de repente lo sentimos más amenazante, duro y agresivo de lo que puede ser.

En los momentos más duros yo me sentía que no iba a ser capaz de resolver ciertas situaciones que ahora con distancia las veo perfectamente asumibles, pero en mi caso, este momento me hacía no confiar en las herramientas que me han acompañado toda mi vida y que me han ayudado a resolver situaciones de todo tipo tanto aquí como allí. Y precisamente mi vida no ha sido estática y he salido de mi zona de confort en muchas ocasiones.

Tantas y tantas veces me he acorado de esas mujeres en otros contextos y en países en desarrollo  que no han podido tener el apoyo que yo he recibido con este tipo de depresiones post parto  que nos pueden afectar a toda las mujeres por igual independientemente de donde tengamos a nuestros bebés.  Porque la depresión poste parto tiene mucho que ver con las hormonas y la diferencia está en cómo los sistemas sanitarios de los países y sus sociedades la trabajan y la entienden. Seguro que muchas de ellas con las que he convivido,  si me hubieran visto por una ventana, hubieran pensado que son “problemas del primer mundo”.

Este tema daría para muchos artículos más. Mi única intención al contar una experiencia tan personal es visibilizar un sentimiento y una depresión muy difícil de entender por si alguna persona está pasando por esta situación y no la identifica todavía. El gran regalo para mi en este cumpleaños ha sido poder hablar e identificar lo que he estado viviendo.

Por suerte se pasa y ahora puedo decir que me enfrento a este nuevo año soleado, lleno de luces, alegrías, retos y esperanza. Fortaleciéndome poco a poco y recuperándome de un año intenso. Un año que voy a dedicar a mis bebes y a mi hija mayor para poder transmitirles la fuerza y el amor que necesitan.

 Un años más le doy las gracias a la vida… por tanto.

La semana que viene… más.   

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