No hay consenso entre los pescadores de El Palmar acerca de cuándo se toparon con los primeros ejemplares de cangrejo azul (callinectes sapidus). Unos dicen que hace una década, otros alrededor de cinco años. Lo que sí es seguro es que la zona cero de este animal, que en algunas comunidades está considerada como especie invasora, fue en el delta del Ebro y en 2012. Desde allí, fue expandiéndose por toda la costa del Mediterráneo hasta llegar a La Albufera. Todo apunta a que el cangrejo azul viajó desde el litoral occidental del Atlántico, de donde procede, hasta el Mediterráneo en las aguas de lastre de los grandes barcos mercantes que cruzan el oceáno.
En los últimos años, la expansión del cangrejo azul ha sido tal que ha puesto en riesgo a especies autóctonas, algunas en peligro de extinción, afectando a los ecosistemas y a la pesca de la costa mediterránea y parte de la andaluza. Los científicos consideran que esta especie puede provocar un problema medioambiental serio y llevan tiempo vigilándola y tratando de encontrar soluciones a su capacidad expansiva y destructora. De momento, la única forma efectiva de reducir su población es pescándolos. Así que la especie ha pasado de ser una amenaza a convertirse en una oportunidad de negocio para los pescadores de la zona, al incorporar su captura a su actividad diaria. «Se pesca más cangrejo azul que anguila. El año pasado fueron cerca de treinta mil kilos, mientras que de anguila se pescaron ocho o nueve mil kilos. Ha traído riqueza a los pescadores, poderlo comercializar es una manera más de llevar a casa un dinero», señala Raúl Magraner, cocinero y propietario del restaurante Bon Aire (El Palmar). El hecho de que la administración haya catalogado al cangrejo azul como plaga, y no como especie invasora, es una buena noticia para los pescadores, ya que les permite comercializarlo.
«Se pesca más cangrejo azul que anguila»
Compensan así, de alguna forma, la escasez de anguilas que cada vez se prodigan menos en La Albufera, no solo por la amenaza del cangrejo azul, también por la contaminación del lago y el caudal de agua, cada vez menor. El cangrejo azul, sin embargo, parece haber encontrado en el parque natural un habitat en el que, aparte de los pescadores, nadie osa molestarle. Solo los pulpos les plantan cara. Pero eso solo ocurre cuando se desplazan al mar, durante el verano, para realizar las puestas ya que los huevos necesitan cierta salinidad para eclosionar. Y como las anguilas, la población de pulpos es también cada vez menor.