SANT VICENT DEL RASPEIG. 20 años, 400 exposiciones, una colección de más de 2.000 obras propias, medio millón de visitantes y unos cuantos números más en la lista que podrían sacar a relucir el valor cuantitativo del Museo de la Universidad de Alicante (MUA). Pero no son cifras todo lo que avala a este espacio cultural, artístico, universitario y, a su vez, abierto a la ciudadanía en general, sino las piezas interesantes que posee, la variedad en las tendencias expositivas, la fuerte preocupación social de sus convocatorias artísticas o el esfuerzo por divulgar la labor que se realiza, entre otras características. Dentro de esta efeméride, hoy, jueves 23 de enero, en la Sala el Club del MUA, se organiza un acto de celebración del 20 aniversario del Museo presidido por el rector de la Universidad, Manuel Palomar, que también espera la asistencia de los tres responsables en estos años -Antonio Ramos (2001-2005), Mauro S. Hernández (2005-2012) y Faust Ripoll (2012-actualidad)-, así como de personalidades del ámbito académico y cultural, artistas, comisarios y encargados de instituciones vinculadas al MUA a lo largo de esta trayectoria.
Además, en esta especie de reunión pública se presenta el libro 20 años MUA, una publicación de 160 páginas que lleva a cabo un repaso de "gran parte de la actividad realizada en el Museo desde su creación, especialmente exposiciones", resume José Piqueras, profesor de la UA y coordinador -junto con equipo técnico del Museo- de este trabajo colectivo. Este cuaderno de fotografías e investigación "no muestra la imagen nostálgica, porque 20 años no son demasiados, sino que, desde su juventud, trata de analizar qué se puede hacer con él", cuenta. Y explica que la publicación surge de "la aventura tan rica que se emprendió al inaugurarse, el 14 de diciembre de 1999, el MUA", un espacio cultural con una identidad y una distinción propia del resto de museos universitarios españoles: "El MUA es pionero porque no se ha centrado en una sola especialidad", resalta la cualidad.
Las múltiples salas por las que está compuesto favorecen diversas líneas temáticas, tendencias artísticas y formatos, como una mirada hacia el pasado que posibilitan la Sala l'Alcúdia y la Sala Vilamuseu (anteriormente, Altamira), "dos espacios que suponen una ventana hacia las investigaciones arqueológicas e históricas", expone. En el otro extremo, el edificio también "abre puertas hacia el futuro con el arte digital, las instalaciones y las performance. Pero, además, se expande hacia fuera, con miradas que permiten entender el arte japonés, una cultura de la que ha albergado once exposiciones. El MUA goza de una gran riqueza de propuestas de carácter artístico", concluye el coordinador de la publicación.
A lo largo de estas dos décadas, el Museo también ha logrado desarrollar una línea propia de exposiciones con un marcado carácter social, como sucede con la convocatoria Pluri-identitats o con la ya más asentada Mulier, Mulieris, "en la que se han reunido centenares de artistas nacionales e internacionales movidos por el asunto del género en el arte contemporáneo, una investigación que el MUA volvió suya muy pronto", subraya Piqueras. Dentro de la actividad que ha generado, también resaltan iniciativas de carácter colectivo, siendo especialmente destacables los Encuentros de Arte Contemporáneo, "una convocatoria de la Diputación -concretamente, del Departamento de Arte y Comunicación Visual 'Eusebio Sempere', del Instituto Juan Gil-Albert-, que se dan cita aquí desde hace 15 años y que nos permiten conocer las preocupaciones temáticas o estéticas de los jóvenes artistas", explica.
En cuanto a la colección de obras propias que ha ido atesorando con los años, el Museo suma más de 2.000 piezas "que incluso se han ido generando desde antes de su creación oficial", apunta el profesor. Y manifiesta que se trata de una colección "interesante, en la que abunda el material gráfico: incluye una gran cantidad de obras sobre papel -dibujos, collage, grabados, etc.- y también reúne abundante fotografía. Aparte, conserva esculturas, pinturas, vídeos y arte digital, convirtiéndola en una colección bastante completa", la califica, dentro de la que merecen subrayarse los nombres de "artistas importantes en el ámbito nacional y valenciano" como Pablo Picasso, Joan Miró, Eduardo Chillida o Eusebio Sempere.
Todos estos logros no hacen olvidar la vinculación que el MUA guarda con la Universidad, con la intención de que resulte, según Piqueras, "un museo útil para la propia comunidad universitaria. Aquí se suceden con frecuencia profesores, departamentos, facultades o especialidades que encuentran este espacio adecuado para mostrar sus investigaciones o para extender la enseñanza universitaria más allá de las aulas". En esta galería pública también tiene cabida la sociedad alicantina, por lo que el Área Didáctica se encarga de organizar talleres, "en los que han participado muchísimas personas, colegios e institutos. Hablamos de más de 8.000 alumnos y alumnas de media cada año, lo que supone entre 150.000 y 180.000 en total. Esta tarea permite divulgar, conectar y acercar el arte y la cultura contemporánea a diferentes públicos", traslada las intenciones del MUA.
Debido a la distribución que diseñó en su día el arquitecto Alfredo Payá, el edificio constituye "un centro cultural polivalente que permite utilizar sus diferentes espacios de manera simultánea y que puede acoger audiciones, conciertos, teatro, conferencias, encuentros, actos institucionales, etc., lo que ha generado gran cantidad cultural, no solo expositiva", interpreta Piqueras. E imagina una realidad paralela en la que no hubiera existido este lugar tan fundamental, preguntándose si "podríamos calibrar el enorme vacío cultural si se hubiera producido esta ausencia. Esta cuestión nos permite reforzar el sentido de todo lo que se ha llevado a cabo y se ha hecho bien y, por otra parte, nos conduce a pensar sobre el futuro del Museo y la manera en que se puede mejorar".